Cuarta revolución industrial

Israel necesita 33.000 expertos en nuevas tecnologías

Las autoridades israelíes ofrecen una financiación de hasta el 85% de los proyectos digitales a informáticos extranjeros con un visado especial de 24 meses

Vista de Tel Aviv (Israel).

Vista de Tel Aviv (Israel). / ALFONS RODRÍGUEZ

Natalia Vaquero

Una sorprendente familiaridad con el fracaso que les invita siempre a levantarse sin rendirse jamás impulsa a los israelíes de nuevo a lanzar una vigorosa campaña para atraer a más de 33.000 especialistas en nuevas tecnologías que desarrollen las ideas más rompedoras de la cuarta revolución industrial, ya en marcha, en este oasis científico que brota en el convulso Oriente Medio.

Cada año surgen en este país de menos de nueve millones de habitantes 'start-ups' de todo tipo centradas, muchas de ellas, en acompañar los cambios sociales que se avecinan en un mundo cada vez más poblado y envejecido, amenazado por ciberdelincuentes que ponen en jaque a las naciones más desarrolladas.

Sin embargo es muy difícil toparse con emprendedores foráneos en Tel Aviv porque Israel siempre ha preferido que fueran sus propios ciudadanos los que desarrollasen el talento necesario para poner en marcha empresas innovadoras, disruptivas y globales. Pero el escenario ha cambiado y desde 2019, el país hebreo busca, sin mucho éxito, a extranjeros para avanzar en sus conocimientos de ingeniería.

Las autoridades israelíes ofrecen una financiación de hasta el 85% de los proyectos digitales a informáticos extranjeros con un visado especial de 24 meses para trabajar en esta nación que se erige como la tierra prometida de un mundo hiperconectado. La oferta de trabajo complementa la bolsa ya existente de empleos vinculados a las iniciativas más revolucionarias del planeta que se suman al milagro tecnológico para atraer inversiones de todo el mundo y convertir en negocios sus ideas vanguardistas.

Los israelíes presumen de su Silicon Wadi muy cerca de la bulliciosa y tolerante Tel Aviv, la segunda ciudad más grande del país, capital cultural y económica de esta joven nación y epicentro innovador que inspira sin complejos a los genios del Silicon Valley de San Francisco.

Miles de empleos para el norte del país y las regiones periféricas

"No hemos tenido mucho éxito en la primera convocatoria que lanzamos para atraer a extranjeros a Israel que propongan y desarrollen 'star-ups' dedicadas al cambio social que se avecina", reconoce Dror Bin, director ejecutivo de la Autoridad de Innovación de Israel, organismo autónomo con capital público y privado, decidido ahora a crear miles de empleos en ingeniería en el norte del país y en las regiones periféricas con inmigrantes de todo el mundo que llegan bajo la Ley del Retorno, así como con ciudadanos israelíes que regresan de vivir en el extranjero.

El programa piloto de visado para la innovación permite a emprendedores foráneos trabajar en Israel durante 24 meses y recibir apoyo de los expertos de la Autoridad de Innovación. Israel les ofrece además alojamiento, infraestructura tecnológica y respaldo logístico para desarrollar sus proyectos.

Si tienen éxito y lanzan una 'start-up', el carísimo país hebreo les dejará trabajar con un visado de experto durante cinco años en un ecosistema tecnológico muy estimulante.

Motor de crecimiento de la economía israelí

“La industria tecnológica es el motor de crecimiento de la economía israelí, incluso en períodos de desaceleración", añade Bin, empeñado en atraer capital humano de alta calidad a Israel desde el extranjero, incluidos Rusia y Ucrania, e integrarlos en el Industria tecnológica israelí.

La Autoridad de Innovación defiende la necesidad de que las tecnologías mejoren la calidad de vida de las personas sin perjudicar a la sociedad. "No es incompatible generar ingresos con ser sostenibles", apunta Bin, que vislumbra una "revolución de impacto" para concienciar a las empresas de que el progreso no debe estar reñido con la salud medioambiental.

Empeñados en centrar ahora sus esfuerzos en el desarrollo de las puertas que abren la inteligencia artificial y la computación cuántica.

La necesidad de apostar por la tecnología agraria

Dror Bin augura un futuro repleto de retos entre los que destaca la necesidad de apostar por la tecnología agraria para alimentar a un planeta cuya población no deja de crecer. La computación cuántica mediante el desarrollo de la nanotecnología y el estudio matemático de las moléculas facilitará la simulación de fármacos y fertilizantes, avanza Bin, firme defensor de un progreso que proteja los valores humanos, acerque a todo el mundo la sanidad y la educación y garantice la seguridad de los países.

Bin está convencido de que el transporte del futuro será público o se realizará mediante coches autónomos cuyos sensores ya son diseñados en Israel para las principales empresas automovilísticas del mundo.

Las cifras sobre nuevas tecnologías son simple y llanamente impresionantes. Israel destina cerca del 5% anual de su Producto Interior Bruto (PIB) a I+D, encabezando el ranking mundial, mientras tiene a gala disponer de uno de los sistemas educativos mejores del planeta, sobre todo en el fomento de los conocimientos de ingeniería. Por algo 140 de cada 10.000 ciudadanos israelíes son ingenieros.

Lo que buscan ahora es que expertos de otros países se sumen a la cuarta revolución industrial que combina vanguardistas técnicas de producción con sistemas inteligentes capaces de mejorar la vida de las personas.