La historia de Bodegas Lara se remonta a 1963, un negocio familiar que ha logrado sacar al mercado el primer vino de producción propia elaborado en Ronda, tras varias décadas en la distribución de vnos y licores. Un trabajo de varias generaciones juntas que ha ido a más y ya cuenta con varios caldos propios.

«Teníamos una ilusión enorme por producir en Ronda. Hace unos años se cruzó la posibilidad por el camino y no dudamos», explica el gerente de la bodega, Juan Antonio Lara. Desde ese momento ha sido un no parar y ya cuentan con cuatro vinos diferentes en el mercado: El Lero, un crianza envejecido durante 6 meses en barricas roble francés; La Depa (un crianza de variedad Garnacha que, tras su fermentación, este vino permaneció en depósito hasta su embotellado en primavera) y El Arquitecto - un crianza con 12 meses barricas roble francés «Allier»-y Aniya; un crianza con 18 meses barricas roble francés.

Su viñedo, situado a una altitud de 850 metros dentro de la comarca de la Serranía de Ronda, arroja una variedad como la Garnacha, con la que elaboran vinos en los que destaca su frescor y alegría, dejando recuerdos a fruta fresca. También cuentan con la variedad Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah, con las que conjugan y ensamblar frutosidad, elegancia y carnosidad, y para terminar, como caso particular, nos ofrece una variedad muy compleja de elaborar en climas cálidos como la Merlot, que dada la orientación, altitud y climatología del viñedo, que permite una perfecta maduración, con la que se consiguen unos vinos carnosos, con fruta madura y monte y sobre todo con una gran estructura.