Dulces

Casa Kiki recupera sus palmeras de torrijas

En 2018 lanzaron en Semana Santa la de arroz con leche, una propuesta que mantuvieron todo el año, y en 2019 crearon la palmera de torrija, que recuperan este año

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Con una textura diferente pero con el sabor más real de la tradicional torrija, Casa Kiki saca un nuevo producto idóneo para esta temporada del año: las palmeras de torrijas en múltiples formatos.

"Lo último que hemos hecho es la palmera de torrijas. Hemos versionado nuestra torrija para sacar una crema para que cuando te la coma te traslade a ese sabor", explica María José Garrido, gerente de esta dulce empresa.

Famosa por su palmera de formato gigante, lo cierto es que el equipo completo de Casa Kiki trabaja de manera continua para lanzar este producto con sabores diferentes, muchos de ellos fijos en sus vitrinas y otros de temporada que van y vienen. Ya en 2018, con motivo de Semana Santa, sacaron la palmera de arroz con leche, un éxito entre sus más fieles seguidores que les hizo mantener ese sabor todo el año.

Ahora recupera su versión de la torrija, que lanzaron en 2019 y que vuelven a vender con la vuelta de las procesiones esta Semana Santa de Málaga 2022. Se vende en diferentes formatos y convive durante los próximos días con sabores más habituales como la palmera de crema o de diferentes tipos de Nutella, según informa Garrido. Y es que, proponer nuevos rellenos es algo que en Casa Kiki está a la voz del día y su público lo demanda. Con motivo de la Feria de Málaga, en 2018 sacaron una palmera de mojito o para el Día del Padre se aventuraron con una en tamaño especial de tiramisú. "Yo creo que el secreto está en la masa del hojaldre. Eso y el precio, todo suma", explica la artífice del fenómeno de las palmeras gigantes.

Sin embargo, la invención de las palmeras gigantes, que van en un envase de 60 x 40 centímetros, fue pura casualidad, según recuerda Garrido. Hace unos siete años, con motivo de una celebración familiar decidieron hacer una palmera en gran formato, una propuesta que gustó y algunos clientes vieron y comenzaron a solicitar de manera puntual para algunos eventos. "Las pedían por encargo, fue gustando y el boca a boca generó ese crecimiento tan brutal", explica. Y es que pasaron de llegar justo a fin de mes entre sus dos locales -en Portada Alta y calle Gaucín- con cinco trabajadores a tener en tan solo unos años seis puntos de venta repartidos por la provincia, un obrador de grandes dimensiones y una plantilla de más de 70 trabajadores. "Nos costaba atender esa demanda y todo se quedaba pequeño. Nos vimos obligados a irnos a un obrador más grande, en el polígono La Estrella, para trabajar más cómodos y con más recursos", detalla la gerente.

A sus locales iniciales de panadería y pastelería en carretera de Cádiz y Portada Alta, un negocio familiar con el que se quedó tras jubilarse sus tíos hace más de 20 años, se han sumado en los últimos años puntos de venta en el Puerto de la Torre, dentro del Maskom de Fuengirola, el centro comercial de Guadalmarket de Coín y en la estación María Zambrano. "Mucha gente venía para llevarse una palmera a otra ciudad y con esa idea nació ese punto de venta", explica.

Las dos revoluciones vividas en los últimos siete años con la creación de la palmera gigante y la palmera gigante rellena ha sido lo que le ha permitido abrir nuevos puntos de venta. "Trabajamos por y para el cliente, esa es nuestra lucha diaria, dar el mejor servicio", recuerda. Eso, y reinventar cada día el concepto de la palmera con nuevos sabores.

El crecimiento de Casa Kiki es imparable. "No sé cuántas palmeras hacemos pero tenemos más de 40 personas en el obrador", expone. El 60 por ciento de su producción está centrado en palmeras de diferentes formatos y sabores, pero palmeras. El 40 por ciento restante es pastelería ya que, Casa Kiki también tiene una amplia oferta de tartas, dulces y todo aquello que engloba esta rama. Las panaderías solo se mantienen en los primeros establecimientos, el resto están adaptados a los nuevos tiempos. Las palmeras mandan.