MOBILE WORLD CONGRESS 2025
Las telecos de España abren un nuevo ciclo tras el año más loco del sector
Los cambios históricos en Telefónica -con nuevos accionistas y nuevo presidente-, la fusión de Orange-MásMóvil, la compra de Vodafone por Zegona o el empuje de Digi abren una nueva etapa, con más guerra comercial y también grandes alianzas

El presidente de Telefónica, Marc Murtra. / Telefónica

El sector español de las telecomunicaciones se prepara para una etapa totalmente nueva tras varias convulsiones casi simultáneas y entre las que se confunden cuáles son causa y cuáles consecuencia. Tras un año loco para el sector, todas las grandes telecos han sufrido cambios accionariales profundos, con efectos de calado tanto internos como para el conjunto de la industria; la regulación que encorsetaba la operativa de Telefónica como antiguo monopolio ha empezado a volatilizarse con efectos sistémicos para todo el sector; las compañías han abierto una ronda de alianzas para compartir e invertir juntas en redes y a la vez se rearman para avivar la guerra comercial y encarar el empuje de las ‘low cost’, con Digi como gran ariete; y además empiezan a tomar posiciones de cara a la ola de fusiones y alianzas que se da por hecho que revolucionará el sector de las telecos en Europa.
Un nuevo ciclo y un tablero de juego renovado y cambiante -y que seguirá mutando en los próximos años- en los que la industria de las telecomunicaciones encara una nueva edición del Mobile World Congress (MWC), la gran cumbre mundial del móvil que se celebra esta semana en Barcelona. Una cita global en la que la cara más visible del sector español de las telecos también ha cambiado, tras el nombramiento de Marc Murtra como nuevo presidente de Telefónica -que ejerce a todos los efectos como compañía anfitriona del congreso- y el cese fulminante de José María Álvarez-Pallete al frente de la operadora española, que conllevó de forma automática que dejara también la presidente de la patronal mundial GSMA, organizadora del propio MWC.
Una nueva Telefónica está conformándose tras el terremoto del ultimo año y medio. La inesperada irrupción en su accionariado de Arabia Saudí ha agitado el avispero corporativo y ha desatado una sacudida histórica, con un nuevo núcleo de grandes accionistas (la estatal SEPI y la Caixa ahora tienen ambas participaciones del 10% en respuesta al 10% de Saudi Telecom) y un nuevo consejo de administración acorde al actual escenario; con un nuevo presidente que prepara ya una revolución en la cúpula del grupo (ha elegido como nuevo CEO al actual presidente de Telefónica España, Emilio Gayo, y otros grandes cambios vendrán) y también un giro estratégico para el grupo.
Compras, fusiones y sus consecuencias
Tras dos largos años de preparativos y de un proceloso vía crucis para conseguir el visto bueno de Bruselas, Orange España y MásMóvil consiguieron cerrar su fusión el pasado abril y crear la mayor teleco de España por número de clientes, acabando con el histórico liderazgo de Telefónica (que sigue, no obstante, como principal compañía por ingresos y rentabilidad). El año pasado también cambió de dueño Vodafone España, que ahora está controlada por el grupo británico Zegona tras una operación de 5.000 millones de euros. El nuevo socio ha emprendido un proceso de reestructuración profunda de la compañía tras años de números rojos millonarios.
El fusión de Orange y MasMóvil ha provocado otros movimientos en el sector nacional. Telefónica ha estado durante años reclamando a las autoridades españolas el levantamiento de las restricciones comerciales y las obligaciones especiales que aún arrastra como antiguo monopolio estatal de las telecomunicaciones. El nacimiento de MasOrange ha abierto la espita de manera definitiva y Telefónica está consiguiendo ahora ir librándose de manera acelerada de algunas de estas limitaciones regulatorias con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) rebajando o eliminando esas restricciones.
Un nuevo escenario que Telefónica espera que le permita poder competir con más libertad en el mercado español y plantar cara al empuje comercial de las compañías de bajo coste, y que tiene a Digi como gran baluarte de la ofensiva 'low cost'. La teleco de origen rumano es desde hace tiempo la compañía que más crece y se ha convertido de facto el cuarto gran operador del mercado español (impulsada también por haberse quedado con los activos que Orange y MásMóvil tuvieron que ceder para conseguir la autorización de Bruselas para su fusión).
