Seguridad Social

Escrivá blinda su reforma de pensiones con una subida automática de cuotas si el gasto se dispara

El ministro presenta a los diputados el mecanismo acordado con Bruselas para garantizar que las cuentas se ajustarán aunque no se cumplen sus previsiones

José Luis Escrivá.

José Luis Escrivá. / EFE

Rosa María Sánchez / Gabriel Ubieto

El Gobierno deberá aplicar una subida automática de las cotizaciones sociales de todos los trabajadores si, en un futuro, el gasto en pensiones se dispara y los nuevos ingresos inyectados al sistema público no son suficientes para compensarlo. Y siempre que dicho Gobierno, sea del signo político que sea, no logre pactar ajustes con los agentes sociales y una mayoría política dentro del Pacto de Toledo para solventar ese déficit. El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha presentado este miércoles a los diputados en el Congreso este mecanismo acordado con Bruselas y que persiguen garantizar que las cuentas se ajustarán en caso de que no se cumplieran sus previsiones para apuntalar la sostenibilidad del sistema.

Escrivá ha comparecido este miércoles en el Congreso para tratar de atar los votos necesarios para sacar adelante su reforma. Un paquete de medidas que llega previamente avalado por los sindicatos, que han escenificado este mismo miércoles su 'sí', y, días antes, por la Comisión Europea. Uno de los mecanismos con los que el responsable de la Seguridad Social logró convencer a Bruselas de la suficiencia de su reforma es a través de una disposición adicional que concede a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) un papel de monitorización y tutelaje sobre la evolución del gasto público. Lo que Escrivá ha bautizado como una "cláusula de cierre". "Es un elemento metodológico muy moderno, se va a imponer en muchos sistemas", ha defendido.

Este supervisor, a partir de marzo del 2025, deberá enviar al Ejecutivo un informe cada tres años sobre el estado de las cuentas de la Seguridad Social y encender una alarma si sale más dinero de la caja de las pensiones del que entra para costearlas. Y, en caso de que sea así, el Gobierno de turno deberá tomar las medidas pertinentes para corregir esa desviación. Y si no logra consensuarla y aplicarla, deberá subir la cotización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) para compensar dos décimas partes de ese exceso de gasto estimado por la Airef. Además de otras dos décimas en cada uno de los años siguientes "hasta que se adopten nuevas medidas del mismo impacto o el exceso de gasto neto sea corregido", según consta en el borrador discutido esta semana con los agentes sociales. 

Escrivá ha tenido que modular su versión inicial del MEI, un aumento de las cotizaciones del orden de 0,6 puntos que se aplica a todos los asalariados, que ha entrado en vigor este año y que a partir del que viene irá subiendo progresivamente hasta alcanzar el 1,2% en 2029. Este aumento de las cotizaciones se repartirá un punto para las empresas y dos décimas para el trabajador y es una de las medidas incluidas en la nueva reforma de las pensiones para dotarse de ingresos suficientes, entre otros, ante el previsto aumento de gasto derivado del retiro de la generación de los 'baby boomers'.

Pese a ser este 2023 el primer año de vigencia del MEI, la Comisión Europea lo ha tachado de insuficiente y ha obligado a Escrivá a doblar su importe en los próximos años, así como a hacer indefinida su vigencia, cuando inicialmente estaba previsto a 10 años. El ministro ha reestructurado su modelo de ingresos en torno a dos variables objetivas. Por un lado, la previsión de gasto que periódicamente resulte del 'aging report', elaborado desde la Comisión Europea, y, por el otro, la proyección de ingresos del sistema español que periódicamente vaya actualizando la Airef.

15.000 millones más a la caja

La reforma diseñada por Escrivá pretende apuntalar el sistema a través de un menor gasto en pensiones, a través de un sistema de incentivos y penalizaciones que provoquen que los españoles se jubilen entorno a los 67 años, y de mayores ingresos, a través de nuevas subidas de cotizaciones y una tasa sobre los salarios que no tributan a la Seguridad Social. Según las proyecciones que el ministro ha presentado este miércoles, actualmente España destina el 12,2% de su PIB a pagar pensiones. Dicho porcentaje irá aumentando durante las tres próximas décadas, fruto del retiro de los 'baby boomers', hasta alcanzar un pico del 13,5% en 2047. Luego irá bajando hasta el 11,2% en 2070.

Para apuntalar ese aumento de gasto, la reforma de Escrivá prevé llevar unos 15.000 millones de euros -el equivalente a 1,5 puntos del PIB- a la caja del erario público. Y no caer así en un déficit del sistema público. No obstante, si sus previsiones no se cumplieran, ahí entraría en vigor esa cláusula automática vinculada a la monitorización de la Airef.