Desde hace 10 años, la inquietud incesante de Álvaro Ávila está latente en La Alvaroteca, donde su capacidad culinaria ha evolucionado a lo largo de esta década hasta convertirse en un restaurante de cocina creativa, en el que destacan los sabores del producto de calidad, principalmente procedente del mar y de la caza.
La Alvaroteca nació con una filosofía canalla e insolente, aunque ahora prima la base tradicional de una cocina fruto de la personalidad y la intuición de un cocinero que imprime constancia, técnica y muchas horas de trabajo en todos sus guisos y elaboraciones. En palabras de su chef y propietario, «seguimos siendo un pequeño lugar, a las afueras de Málaga, en el barrio de Cruz del Humilladero, en un sitio humilde, como lo fueron nuestros inicios con una carta de pinchos, dedicada a satisfacer a una clientela que quería disfrutar de platos ricos, potentes y a la vez con toques divertidos».
Con el paso de los años, tanto Álvaro como el restaurante han ido prosperando sin perder un ápice la identidad de una cocina divertida y valiente. «Un progreso constante, gracias a un equipo que siempre ha seguido mis pensamientos e impaciencias para llamar la atención y que mi restaurante apareciera en un radar alejado de toda la galaxia gastronómica malagueña», señala Ávila, En la actualidad, se ha olvidado del show para realizar una cocina cada vez más de fondo, con guiños a sus orígenes, malagueño y jienense, donde prima el producto y la pureza.
Para celebrar esta década de trabajo, el chef malacitano ha creado un menú especial, 10º Aniversario (80 euros), que incluye entrantes ya tradicionales como las aceitunas AOVE, o embutido de caza de la Sierra de Cazorla, mantequilla Isigny DOP Extra (Normandía) y pan chino, para continuar con snacks como la concha fina con manteca colorá, la croqueta de jamón de bellota, la tosta de arroz negro, anguila ahumada y ali oli, el caldillo de pintarroja, la empanadilla de manitas y gamba blanca y taco de chivo a la pastoril y gamba roja.