Son muchas las formas con las que podemos trabajar nuestro cuerpo y mente para hacernos sentir mejor. Hacer ejercicio, realizar técnicas de relajación y, sobre todo, comer sano y de forma equilibrada. Tener una educación nutricional es básico para ponernos en forma. Sin embargo, pese a que sabemos que las dietas milagro no existen son muchas las tentaciones de hacer restricciones alimentarias con el propósito de perder peso rápidamente. Es el atajo al que muchos recurren y que los especialistas advierten de que no es buena idea. Así, hace unos años se pusieron de moda los ayunos prolongados que consisten, básicamente, en un retiro en el que durante varios días al paciente se le restringe la alimentación de forma guiada y a los que se les suele acompañar con actividades como senderismo, yoga o meditación. Son muchos los centros que lo ofrecen y los días oscilan entre los tres y los trece días. En este tiempo, el paciente tiene unas pautas muy definidas en cuanto a la ingesta de caldos o infusiones, así como del resto de alimentos. Los precios del mercado oscilan entre los 300 y los 2.000 euros en adelante para las estancias más prolongadas. Pero ¿qué hay detrás de estos ayunos? ¿Son beneficiosos para nuestra salud o perjudiciales?

Estos ayunos se ofertan prometiendo a los pacientes una pérdida de peso, una desintoxicación del cuerpo tipo dieta 'detox' y una mejora de la salud mental ayudando a relajar tu cuerpo. Sin embargo, para Ana Márquez, dietista-nutricionista y directora de Nutrisana Educación, ninguna de las tres opciones le sirven como válidas desde su punto profesional. «Si el objetivo del ayuno es eliminar las toxinas del cuerpo que están acumuladas para eso ya están los riñones y el hígado que son los encargados de expulsar lo que el cuerpo no necesita. Solo hay que cuidarlos para que funcionen bien», comenta la dietista-nutricionista.

Por otro lado, según la experta, si adquirir conductas positivas para el organismo es otro factor determinante para realizar los ayunos, tampoco es una buena opción puesto que pautar restricciones alimenticias no es la solución. «Si durante unos días determinados me indican qué no debo comer y no como, no estoy preparándome para mi día a día en mi casa fuera de ese entorno controlado. ¿Qué se pretende que el paciente no ingiera alimentos en casa»?, recalca Ana Márquez.

Respecto al último objetivo de un ayuno que es la pérdida de peso y la salud nutricional, según esta dietista-nutricionista tampoco se consigue. «Perdemos peso, pero luego se vuelve a recuperar porque no se educa al paciente en hábitos saludables. Sólo les pauta un ayuno y no se les informa de las opciones saludables para perder peso, ni entienden por qué beben un caldo o una infusión. No participan de ese cocinado y de lo que representa saber qué comer y porqué lo comes», asevera Márquez

Otro de los inconvenientes de someter a tu cuerpo a un ayuno prolongado es el efecto rebote. «Cuando restringimos alimentos de forma prolongada tu cuerpo protesta poniendo en marcha una serie de mecanismo ahorradores de energía, guardando más de lo que necesita», explica. Otro de los efectos de estos ayunos es que despierta el apetito, tanto el fisiológico, como el psicológico, por lo que al final el paciente come más de lo que debe.

Para Ana Márquez a todas estas objeciones habría que añadir la que, según su criterio, es la que tiene más fuerza: «no existe evidencia científica que lo avalen». «Detrás de estos ayunos no hay especialistas en nutrición ya que este método no tiene estudios que lo apoyen. No están avalados y, por tanto, sólo hay detrás un ánimo de lucro y falsas promesas», apostilla.

Pese a que los expertos advierten de que esta práctica no es beneficiosa, también añaden que estos ayunos prolongados no tienen nada que ver con los ayunos intermitentes. Son restricciones que normalmente se realizan con deportista de competición para conseguir un mejor resultado del cuerpo. «Son ayunos marcados por expertos dietistas-nutricionistas, pero son restricciones muy estudiadas en cada caso», explica Márquez.