El presidente de los exportadores de fruta: "Europa está obligada moralmente a proteger a los agricultores"

El dirigente de Asociex, Jorge García Vicent, hace balance de la campaña citrícola y lanza algunas reflexiones sobre el futuro de un sector amenazado por los altos costes de producción y la competencia

Jorge García Vicent, en las instalaciones de la empresa García Ballester, en Burriana.

Jorge García Vicent, en las instalaciones de la empresa García Ballester, en Burriana.

Elena Aguilar

Presidente de la Asociación de Exportadores de Fruta de Castellón (Asociex) desde hace más de quince años, Jorge García Vicent es también ceo del Grupo García Ballester, una de las grandes firmas españolas productoras y exportadoras de naranjas y clementinas. En esta entrevista hace balance de la campaña citrícola y lanza algunas reflexiones sobre el futuro de un sector amenazado por los altos costes de producción y la competencia, cada vez más feroz, de terceros países productores. 

El Consell acaba de aprobar la renovación del decreto de la ‘pinyolà’ que irá incorporando medidas encaminadas a hacer posible la convivencia entre los sectores citrícola y apícola, tal y como han propuesto las organizaciones agrarias y las cooperativas. ¿Qué le parece esa decisión? ¿Cree que es posible que puedan convivir naranjas y abejas?

La negociación de medidas futuras está supeditada a la renovación y publicación inmediata del Acuerdo del Consell de medidas para limitar los efectos de la polinización cruzada en los mismos términos que el pasado año e inicio, después de su publicación, de las negociaciones entre las partes implicadas para la consecución de un Acuerdo razonado, consensuado y definitivo que no se vea afectado por la presión y el riesgo que existe en la actualidad de una pinyolà inminente como consecuencia de la floración adelantada y solapamiento de floraciones. La solución no puede pasar por regular la citricultura, que es la damnificada por una actividad ganadera en propiedad ajena. Ninguna solución puede criminalizar a las mandarinas más rentables y poner en riesgo la mayor arma comercial del sector, las clementinas, que podrían ser dañadas tanto por la presencia masiva de semillas como por el cotonet.

La presente campaña citrícola está prácticamente finiquitada. ¿Qué balance hace?

Está siendo una campaña extremadamente difícil desde sus inicios. Y el balance solo puede hacerse en términos de reducción de las ventanas de exportación y una pérdida de competitividad en el mercado de la UE frente a la importación creciente de cítricos de países terceros a bajos precios que no tienen barreras arancelarias para acceder al mercado de la UE, con unos costes de producción y comercialización mucho más bajos y, en ausencia de reciprocidad, con muchas menos exigencias. Desde el punto de vista de los citricultores, la situación es cínica, hipócrita y absurda. No pueden al mismo tiempo verse expuestos a una competencia desleal con productos importados que son menos costosos en términos de salud, seguridad alimentaria y medio ambiente. Europa está obligada moralmente a proporcionar a los agricultores esa protección esencial. 

Los datos de exportación revelan que en el último año las ventas de fruta al exterior han ido a menos, sobre todo a Gran Bretaña. ¿A qué se debe ese descenso?

Desde el 1 de enero de 2021, Reino Unido es un país tercero, lo que representa un cambio fundamental en el modelo de relaciones. Y eso implica que la exportación se ha visto sometida a nuevas obligaciones documentales y controles. Se mantiene como tercer mercado del sector español de cítricos, por detrás de Alemania y Francia, pero se ha abierto un nuevo escenario competitivo con un mercado más abierto a las producciones de terceros países con los mismos productos y calendarios o con los mimos productos y solapes en contraestación. 

Los exportadores han intentado en los últimos años abrir nuevos mercados y un ejemplo es Estados Unidos ¿Por qué es tan complicado exportar a nuevos países?

La UE-27, Suiza, Noruega y Reino Unido son mercados muy maduros. La mayoría de los mercados potenciales de todo el mundo son productores de cítricos, como Estados Unidos, China, Corea del Sur, India, Brasil, Argelia, México, Australia, Japón, Sudáfrica, Taiwán o Tailandia. La apertura de nuevos mercados e incluso el crecimiento en otros es muy difícil por las barreras fitosanitarias que vía protocolos de exportación encarecen y entorpecen, si no imposibilitan, nuestras exportaciones, además de la dificultad del transporte por barco. Está claro que necesitamos abrir nuevos mercados.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el sector es la competencia de países terceros, sobre todo Sudáfrica, Turquía o Egipto. La Comisión Europea parece dispuesta a imponer el tratamiento en frío. ¿Supondrá esa medida un antes y un después para el sector citrícola provincial?  

Se trata de un gran logro para mitigar el riesgo de entrada, propagación y asentamiento de la falsa polilla y hemos de valorarlo de este modo. Desde aquí nuestro agradecimiento al Ministerio de Agricultura, al president de la Generalitat y a la consellera de Agricultura por el apoyo incondicional. Intercitrus, el Comité de Gestión de Cítricos y Asociex han sido actores principales en la reivindicación de introducir la obligatoriedad del cold treatment, que es la única solución posible para prevenir y evitar la entrada de la falsa polilla en la UE, una plaga que, si entrara y se propagara, provocaría graves pérdidas económicas a los cítricos. Que se proceda ahora a su implementación y en el futuro próximo seguiremos luchando por su introducción también para las mandarinas y pomelos.

Otro problema es el de las plagas, sobre todo el cotonet. La Conselleria está invirtiendo miles de euros en la lucha biológica pero los agricultores aseguran que se puede hacer más. ¿Por dónde debe venir la solución?

La entrada del cotonet de Sudáfrica ha demostrado que no se puede proteger un país confiando solo con los controles fronterizos y su implementación homogénea. Se debe obligar a que se garantice el transporte a la UE de plantas y productos vegetales sin plagas desde su origen y es responsabilidad del ejecutivo comunitario. No obstante, se dejará de hablar del cotonet cuando se disponga de herramientas eficaces para controlar la plaga y la administración autonómica y nacional debe comprometerse a una dotación presupuestaria que esté a la altura de la gravedad de la situación y de la importancia del sector.

Castellón apenas exporta fruta a Rusia y Ucrania, países en guerra. ¿La onda expansiva del conflicto bélico podría acabar afectando al sector en Castellón?

Por supuesto. La incursión bélica de Rusia en Ucrania y las sanciones internacionales que se han impuesto al país por su condenable acción podrían desestabilizar el tablero mundial de las exportaciones de cítricos. El sector de la Comunitat ya teme porque países terceros como Marruecos, Sudáfrica, Egipto y Turquía, así como de Sudamérica, podrían inundar de cítricos mercados de la UE al tener que desviar los volúmenes hasta ahora enviados a Rusia y Ucrania.

Una de las asignaturas pendientes de este sector es la promoción y ahí la interprofesional Intercitrus tiene mucho que decir. ¿Sería partidario de una interprofesional en clave solo valenciana?

En absoluto. No me imagino las ventajas de una interprofesional regional respecto al actual Intercitrus nacional en un mercado global. Creo en su poder único, muy por encima de los intereses particulares regionales. 

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