Unión Europea

Bruselas eleva los requisitos de capital para la banca y refuerza la supervisión

La Comisión Europea plantea elevar en 27.000 millones los requisitos de capital para 2030

La comisaria responsable de servicios financieros, Mairead McGuinness.

La comisaria responsable de servicios financieros, Mairead McGuinness.

Silvia Martínez

Con la lección de la crisis financiera aprendida, la Comisión Europea ha presentado este miércoles propuestas para revisar las normas bancarias de la UE con el objetivo de garantizar bancos más resistentes ante futuras crisis y que al mismo tiempo contribuyan a la recuperación económica. La reforma completa la aplicación de las reglas sobre requisitos de capital conocidas como Basilea III -aprobadas en 2017- aunque teniendo en cuenta las características específicas del sector bancario europeo y dando un margen mayor. Por ello, en vez de elevar un 18,5% los requisitos para 2030 (tal y como exige el acuerdo internacional), los bancos tendrán que incrementar su volumen de fondos frente a pérdidas en un 9% (o unos 27.000 millones) con un incremento intermedio inferior al 3% en 2025.

“Los bancos en Europa tienen mucho más capital del que tenían antes de la crisis financiera global pero todavía se enfrentan a retos sobre rentabilidad”, ha reconocido la comisaria responsable de servicios financieros, Mairead MacGuinness, que ha definido como “equilibrado” el nuevo paquete con el que no solo aspiran a reforzar la resiliencia sino también la vigilancia, con una supervisión más estricta para proteger la estabilidad financiera. “Daremos más poderes a los supervisores para evaluar las operaciones bancarias y evaluar que los gerentes bancarios están adecuadamente capacitados para sus tareas”, ha explicado el vicepresidente Valdis Domvrovskis. Por ejemplo, como respuesta al escándalo de Wirecard, los supervisores contarán ahora con mejores instrumentos para supervisar los grupos de tecnología financiera, incluidas las filiales bancarias.

La intención de Bruselas es que las nuevas normas empiecen a aplicarse a partir del 1 de enero de 2025 -con un periodo de transición adicional de cinco años- dos años después de la fecha fijada por el comité de Basilea III que en marzo de 2020, y debido a la pandemia de covid19, decidió aplazar la entrada en vigor al 1 de enero de 2023. Según Bruselas, el plazo extra permitirá a los bancos concentrarse en la gestión de los riesgos financieros derivados de la pandemia, en la financiación de la recuperación, y les dará tiempo suficiente para adaptarse antes de que la reforma alcance su pleno efecto.

Más control

La propuesta tiene como objetivo garantizar que los “modelos internos” utilizados por los bancos para calcular sus requisitos de capital no subestimen los riesgos, garantizando que el capital necesario para cubrir dichos riesgos sea suficiente. Esto, según Bruselas, facilitará la comparación de los coeficientes de capital en función del riesgo entre las entidades de crédito, restableciendo la confianza en tales coeficientes y la solidez del sector en general. 

Bruselas también quiere obligar a los bancos a identificar, divulgar y gestionar sistemáticamente los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza en el marco de su gestión de riesgos. Por ejemplo, con pruebas de resistencia al cambio climático periódicas tanto por parte de los supervisores como de los bancos. En estas pruebas, todos los bancos tendrán que revelar el grado en que están expuestos, aunque se tendrá en cuenta el tamaño de las entidades para evitar cargas administrativas indebidas.

Sucursales en terceros países

La revisión también aborda la cuestión del establecimiento de sucursales de bancos de terceros países en la UE. En la actualidad, estas sucursales están sujetas principalmente a la legislación nacional, que está armonizada solo en pequeña medida. El paquete de hoy armoniza las normas de la UE en este ámbito, lo que permitirá a los supervisores gestionar mejor los riesgos relacionados con estas entidades, que han intensificado considerablemente su actividad en la UE en los últimos años.

Según el Ejecutivo comunitario, los análisis macroeconómicos realizados por el Banco Central Europeo muestran que las reformas de Basilea tendrán un “efecto positivo” sobre la economía de la UE a largo plazo al restaurar la confianza en el sector bancario. “Como he dicho a menudo durante la crisis los bancos europeos no son parte del problema sino de la solución”, ha dicho Dombrovskis que ha explicado que con la reforma los bancos tendrá un “suelo mínimo” de capital y que los requisitos de capital calculados con modelos internos no podrán caer por debajo del 72,5% de lo que serían si el banco utilizara modelos estandarizados. La siguiente etapa será la negociación de los cambios por parte del Consejo y el Parlamento Europeo.