Las compañías ‘low cost’ llevan años logrando quedarse con en torno al 60% de todas las nuevas altas del sector, tanto las portabilidades (cambios de compañías en las que el cliente mantiene el número anterior) como de las líneas con nueva numeración. En la práctica el mercado español está partido en dos, con una oferta amplia de tarifas con precios de derribo y servicios ajustados y, en el otro extremo, una oferta premium controlada por las grandes compañías con paquetes de consumo de datos ilimitados, contenidos exclusivos y otros servicios de alto valor añadido.
El sector de las telecomunicaciones se ha instalado desde hace años en una competencia feroz, en una aparente guerra comercial permanente, que ha empujado a la baja las tarifas medias para regocijo de los clientes y para preocupación de las compañías, que se mueven en un negocio deflacionario durante años y con rentabilidades a la baja. En este escenario, las grandes telecos están sellando alianzas para ahorrar costes y maximizar inversiones en el despliegue de red en España, el país con mayor extensión de fibra óptica de Europa.
En los últimos meses, la nueva Vodafone España ha articulado dos alianzas con sus grandes rivales para compartir sus redes de fibra óptica. La compañía ha creado filiales conjuntas tanto con Telefónica como con MasOrange para unir esfuerzos y ganar eficiencia y, al tiempo, hacer caja. Las telecos buscan para la dos nuevas sociedades de redes (FibreCo, según la terminología sectorial) la entrada de un tercer socio financiero para venderle una participación minoritaria. Una ronda de alianzas que previsiblemente vendrá seguida de una esperada reordenación del universo de telecos medianas del mercado español (Avatel, Adamo, Finetwork…) con nuevos movimientos corporativos.
Ecos de fusión en Europa
Marc Murtra aprovechó su primer gran acto público, la presentación de los resultados anuales de Telefónica la pasada semana, para anunciar que prepara un cambio de estrategia para adaptarse al nuevo juego de poderes global que está naciendo a golpe de proteccionista y para blindar la soberanía económica de Europa frente a otras potencias mundiales.
Murtra ha activado una “revisión estratégica” con el objetivo de impulsar cambios en la actual estrategia de la compañía un papel activo en los “cambios drásticos” que vienen en el sector de las telecomunicaciones y de las tecnologías en Europa y para ser protagonista de una previsible ola de fusiones y grandes telecos continentales. Unos movimientos en línea con posición impulsada por la Comisión Europea -y por el Gobierno de Pedro Sánchez también- de defensa de la autonomía estratégica del continente, y que se ha ido perfilando cada vez más al calor del ‘informe Draghi’ y del ‘informe Letta’ a modo de revulsivo.
La Unión Europea necesita un plan de acción para volver a ser una potencia industrial y para acabar con la permanente pérdida de competitividad frente a EEUU y China. Y la competitividad de la economía europea depende cada vez más de la digitalización de todos sus sectores y del desarrollo de capacidades en tecnologías avanzadas, al tiempo que se contribuye con ello a la descarbonización y a la autonomía estratégica de la UE. Pero de momento el modelo industrial europeo en este campo se basa en la importación de esas tecnologías avanzadas, con una excesiva dependencia de terceros, tanto EEUU como China y otras potencias asiáticas, y la UE quiere mover ficha para ir armando nuevos ‘campeones’ continentales. Es en este escenario en el que se enmarca la ‘revisión estratégica’ anunciada por Murtra para Telefónica.
Las tecnológicas y telecos europeas no tienen el tamaño suficiente para impulsar su propia tecnología e invertir lo suficiente para hacer frente a sus rivales norteamericanos y asiáticos, y poder competir así en el despliegue máximo de redes de banda ancha de alta velocidad y 5G, en materia de computación e inteligencia artificial y tampoco en la fabricación de microchips. El informe elaborado por Mario Draghi, expresidente del BCE y exprimer ministro italiano, respalda muy explícitamente fomentar las fusiones entre compañías de telecomunicaciones -casi un anatema para Bruselas en las últimas décadas- relajando el corsé actual de la normativa de competencia, con el objetivo de reducir la debilidad del fragmentado sector de las telecos en Europa (con 34 operadoras con red y 351 operadores virtuales, frente las tres telecos con red y 70 virtuales de EEUU o las cuatro compañías con red y 16 virtuales de China).
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