No podían. Era casi impensable que después de tantos años dejaran así, sin más, el local que tantas alegrías les había dado. Dicho y hecho. Pero ¿qué montar si La Tranca ya se mudaba justo enfrente? Pocos días antes de cerrar entró un señor y les dijo que este sitio le traía muchos recuerdos. Dijo que ahí empezó él. "Pero ¿qué hacía?, ¿quién es usted?"-, preguntó Ezequiel Silvetti propietario de La Tranca. "Aquí empecé machando mis primeras aceitunas, esto era un antiguo ultramarinos. Soy Manuel Roldán, dueño de Aceitunas Roldán", respondió él. Aquel lugar albergaba demasiada historia gastronómica para dejarlo pasar. Y así, sin más, fue como decidieron rescatar el concepto originario del establecimiento y montar una abacería donde el cliente pudiera comprar los productos selectos o disfrutarlos en el local.

Colmado 93 abrió sus puertas el pasado 4 de diciembre con un concepto que viene a complementar al que los dueños tienen con La Tranca. "Engloba todos los productos que nos parecen interesantes", comenta Silvetti. "Lógicamente las aceitunas son de Roldán. Chupadedos y la tradicional aloreña", apostilla en tono jocoso.

La relación con Roldán no acaba ahí. Siguen en contacto y es que esta familia tiene una foto antiquísima en blanco y negro, del ultramarinos original que, en breve, según relata Ezequiel, espera que esté colgado en las paredes del local en honor a esos comienzos de la familia Roldán.

De momento, las paredes sobrecargadas de carteles de cantantes de la época y otras efemérides han cambiado por grandes estanterías de suelo a techo con todos los productos expuestos para que el cliente elija si llevarlos a casa o comerlos en sus mesitas altas.

Colmado 93, por el número de su calle en Carreterías y por su filosofía de tener un poco de todo, sirve y vende en horario ininterrumpido desde las 12 hasta las 23 horas en el que se puede disfrutar de un aceite de oliva virgen extra, de vermús, cerveza o 15 referencias de vinos.