Perspectivas 2022 | Grupo Mutua

Navegar entre riesgos e incertidumbres

"En este momento crítico, los empresarios debemos sacar el barco del puerto para seguir generando riqueza y empleo"

Ignacio Garralda, presidente de Grupo Mutua.

Ignacio Garralda, presidente de Grupo Mutua.

Ignacio Garralda | Presidente de Grupo Mutua

En medio de la montaña rusa de noticias económicas y sanitarias vividas durante los últimos meses, confiamos en que 2022 sea un año decisivo para nuestra economía y que, además, se recuerde como en el que se controló definitivamente la pandemia. Los retos, por tanto, son importantes y los riesgos nada despreciables.

A pesar de que la coyuntura económica no está siendo todo lo fácil que parecía, la economía española está volviendo a crecer y creo que es una realidad objetiva. El ahorro acumulado, el aumento del consumo interno, el incremento de la inversión y la mejora del mercado de trabajo son síntomas claros de que se está produciendo la anhelada recuperación, aunque la confianza en nuestra economía se ha mostrado muy volátil debido a la alternancia de noticias positivas y negativas que han obligado a moderar las perspectivas de crecimiento.

El objetivo será por tanto el de consolidar la recuperación mientras navegamos entre nuevos riesgos e incertidumbres que podrían hacernos tambalear. Es cierto que el barco está más seguro cuando no sale del puerto, pero no es para eso para lo que se construyeron. Asumir riesgos es algo a lo que los empresarios estamos acostumbrados y sin duda es en este momento crítico en el debemos sacar el barco del puerto para poder contribuir a seguir generando riqueza y empleo.

Será necesario para ello un mayor ritmo de ejecución de los fondos “Next Generation”, lo que abrirá nuevas perspectivas no solo para que este crecimiento se mantenga, sino para que también sirvan para acelerar la transformación de las estructuras de nuestro país, especialmente en el ámbito digital y en el de la innovación, y nos permitan conseguir un desarrollo más sostenible.

Soy de la opinión, y nuestro servicio de estudios así lo corrobora, de que entre todos conseguiremos consolidar la recuperación y que podremos cerrar el año con un crecimiento del PIB en el entorno del 4,6%, que podría incrementarse hasta el 5,8% para el próximo año.

La demanda interna, con el permiso de las tensiones inflacionistas, continuará como motor de nuestra economía gracias a esa reducción de la incertidumbre sanitaria. La progresiva normalización en las cadenas globales de suministros en la segunda parte del año y la mayor actividad comercial permitiría que parte del ahorro acumulado continúe fluyendo, haciendo que el consumo privado crezca en torno al 5,6%.

Me gustaría que esta perspectiva cierta de crecimiento presente y futuro también ayudase a reducir los desequilibrios sociales y que no dejase a nadie atrás. Nuestro país, durante la pandemia, ha dado un gran ejemplo de solidaridad y apoyo a los más desfavorecidos por parte de todos: las familias, las empresas, el personal sanitario, las instituciones, las fuerzas armadas y de seguridad… y me gustaría que esa solidaridad, también intergeneracional, se mantuviese en el tiempo y pasase a formar parte de nuestra forma de ser a nivel colectivo, y no solo individual.

No olvidemos las lecciones del pasado y trabajemos por construir una comunidad, en lo económico y en lo social, en la que quepamos todos.