Industria

Celsa para parte de sus plantas y sus trabajadores salen a protestar contra los fondos acreedores

La siderúrgica para la producción de sus plantas para facilitar la asistencia de sus empleados a las concentraciones

La fundición de Celsa, en Castellbisbal.

La fundición de Celsa, en Castellbisbal. / Robert Ramos

Gabriel Ubieto

Los trabajadores de Celsa se movilizan ante el peligro que se cierne sobre el futuro de las plantas industriales. El veto de los fondos acreedores al plan de rescate público de 550 millones de euros de la SEPI alarma a las centrales y estas han convocado manifestaciones este viernes frente a las sedes del Deutsche Bank -uno de los principales propietarios de deuda- en Barcelona, Bilbao, Santander, y A Coruña. La Generalitat, Foment del Treball y CCOO y UGT ya durante estos días han manifestado su apoyo a la dirección de Celsa. 30.000 empleos, directos e indirectos, penden de la viabilidad de las plantas, que han parado este viernes por decisión de la empresa para facilitar la asistencia de trabajadores a las manifestaciones.

Las negociaciones entre la compañía siderúrgica propiedad de la familia Rubiralta y sus acreedores se rompieron en la madrugada del jueves, según explican fuentes sindicales. Deutsche Bank y Goldman Sachs y los fondos oportunistas SVP Cross Ocean son propietarios de 2.400 millones de euros de la deuda de la siderúrgica. Y desde la dirección les han ofrecido un bonus de 400 millones de euros -que se sumarían a la entrada de capital de la SEPI- si aceptan una quita de la mitad de los préstamos que controlan.

El rescate público de la SEPI -dependiente del Ministerio de Industria- y su inyección de 550 millones de euros está condicionado a que estos fondos acepten las condiciones del mismo. De esa cuantía, 280,5 millones de euros entrarían vía concesión de un préstamo participativo y los 269,5 millones a través de otro ordinario. El acceso al rescate público tiene como fecha límite el 30 de junio y antes este debería ser aprobado en Consejo de Ministros (el último ordinario es el 28 de junio) y por la Comisión Europea.

Los sindicatos ven en el rescate una inyección clave para la viabilidad de las fábricas industriales y la fecha límite para acceder al mismo cada día más cerca. En consecuencia, han convocado manifestaciones este viernes para presionar a los fondos acreedores, que han tildado de "buitres". "La empresa a petición de los comité de empresa, han cesado actividad en las plantas afectadas para que las compañeras y compañeros se puedan adherir y manifestarse hoy viernes día 10", afirman fuentes de CCOO.