Comer del huerto ecológico hortalizas y flores comestibles que ves desde tu habitación o recoger tú mismo las frutas y los huevos para el desayuno y disfrutarlo en un entorno diseñado para ser sostenible y saludable, son las opciones que ofrece Casa SiempreViva. Se trata del primer establecimiento hotelero construido en Andalucía bajo las premisas de edificación Passivhaus, cuyo objetivo es ser respetuoso con el medioambiente y que la habitabilidad sea sana para los huéspedes. Y a este concepto de edificación sus propietarios le han unido la filosofía de la gastronomía ecológica y de autoabastecimiento incorporando un huerto y un gallinero propios.

Este novedoso hotel está bajo la batuta de Mayte González y Javier Martínez, quienes encontraron en la forma de construcción su filosofía hotelera y de vida. «Queríamos crear un espacio equilibrado y agradable para el ecosistema y para nuestros clientes», asegura Mayte. Y lo encontraron en el estándar Passivhaus. Éste busca construir espacios que logren el mayor confort y eficiencia energética posible, aprovechando la luz solar. Disipando el calor en verano y absorbiéndolo en invierno. También utilizan filtros que mantienen la temperatura y pureza del aire.

La parte gastronómica se entronca con la filosofía de construcción. En la mesa todos los productos serán de su propio huerto o de otro cercano, también ecológico. «No es un restaurante al uso. Habrá una carta limitada de platos y tapas sencillos basados en lo que nos dé nuestros huerto y gallinas», comenta su propietaria. Otros productos como el vino y la cerveza también serán ecológicos y de proximidad. Su apuesta por la economía social del entorno le han llevado a trabajar sólo con proveedores locales.

El hotel cuenta con cinco habitaciones cuidadas al máximo. Todas tienen vistas al mar y están equipadas con muebles de madera de bosques sostenibles o piezas rehabilitadas por artesanos de la zona y todos los textiles son de algodón ecológico. Un retiro perfecto para cuerpo y alma. Masajes, yoga y rutas en bicicleta completan las opciones de la estancia.

Jardín de flores comestibles

Cuando un proyecto se piensa tanto desde el punto de vista del cliente, del paisaje y de la economía local el resultado suele ser extraordinario. El jardín que rodea al hotel cuenta con un huerto de flores comestibles, hierbas aromáticas y frutas en miniatura silvestres.

El ingeniero de jardines que ha diseñado este espacio es el que proveía al Bulli de Ferrán Adriá de todas las flores que se servían en su laureado restaurante. Sin embargo, lejos de lo que se pueda pensar en este hotel no existe un cartel de ‘prohibido pasar’, sino más bien uno que indica ‘pasen y vean’. Todos los clientes pueden ir al huerto a coger lavanda para su habitación o elegir la variedad de albahaca que quieren para su ensalada.