Pequeña y mediana empresa

La patronal entona el discurso de Casado: las pymes no crecen por exceso de trabas fiscales y sindicales

Un informe de Cepyme señala que la mitad de las nuevas empresas no sobreviven más de tres años tras su creación

El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva.

El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva.

Gabriel Ubieto

"Planteamos una ley de crecimiento empresarial, para quitar las barreras sindicales, fiscales, laborales e incentivar que las empresas crezcan". La frase la pronunció el presidente del PP, Pablo Casado, el pasado 25 de octubre desde Pamplona, en el Congreso Nacional de la Empresa Familia, y en este sentido está totalmente sincronizada con las reivindicaciones que ha puesto este miércoles encima de la mesa Cepyme, la representante de las pymes vinculada a la gran patronal CEOE. Su presidente, Gerardo Cuerva, ha presentado un documento que recopila 100 regulaciones que rigen actualmente sobre las pymes y que "desalientan el crecimiento empresarial", según defienden. Entre ellas figuran la obligación para las empresas de más de 30 trabajadores de tener tres delegados de personal, el tener que financiar el 10% de la formación de los trabajadores o la pérdida de incentivos fiscales a partir de los 10 millones de euros en ventas.

Aumentar el tamaño de las empresas es una de las prioridades de la patronal española, pues considera que con un tejido de empresas más grandes mejoraría la productividad, la facturación y las condiciones laborales en las mismas. Así como evitar la mortalidad empresarial, pues las compañías con empleados en España tienen una “esperanza de vida al nacer” media cercana a los 11 años, que es casi la mitad de lo que duran, de media, las empresas en la UE; según datos que Cepyme saca de Eurostat. Dicho porcentaje se explica porque hay una muy elevada mortalidad infantil entre las compañías. Y es que la mitad de las empresas no sobreviven más de tres años tras su creación.

Pero todo ello es más difícil en España por distintas trabas impuestas a las empresas. El informe presentado este miércoles por Cepyme critica que "los empresarios españoles enfrentan más dificultades que la media de la Unión Europea para crear una empresa". Según sus datos, referenciados en los del estudio Doing Business 2020 del Grupo Banco Mundial, en España los trámites requeridos para constituir una sociedad tardan 12,5 días; frente a los 11,9 días de media de la UE. A lo que la patronal añade su crítica a que la empresa española soporta una carga impositiva total mayor que la europea. Esta, según sus datos, equivale al 47% de su beneficio neto antes de impuestos, cuando en la media de la UE dicha cifra se sitúa en el 40%.

Por contra, los beneficios de engordar el tejido empresarial hacia sociedades más grandes y esquivar el "síndrome del empleado 50", tal como se ha referido Cuerva, son en opinión de Cepyme muchos. Según sus cálculos, equiparar el tamaño del tejido empresarial con el europeo crearía 1,2 millones de empleos, aumentaría el PIB en el 5,2% y ampliaría la recaudación del erario público en 20.000 millones. Y las fórmulas por las que apuestan son eliminar esas 100 barreras diferenciales con la gran empresa, premiar fiscalmente las fusiones de sociedades e incrementar las ayudas a formación para trabajadores de pymes.

Menos productivas y con peores salarios

Para sustentar su planteamiento, Cepyme pone varios datos sobre la mesa. Uno de ellos es la brecha de productividad entre grandes empresas y pymes, que en España es superior a la media europea. Si en el conjunto de la UE esta es 2,3 veces, en España esa diferencia es de 2,6 veces en detrimento de las pequeñas.

No solo es cuestión de resultados empresariales, pues ese crecimiento empresarial también redundaría, según argumenta Cepyme, en mejores condiciones laborales para los trabajadores en ellas empleados. Para ello tira de datos macro a nivel salarial. En el caso de España, en 2020, el salario medio de las empresas con al menos 200 asalariados fue un 50% más elevado que el de aquellas con menos de 50 trabajadores. Lo que en términos absolutos se traduce en unos 665 euros de diferencia, entre los 2.005 euros brutos mensuales que cobra un empleado de una firma de más de 200 trabajadores y los 1.340 euros de media de su homólogo en una sociedad de menos de 50 empleados en nómina.