En la Costa del Sol hay un establecimiento que ha irrumpido en el panorama gastronómico con un concepto transgresor y arriesgado. Alejado de los tópicos propios de la zona, Coco Bambú, ubicado en Torremolinos, ha apostado por ofrecer una gastronomía latina a base de platos tradicionales que nada tienen que ver con el más que explotado tex mex - unión de recetas estadounidenses y mexicanas-. Coco Bambú está ubicado en primera línea de playa. El local, de diseño fresco en tonos bambú y verdes que recuerdan la exuberancia de zonas tropicales, dispone de un amplio salón y dos terrazas que pueden dar servicio a 120 cubiertos.

Pese al marcado aire latino de su decoración y a que su propietario tenía claro que quería reflejar la cultura gastronómica de los países que había recorrido haciendo surf, sus propuestas culinarias iniciales no recordaban aquellos exóticos lugares. Tras coquetear con la cocina de fusión mediterránea y otras propuestas que se alejaban mucho de la idea original, es ahora con el cambio de carta de primavera-verano cuando parece que la idea latina cobra un significado real en Coco Bambú. De la mano del chef mexicano Robert Nieves, el concepto de Coco Bambú va cogiendo cuerpo. Al leer las nuevas propuestas el comensal ya se sitúa: playa, decoración y gastronomía. Viajamos al sur de América.

La ruta gastronómica que tiene prevista Coco Bambú ha comenzado por Brasil y México. «Son cocinas muy complementarias ya que usan muchos ingredientes comunes como las harinas, las legumbres o la fruta y la combinación de pescados y cítricos. Y aunque son muy similares, el comensal sí notará la diferencia entre ambas», comenta el chef. La diferencia más notable está en el picante. Si México lo usa para todo, Brasil no. Sin embargo, la idea no acaba aquí. Perú, Chile o Argentina son los próximos destinos que piensan poner a la mesa. «Para poder desarrollar estas cocinas primero visitaremos los países de origen para conocer a fondo su gastronomía y traernos la cocina local más autóctona», explica Robert. La idea es no tirar de clichés.

La nueva carta de Coco Bambú, que entró a principios de abril, cuenta con platos sabrosos de recetas originales. Comida casera y tradicional pero desconocida para el que se sienta a la mesa. Ahí está la gracia y también el riesgo. Muchas de las propuestas son totalmente ajenas al común de los mortales, por lo que la experiencia al paladar es doble. Entre las nuevas propuestas destaca la moqueca de langostinos y corvina acompañada de farofa -harina de mandioca o yuca- y arroz. Se trata de un plato brasileño, similar a un guiso, de textura muy suave y sabroso al que la farofa le aporta el punto crocante. Entre las carnes destaca la presa ibérica a las brasas acompañada de feijoada -guiso de alubias negras de intenso sabor-.

En el rincón mexicano se apuesta por los sabores más auténticos incluyendo interpretaciones de platos típicos callejeros al estilo ‘street food’. Los tacos se sirven en unas divertidas tejas de cerámica y las tortillas de maíz son las auténticas mexicanas, es decir, ‘nixtamalizadas’: proceso en el que se hierve el maíz con cal para conseguir el nixtamal que luego se muele para hacer la base del taco. En la carta se pueden encontrar de carne: pollo, ternera y cerdo. Y de pescado: rosada y marisco. Es el caso de ‘el de Miguel de Acapulco’, taco de pulpo y langostinos al ajillo con chile guajillo y guacamole propio de la zona costera. De postre es más que recomendable el açai con granola -muesli- y banana. Un granizado de la fruta que lleva su nombre propio de Brasil que es refrescante y dulce a parte iguales. Y chocolate, nachos y palomitas, una combinación inesperada y muy recomendable.

La nueva carta que invita a compartir es fresca, de propuestas bien trabajadas, sabores equilibrados y con un emplatado muy estético. Una oferta gastronómica disruptiva en Málaga que sitúa a Coco Bambú como un refugio de la esencia gastronómica latina.

Playa, hamacas y gastronomía

La oferta de Coco Bambú se completa con servicio de gastronomía y bebida, incluidos los cócteles, en las 180 hamacas que disponen justo en frente del local, en pleno Bajondillo, lo que extiende su concepto latino a una carta más finger food -comer con los dedos-. Destacan el sándwich cubano pulled pork -carne guisada a baja temperatura- con queso gouda y mayonesa de jalapeños, la ensalada césar con pollo crujiente, regañas de ajo negro, tomates cherrys y lascas de pecorino y el guacamole con jalapeños y totopos.

Coctelería mexicana frente al mar

En la apuesta por el concepto de gastronomía sudamericana, hasta la coctelería se ha cuidado y versionado, pudiéndose disfrutar en la terraza con vistas a la playa que tiene en la parte superior del local. Además de los grandes clásicos, también se harán micheladas: cócteles mexicanos a base de cerveza, salsa picante y cítricos que serán servidos con unas brochetas de langostinos. El cliente puede elegir la marca de cerveza mexicana que quiere en el combinado: negra Modelo, Coronita, Bohemia -tipo pilsner- o la 12 lager -rubia suave-. Esta oferta se complementa con un cóctel de mango con chile chipotle, tamarindo y mezcal y otro a base de guayaba, pepino, mezcal y jalapeño.

Trabajar en el concepto

Todo restaurante tiene que tener una identidad, un concepto que los defina y que el cliente identifique para saber qué puede esperar del sitio. Sin embargo, Coco Bambú no supo encontrarlo hasta ahora con la nueva carta que parece fraguar su propia idiosincrasia. Pese a que se observa en las propuestas un reducto de la influencia de fusión mediterránea, manteniendo arroces a la leña, pizzas o un steak tartar, (entendemos que para dar cabida a un público presumiblemente extranjero) esperemos que eso no sea el punto de retorno. Es mucho más interesante para el cliente explorar un desconocido territorio latino de sabores y contrastes únicos, que ofertar platos universales fácilmente reconocibles. No perder el rumbo a las Américas es lo que se espera.