Turismo

Airbnb paga en España sólo 870.000 euros de impuesto de sociedades en diez años

El gigante online traspasa a Irlanda todos los ingresos de su negocio de comisionista por el alquiler de pisos turísticos y en España sólo funciona como una agencia de marketing

Airbnb.

Airbnb. / CAIXABANK

David Page

El modelo de negocio de Airbnb, el gigante mundial del alquiler turístico, se basa en cobrar comisiones tanto a los dueños de los pisos turísticos como a los viajeros por ponerlos en contacto y hacer la intermediación del arrendamiento a través de su plataforma online. España es desde hace años uno de sus grandes mercados del grupo -ahora ralentizado por el impacto de la pandemia en el turismo-, pero los ingresos millonarios por el cobro de esas comisiones no se quedan en España y de cara a Hacienda ese negocio no existe.

Airbnb centraliza todos esos ingresos por comisiones en su matriz central para Europa, con sede en Irlanda, un país que ofrece ventajas fiscales para las multinacionales. El grupo sólo tiene en España una filial que se encarga de realizar labores de marketing y publicidad para su matriz irlandesa y para la corporación global, con sede en Estados Unidos. Una estrategia fiscal y operativa que es plenamente legal, pero que hace que el pago de impuestos de Airbnb en España sea muy reducido pese al gran peso que el mercado español tiene en su negocio.

La filial española, Airbnb Marketing Services SL, con sede en Barcelona, no tiene a efectos fiscales ninguna actividad relacionada con el alquiler turístico y funciona como una mera agencia de publicidad. Por ello, a pesar de la enorme actividad durante los años del boom del turismo en España, los ingresos de la filial española se reducen a los servicios facturados a otras sociedades del grupo, los beneficios reconocidos son reducidos y el pago de impuestos es igual de modesto.

Desde su constitución a mediados de 2011 y hasta el cierre de 2020, Airbnb Marketing Services sólo ha pagado 870.319 euros en concepto de impuesto de sociedades y ha declarado un beneficio neto acumulado de 2,2 millones de euros en esta década, según las cuentas depositadas por la compañía durante estos diez años en el Registro Mercantil.

Pagar los impuestos que tocan

“Airbnb paga todos los impuestos a los que está sujeta en los lugares donde opera. Airbnb Marketing Services SL proporciona servicios de soporte comercial y de marketing y paga todos los impuestos aplicables en España”, explica un portavoz de la compañía a El Periódico de España.

Los gobiernos nacionales de la Unión Europea acordaron el año pasado ampliar la directiva comunitaria de cooperación fiscal entre países para incluir a las plataformas digitales a partir de 2023. La nueva norma pretende mejorar a partir del próximo año el intercambio de información entre los estados miembro para identificar el negocio que tiene en cada país las plataformas y poder adoptar las medidas fiscales oportunas. En paralelo, la Comisión Europea ha mostrado su intención de impulsar la aplicación del acuerdo de la OCDE de imponer un tipo mínimo del 15% del impuesto de sociedades a las multinacionales. Airbnb ha mostrado públicamente su respaldo a ambas medidas.

“El modelo de Airbnb es único y permite que muchas personas obtengan ingresos adicionales, con un impacto directo en las economías familiares y locales. La gran mayoría de los ingresos generados en la plataforma se quedan en la propia comunidad y están sujetos a impuestos locales", esgrimen desde la compañía. El argumento es que los ingresos de Airbnb vía comisión se centralizan en otro país (hasta un máximo del 18% del importe del alquiler), pero el 82% restante que queda en manos de los dueños de los pisos sí tributa en España.

Según se recoge expresamente en la memoria de cuentas financieras, el objeto social de Airbnb Marketing Services “se limita a prestar servicios de marketing y de objetivos de mercado y por la presente es contratado por Airbnb Ireland UC para prestar dichos servicios”. De hecho, la filial española está catalogada con el código 7311 de la clasificación nacional de actividades económicas (CNAE), reservado para las agencias de publicidad.

Bonus de 12 millones

En 2020, último ejercicio con cuentas disponibles en el Registro Mercantil, la filial española de Airbnb obtuvo un beneficio neto de 914.120 euros, casi el triple que un año antes. La compañía declaró unos ingresos de 19,8 millones de euros, creciendo casi en la misma proporción que las ganancias, 2,6 veces más que un año antes. La aportación directa de la filial local de Airbnb a las arcas públicas españolas en 2020 en concepto de impuesto de sociedades fue de 302.113 euros, la mayor de su creación y también casi el triple que en 2019.

El fuerte incremento de todos sus registros financieros es consecuencia directa al bonus millonario abonado a empleados y exempleados de la filial española utilizando a ésta como mero intermediaria para el abono. En las cuentas de 2020 se refleja el pago de una retribución de 12,3 millones mediante la conversión en acciones de stock options (opciones sobre acciones) que la compañía ha ido repartiendo durante años a su plantilla y que se ejecutó tras la salida a bolsa en Estados Unidos de la matriz global Airbnb Inc., el 9 de diciembre de 2020.

Esos 12,3 millones de euros es el valor que tenían las acciones repartidas cuando se produjo el debut bursátil, cuando los títulos arrancaron a un precio de 68 dólares. Los beneficiarios del bonus no fueron sólo los 37 empleados que de media la compañía española tuvo en plantilla en 2020, sino todos los trabajadores de la filial que en los años previos también recibieron stock options como parte de su plan de incentivos. La compañía no desvela el número exacto de beneficiarios.

Como consecuencia de esta retribución en especie extraordinaria, los costes de personal de Airbnb Marketing Services se cuadruplicaron, pasando de 4,29 millones de euros en 2019 a un total de 17,17 millones. Sin embargo, el bonus es a la vez coste de personal y también ingresos por la compañía (de ahí el fuerte incremento de la facturación anual), porque la filial española refacturó esos 12,3 millones a Airbnb Ireland para que sumiera el coste y además aplicó un margen por la gestión.