Estar especializado en Alimentación le ha valido jugar un papel fundamental en la pandemia a este experimentado médico. José Manuel García Almeida es responsable de la Unidad de Alimentación del Hospital Virgen de la Victoria y Jefe de Servicio de Endocrinología del Hospital Quirón Salud de Málaga y desde marzo, se encarga de la alimentación de los pacientes ingresados y los que han superado la Covid-19. Ya con un recorrido mayor y una perspectiva más lúcida de este nuevo virus, actualmente trabaja de forma incesante en la prevención general y en personas de grupos de riesgo, así como en la recuperación de aquellos pacientes que tras pasar por largos periodos de UCI han perdido peso y musculatura. Con este bagaje profesional, no es de extrañar que La Carta Malacitana le invitara como ponente inaugural en su tradicional Ciclo de Conferencias de Cultura Alimentaria. Bajo el nombre 'Covid-19 y Alimentación: Desde la prevención a la recuperación' ha analizado como la alimentación incide en nuestra salud y desmitificando creencias.

Doctor, ¿de qué salud goza actualmente Málaga?

Va a mejor. Si no se desmadra, claro. Los datos dicen que estamos mejorando respecto de las últimas dos semanas. De momento la tendencia es que bajan los ingresos y suben las altas (datos a cierre de esta edición). Aunque hay picos, pero de momento el Clínico no está saturado. El distanciamiento social está funcionando y, de momento, se ha demostrado que es lo más eficaz. Además, desde que abrieron los hospitales de nuevo se está haciendo mucho por parte del personal sanitario y de los pacientes que buscan cuidarse más.

Pero es duro para una sociedad como la nuestra...

Mucho, es un mensaje duro para nuestra cultura, pero ahora toca preservar los grupos de riesgo. Hay que crear espacios seguros.

¿Qué se sabe y qué no de este virus?

Cada vez más desde la óptica epidemiológica, aunque los tratamientos van variando, lo que poníamos en marzo no tiene nada que ver con lo de ahora. Los médicos trabajamos con evidencias. Vamos aprendiendo de este nuevo virus.

¿Hasta qué punto incide la alimentación en nuestra salud y en nuestro sistema inmunológico?

De los condicionantes ambientales la alimentación es el primero. Es una acción que hacemos todos los días varias veces al día. Lo ingerimos como si fuera un medicamento y, por tanto, entra directamente en nuestro organismo. Si lo hacemos bien nos irá bien y evitaremos enfermedades. Ahora bien, hay un mito respecto a que la alimentación influya en nuestras defensas. Una mala alimentación o disminución de ésta, baja nuestras defensas, esto es, bajan los linfocitos y por ello los anticuerpos. Por tanto, quedamos inmunodeprimidos. Cuando al cuerpo le falta energía entra en modo ahorro prescindiendo de lo no esencial, como lo que crece más rápido: el pelo y las uñas. Provocando caídas y debilitamiento, respectivamente. Así, somos más vulnerables ante infecciones y por tanto a virus y bacterias.

¿Eso significa que realmente no existe ningún alimento que aumente, per se, nuestro sistema inmunológico?

No hay alimentos determinados que hagan esa función. Cuando se habla de que una sustancia o producto estimula las defensas es publicidad engañosa. Ahora bien, lo que nos garantiza un sistema inmunológico fuerte es una dieta equilibrada.

Entonces, ¿qué nos recomienda como prevención frente a la Covid-19?

Dieta mediterránea. Aunque más que una dieta debe ser un patrón de alimentación. Los productos de la dieta mediterránea son aove, fruta, verdura, pescado y frutos secos que nos aportan vitaminas, como la C, gran cantidad de antioxidantes y omega 3. Un estilo de vida saludable es la mejor prevención.

Ya tenemos unas pautas para ser proactivos, pero hay virólogos que aluden que estamos a expensas de nuestro sistema inmune. ¿Qué papel juega realmente éste frente a la Covid-19?

Un doble papel. Para contagiarnos debemos tener las defensas bajas, como cuando te sale un herpes. El 99% de la población contagiada lo pasará como una gripe y tus defensas lo controlan. Pero el 1% restante tendrá una reacción hiperinmune que hace que la respuesta de tu sistema inmunológico se dispare, produciendo la llamada 'tormenta de citoquinas' y provoquen un cuadro inflamatorio agudo que puede ir al corazón o pulmón. Este tipo de respuesta no se dan en personas mayores sino en personas más jóvenes. Por ello, cómo no sabemos cómo puede reaccionar nuestro cuerpo debemos tomar todas las precauciones.

¿Hay causa-efecto demostrada entre la mala alimentación y una mayor incidencia del virus en tu organismo, al margen, de la carga viral con la que se contagie una persona?

No la hay. Pero sí en los factores de grupos de riesgos como diabetes, infartos, esclerosis u obesidad. No por la alimentación.

Y en las personas de riesgo, ¿qué se ha observado?

Se está estudiando una teoría que guarda relación con la grasa, por lo que las personas con sobrepeso parecen tener un peor pronóstico. Dicha teoría indica que este virus penetra en la grasa interna y en ella hay citoquinas, que podrían desencadenar un proceso inflamatorio mayor causante de una respuesta del sistema inmune exagerada. Parece que la evidencia va por esa vía.

Usted desde el primer día ha tratado a pacientes con Covid-19. ¿Por qué es tan importante la alimentación en la recuperación?

Cuando un paciente lleva tanto tiempo en la UCI o ha tenido un cuadro grave se produce una desnutrición proteica, incluso hasta los que no han necesitado ingreso. Se encuentran muy débiles, pierden peso y se quedan sin músculo. El virus ataca al músculo y hay pacientes que han salido de la UCI con una pérdida importante de musculatura y tienen desnutrición. Por ello hay que crearles una dieta específica y una ficha de ejercicios. De hecho, la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) habla de una dieta para la recuperación que sea rica en proteínas. También es importante el ácido graso omega 3 presente en sardinas, de ahí que la campaña para comer espetos -pescado azul- fuera importante en la recuperación. La Covid-19 tiene una respuesta inflamatoria del cuerpo, una sardina tiene 20 gramos de omega 3, importante antiinflamatorio natural.

Esa dieta, ¿qué incluye además del pescado azul?

Un ejemplo es el desayuno. En Málaga siempre nos faltan las proteínas porque optamos por el pitufo con aceite. En este caso es interesante meter algo de queso, yogur o huevos. Hacer un desayuno más proteico. Ya en el almuerzo incluimos carnes, pescados, verduras o huevos, si no se han introducido estos por la mañana.