El Partido Socialista ha logrado resistir el desafío de Podemos en las elecciones del 26J. Pese a que todas las encuestas vaticinaban el temido ´sorpasso´, los resultados que ha arrojado el escrutinio mantienen a los socialistas como segunda fuerza política española, si bien ahora a una mayor distancia del PP, que revalida su triunfo electoral y aventaja en 52 escaños a la segunda fuerza. La noche deja al PSOE el regusto agridulce de retener el liderazgo de la izquierda con sus peores resultados en las doce elecciones generales celebradas en España desde la restauración de la democracia.

Con casi el 100% del voto escrutado, el PSOE obtiene 85 escaños, cinco menos de los que obtuvo en las elecciones del 20D, lejos de los 110 que obtuvo en 2011, con la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba y aún más lejos de los 168 que logró José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 en sus segundas elecciones generales.

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A la vista de los resultados, Sánchez no se ha beneficiado de asumir la iniciativa tras el 20D para formar gobierno ni tampoco de su pacto con Ciudadanos, aunque tampoco parecen maniobras políticas que le hayan penalizado, puesto que sus resultados son muy similares a los de 2015. La sensación es que todos los partidos han vuelto a la casilla de salida que marcó la cita electoral del 20 de diciembre.

La masa de indecisos que calculó el CIS, algo más de un 20%, no han terminado de inclinarse por las tesis de Podemos, lo que ha dado un nuevo impulso a los socialistas. Sin embargo, los esfuerzos de campaña han producido un exiguo resultado al PSOE, que no ha extraído provecho ni del debate electoral ni de las críticas de Sánchez a Rajoy e Iglesias; al primero por los recortes y la corrupción y al segundo por "haber bloqueado" el cambio gubernamental.

A partir de ahora, Sánchez podría retomar la iniciativa para constituir Gobierno, dirigiéndose de nuevo a Podemos, aunque las heridas surgidas tras seis meses de negociación no resultarán fáciles de cicatrizar. La suma de ambos, con casi el 100% escrutado, daría una suma de 156 escaños, a 10 de la mayoría absoluta.

La militancia tendrá la palabra sobre pactos

El líder socialista podría intentar sumar a Ciudadanos a este pacto, aunque la alineación de las tres fuerzas se antoja sumamente complicada a tenor de las diferencias de programa. Sánchez ya ha indicado que cualquier propuesta de pacto que formule la dirección socialista deberá ser refrendada por la militancia. Lo que sí ha dejado claro el candidato del PSOE es que no facilitará una investidura de Rajoy ni tampoco colaborará para que Iglesias sea presidente, lo que devuelve a un estado de las cosas muy parecido al de los días posteriores al 20-D.

No obstante, en la tesitura que se genera ahora también tendrá una importancia máxima la palabra de los barones regionales, que en algunos casos podrían inclinarse a forzar una abstención para dejar gobernar a quien reúna más apoyos parlamentarios. Algunos de los líderes autonómicos del PSOE, dolidos con los gestos de Iglesias en el último año, son muy reticentes a cualquier acuerdo con Podemos.

Lo que sí parece más claro es el futuro del líder socialista, que con este resultado puede presentar como aval, en el próximo Congreso Federal, que ha logrado bloquear el adelantamiento de Podemos. Eso desactivaría, por el momento, hipotéticos movimientos para descabalgar a Sánchez de la secretaría general.

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