Crisis energética

Iberdrola y Endesa calculan que el nuevo impuesto del Gobierno les costará unos 800 millones este año

Las grandes eléctricas alertan de que la intención de España de gravar los ingresos de las compañías energética es contrario al plan de la UE de recortar sólo los beneficios extra durante la crisis

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en el Capital Markets Day 2022.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en el Capital Markets Day 2022.

David Page

El Gobierno prepara un nuevo impuesto temporal a los grandes grupos energéticos para financiar las medidas adoptadas para paliar el impacto de la espiral inflacionista sobre hogares y empresas en plena crisis energética. Las dos grandes eléctricas españolas, Iberdrola y Endesa, calculan que la aplicación del nuevo tributo tendrá un impacto de cerca de 800 millones de euros en los resultados de este año.

El impuesto impulsado por el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, ahora en tramitación en el Congreso de los Diputados, pretende gravar con un tipo del 1,2% los ingresos de las grandes energéticas españolas (las que facturan más de 1.000 millones de euros) durante los dos próximos años. El tributo estaría en vigor sólo de manera temporal, en 2023 y 2024, pero teniendo impacto en las cuentas de las compañías correspondientes al ejercicio previo, en los resultados de 2022 y 2023.

Endesa desveló este martes, con motivo de la presentación de sus resultados trimestrales, que la entrada en vigor de este año les costará en sus cuentas de este año al menos 400 millones de euros, advirtiendo que se trata de una proyección prudente. Iberdrola, que ha celebrado este miércoles su Capital Markets Day con un encuentro con decenas de analistas en Londres, no ha precisado con exactitud el impacto del nuevo tributo, pero ha reconocido que se situará este año en magnitudes similares a las de Endesa, pero ligeramente por debajo.

La estimación que maneja el Gobierno contempla una recaudación gracias al nuevo impuesto energético de un total de 4.000 millones de euros los dos ejercicios en que estará en vigor, a razón de 2.000 millones en cada uno de los ejercicios en que estará vigente el impuesto sobre los beneficios de 2022 y 2023).

A pesar del coste directo en sus cuentas de los que alertan ambos grupos, las dos eléctricas confirman que conseguirán alcanzar sus objetivos de beneficio para este ejercicio. Endesa ha refrendado su previsión de cerrar 2022 con un beneficio de 1.800 millones de euros e Iberdrola calcula que conseguirá unas ganancias récord de entre 4.000 y 4.200 millones de euros, y elevarlas hasta los 5.200 y los 5.400 millones en 2025.

Iberdrola y Endesa coinciden en criticar la pretensión del Gobierno de Pedro Sánchez de aplicar un tributo sobre los ingresos de las compañías energéticas y denuncian que esta pretensión es contraria al espíritu defendido por la Comisión Europea para avalar la aplicación de una nueva fiscalidad a los grandes grupos por la crisis energéticas. Y es que Bruselas apuesta por aplicar impuestos para recortar los beneficios extraordinarios que se estén generado durante la crisis, pero no simplemente los ingresos de los grupos, y centrarse en empresas petroleras, gasistas y de carbón.

El Gobierno español se ha mostrado abierto a modificar el impuesto a las energéticas para adaptarlo a las propuestas lanzadas por la Comisión Europea, pero de momento la proposición de ley de PSOE y Unidas Podemos mantiene el gravamen sobre los ingresos de todas las energéticas a la espera de eventuales cambios a lo largo de la tramitación parlamentaria de la normativa. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha subrayado en varias ocasiones la intención de la eléctrica de acudir a los tribunales para tumbar el nuevo impuesto si se mantiene tal y como está diseñado hasta ahora.