ENERGÍA

El Gobierno deja a Repsol la negociación directa con Trump por Venezuela y le dará "apoyo" si es preciso

La petrolera española busca vías para evitar su salida del país caribeño dentro de dos meses tras la revocación de EEUU de su permiso especial para exportar crudo pese a las sanciones contra Maduro

El Ejecutivo cree que es la compañía la que debe marcar la estrategia de negociación con Washington. Exteriores apunta que en la primera conversación de Albares con su homólogo de EEUU se han abordado "los intereses de las empresas españolas, como Repsol".

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo. / EFE

David Page

David Page

Madrid

Repsol mantiene contactos con la Administración Trump para buscar alternativas y evitar su salida forzosa de Venezuela. Unas negociaciones que lleva la propia compañía directamente sin la participación directa del Gobierno español, que se limita a “acompañar” y “apoyar” al grupo petrolero en esta crisis provocada por la intensificación del cerco de Washington sobre el régimen de Nicolás Maduro.

El Gobierno de EEUU ha decidido revocar los permisos especiales que tenían varias petroleras internacionales asociadas con la compañía estatal venezolana PDVSA, entre ellas Repsol, para exportar crudo y otros productos derivados desde el país caribeño. La compañía española busca fórmulas para evitar el fin de sus operaciones en Venezuela, después de que la Administración estadounidense haya dado a las petroleras un plazo de sólo dos meses, hasta finales del próximo mayo, para liquidar sus operaciones el país.

“Esperamos que la empresa pueda llegar a un acuerdo con la Administración americana para que pueda seguir operando en el país”, ha explicado este miércoles el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, desmarcándose de las negociaciones en marcha y dejándolas en manos de la compañía. “Estamos apoyando a la empresa en su proceso de diálogo (…) Es importante la negociación y llegar a una solución acordada. Tenemos mucho que proteger”.

Dejar hacer a Repsol

Fuentes oficiales del Gobierno apuntan a EL PERIÓDICO que el contacto con Repsol es "directo y constante" desde hace semanas. "Desde el primer momento hemos ofrecido nuestro apoyo para el diálogo con la administración estadounidense si fuera preciso. Es la empresa la que en primer término debe establecer la estrategia a desarrollar de negociación", apuntan desde el Ejecutivo. "Saben que pueden contar con el Gobierno para lo que necesiten".

No obstante, esta tarde se ha producido la primera conversación directa entre el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, y el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, desde la llegada de la nueva Administración norteamericana. El jefe de la diplomacia española ha desvelado que la conversación ha versado sobre las relaciones España-EEUU, la importancia del vínculo transatlántico y los lazos con América Latina. Fuentes del Ministerio de Exteriores han detallado que también se han abordado "los intereses de las empresas españolas, como Repsol", sin más detalles los términos en que se ha desarrollado este punto y si se puede considerar una negociación.

Repsol lleva operando más de tres décadas en Venezuela y actualmente concentra su actividad muy mayoritariamente en la producción de gas natural, más que de petróleo. El 85% de la generación de la compañía en el país caribeño es de gas natural para consumo interno, no se exporta tiene una importancia clave para sostener el sistema eléctrico en una parte sustancial del país. Pero Venezuela paga en especie, en buques cargados de petróleo, la deuda histórica acumulada (actualmente de unos 600 millones de euros) y también por sus operaciones actuales en el país. Y ese petróleo sí que está destinado a la exportación y se vería afectado por la retirada de los permisos por parte de Washington.

Una década de altibajos en Venezuela

“Estamos en relación directa con las autoridades americanas, vamos a ver si somos capaces de buscar mecanismos que puedan permitir que sigamos con nuestra actividad en este país”, subrayó esta semana Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. “El diálogo está abierto, estamos hablando y trataremos de buscar mecanismos que permitan que nuestra actividad, que siempre ha tenido altibajos y periodos de dificultad en los últimos 10 o 15 años”.

Los permisos especiales para poder exportar fueron emitidos por el Departamento del Tesoro estadounidense en el anterior mandato presidencial de Joe Biden. Se trataban de exenciones específicas para permitir a algunas petroleras operar en Venezuela y exportar el petróleo de PDVSA sorteando las sanciones impuestas por Washington contra el régimen de Maduro. “Si se toman medidas discrecionales, injustas e injustificadas”, ha apuntado el ministro Cuerpo, “tenemos las herramientas necesarias para responder” en el marco de las competencias comerciales de la Unión Europea.

Repsol tiene una exposición patrimonial de 504 millones de euros en Venezuela por sus activos en el país, prácticamente el doble que los 259 millones del año anterior, pero muy por debajo del máximo de riesgo de 2.400 millones que alcanzó hace una década. La exposición patrimonial actual se concentra muy fundamentalmente a la financiación otorgada a las sociedades conjuntas de producción de petróleo y gas Petroquiriquire y Cardón IV que tiene en el país, junto a PDVSA y la italiana ENI, y también a la deuda histórica aún pendiente de pago que acumula con la petrolera estatal venezolana.

Tras años reduciendo su exposición al mercado venezolano, Repsol había reactivado su negocio en el país en colaboración con la estatal PDVSA en 2023 con acuerdos para elevar su producción (de unos 24,4 millones de barriles de crudo equivalentes el año pasado) y el año pasado consiguió darle un impulso a su actividad en el país tras recibir permisos de exportación por parte de la Administración de Joe Biden.

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