Con 12 millones de visitantes que acuden cada año a la Costa del Sol, asegura que no hay mejor escaparate para mostrar los vinos de la tierra. El presidente José María Losantos explica que el avance en la enología y las nuevas bodegas que nacen en la provincia dan «aire fresco» al sector. La calidad existe, solo falta seguir promocionándola.

El Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierra de Málaga y Pasas de Málaga

La Confederación de Consejos Reguladores reúne a los consejos de casi toda España; somos más de 70. Los consejos de Andalucía estamos más unidos que nunca, e incluso se hizo una fundación para el control de calidad de vinos de Andalucía, por lo que queremos ir juntos a defender los intereses de los consejos reguladores de Andalucía de la región. Nosotros somos el consejo más chico y se decidió que fuésemos el portavoz de todos los consejos dentro de la confederación. Esto significa que estamos en primera línea de la toma de decisiones de posibles cambios y modificación del sector. Estamos informados de primera mano y somos miembros de la ejecutiva de pleno derecho aunque sabemos nuestras limitaciones pero también a quién representamos. Eso debe ser un peso a la hora de tomar decisiones.

¿Qué otros objetivos se marca este consejo regulador?

Hay tres vías; una es intentar no perder más hectáreas de plantación de viñedo, que toda la región sea denominación de origen y no este excluido ningún territorio dado que en el año 74 toda la provincia estaba dentro de la denominación de origen y la promoción de nuestros vinos. Aún son grandes desconocidos aunque se están rejuveneciendo formas de elaborar y después del 2001, con la nueva Denominación de Origen Sierra de Málaga, están saliendo a la luz otros vinos; vinos seco y tintos de otras zonas que no son las clásicas como la Axarquía y los Montes y queremos promocionarlo. Eso y las nuevas formas de hacer vino que tiene Málaga.

La calidad está garantizada, ¿qué falta para seguir creciendo?

Estamos en el buen camino. Por una lado la Málaga tradicional está conociendo un renacer en grandes elaboraciones en la Axarquía y vinos clásicos. Hay bodegas jóvenes recuperando cosas que se habían perdido. Y, por otro lado, la nueva Denominación de Origen hace vinos secos. Blancos, tintos y rosados pero secos que no tienen nada que ver con lo tradicional de Málaga pero que tienen auge en el mercado y ya son reconocidos con premios y dan nuevo aire al sector.

¿Pueden afectar a Málaga los problemas de aranceles de EEUU o el posible brexit en Reino Unido?

Yo creo que sí nos afecta a todos pero es cierto que los aranceles de EEUU se ha agravado a los vinos con tasa de alcohol inferior a 14 grados. Eso nos da una ventaja porque los vinos tradicionales están por encima y los vinos secos de las zonas nueva también rondan los 14 o 14,5 grados, algunos hay de menos pero normalmente están por encima. También es cierto que nuestro nivel de exportación no es vinculante a la hora de tener una crisis del sector y creo que no nos afectará a priori. En el caso del brexit, un poco lo mismo. No sabemos qué va a pasar y qué regulación se va a hacer aunque sí es cierto que pueden incrementarse los gastos de transporte y del pago de frontera pero creo que al final las aguas volverán a su cauce y no creo que estemos demasiado afectados.

¿Cuál es el mercado principal de los productos que representa?

Prácticamente cada uno hace la guerra por su cuenta, buscando mercados nuevos y locales. No hay que olvidar que nuestro mercado local es la propia provincia con la Costa del Sol y 12 millones de visitantes todos los años, eso quiere decir que nuestro mercado, donde viene todo el mundo a vender, para nosotros tiene que ser prioritario y fundamental. Ahora mismo está todo el mundo más preocupado en asentarse, distribuir y ser un referente dentro de Málaga y Andalucía aunque también vendan fuera. Prefiero vender en Mijas que en Helsinki aunque en Mijas está la mayor colonia de finlandeses del mundo. Por ahí van un poco los tiros.

¿Hacen las administraciones públicas toda la apuesta necesaria para fomentar los productos autóctonos?

Nunca está todo hecho y debemos seguir insistiendo en la comunicación y dar a conocer el producto. El consejo regulador, no solo el nuestro, sino los demás también están poniendo en marcha cursos de especialización para que la gente sepa y entienda los vinos. Ahora mismo hay un gran interés en aprender y saber de vinos que hasta ahora estaban un poco olvidados.

¿Hay recambio generacional en el sector?

Esto tiene mucha conversación. Por un lado habría que pensar en el campo, en la viticultura propiamente dicha donde no se encuentra relevo para muchas fincas, un poco por la decadencia del producto, los precios de la uva que no están en consonancia con el esfuerzo que requiere la viticultura en sitios heroicos como puede ser la Axarquía... La gente se ha marchado de lo tradicional porque era complicado. Se intenta recuperar y hay opciones interesantes pero ahí sí tenemos una dificultad y a raíz de ello, la pérdida de hectáreas de viñedos por gente que se ocupe de ellos. Por otro lado, en las bodegas la enología ha avanzado mucho y hay mucha gente joven haciendo grandes productos. Con ello se incentivará que haya productos básicos y que los viticultores sigan manteniéndose. Creo que estamos en un momento especial porque si hay tirón en los grandes vinos y hay gente que está haciendo grandes cosas, también se va a volver a generar riqueza y se repartirá hasta el origen.

¿Ha mostrado ya Málaga todo lo que es capaz de hacer en este sector?

Yo creo que se están reinventando cosas, elaboraciones que se habían dejado de hacer, posicionando vinos que ya no se hacían por la decadencia del precio y en las zonas nuevas se están plantando variedades. La nueva zona de Sierras de Málaga tiene un reglamento que admite un montón de variedades españolas y foráneas; son muchos los colores que tenemos para pintar un cuadro. Es una ventaja de la nueva denominación de origen, sin dejar de preocuparnos por la recuperación de variedades antiguas, que también se está haciendo, y la recuperación de variedades que estaban totalmente perdidas. Yo creo que estamos en un momento muy dulce de vuelta a una nueva generación vitivinícola que va a ser muy interesante para el sector y Málaga donde el consumidor se está notando desde hace unos años que está preocupado por consumir productos de la zona lo cual influye que nuestros productos tenga viabilidad. El momento es optimista.