Cinco son los principales candidatos que se presentan a estas elecciones generales. Sánchez, Iglesias y Rivera ya lo han hecho en tres ocasiones, mientras que Casado y Abascal lo hacen por primera vez.

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez encara las elecciones generales en una posición muy diferente a como lo hizo en 2015 y 2016. Catapultado tras la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy y le convirtió en presidente del Gobierno, las encuestas le sitúan ahora como el líder más valorado y a su partido, el PSOE, como la opción que encabeza las proyecciones de intención de voto.

Para Sánchez, su ascenso a la Moncloa fue la recompensa a un resistente, el premio a una aventura que se topó con el rechazo del aparato de su partido, que cayó y se levantó para recuperar el poder y lograr ser investido contra pronóstico.

Sánchez ha realizado una campaña de defensa, sabedor de que lo más importante era no 'meter la pata' dada su buena posición en las encuestas. Así se mostró también en los debates, donde básicamente tuvo que repeler los ataques de sus rivales. El líder del PSOE no quiere hablar de pactos tras las elecciones y ha hecho hincapié en que su formación representa el voto útil que puede hacer frente a la suma de la derecha.

Pablo Casado

Tras llegar a la presidencia del PP en julio del año pasado, apeando en la lucha por el liderazgo del partido a dos pesos pesados como María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado ha confirmado en estos ocho meses lo que muchos ya auguraban: su perfil rupturista con la etapa anterior de Mariano Rajoy y su apuesta por las políticas marcadamente liberales.

Durante casi tres décadas, el PP no había tenido que preocuparse excesivamente de su posicionamiento ideológico porque su hegemonía en el centro derecha era absoluta, pero la irrupción de nuevos competidores en su espacio político, inicialmente Ciudadanos y ahora también Vox, ha provocado un claro giro hacia la derecha del nuevo PP de Casado.

El líder del PP ha hecho una dura campaña contra Sánchez, aunque en los útlimos dias y en los debates optó por una imagen más presidencialista y basada en propuestas propias. Ha contado también con el apoyo de Aznar y se ha mostrado abierto tanto a pactar con Ciudadanos como con Vox de cara a un futuro gobierno.

Pablo Iglesias

Pablo Iglesias llega a estas elecciones en el peor momento de la formación morada. Las encuetas auguran una fuerte caída de Unidas Podemos. El gobierno socialista ha eclipsado al partido y los escándalos internos han hecho mella en la formación.

Sin embargo, su reaparición tras la baja por paternidad, la vuelta al discurso más duro contra los poderosos y el protagonismo adquirido con las noticias sobre las 'cloacas' que han perjudicado a Podemos en el pasado, han hecho resurgir la esperanza en el partido, que espera frenar parte de la caída que se le supone.

En los debates, Iglesias ha optado por un perfil tranquilo y de propuestas, huyendo de la bronca entre el resto de candidatos y, en esta campaña, ha llamado la atención su férrea defensa de la Constitución. Unidas Podemos ha dejado claro que su opción pasa por un gobierno de coalición de con el PSOE e Iglesias se presenta como el garante de que el próximo ejecutivo pueda ser netamente progresista.

Albert Rivera

Desde Barcelona hasta la política nacional, Albert Rivera presentó a Ciudadanos como el partido del cambio, primero para Cataluña y luego para España. Con el liberalismo como guía del partido, presenta su programa como la alternativa al bipartidismo de PP y PSOE. Rivera ha hecho hincapié en que Ciudadanos tiene como objetivo el presente y el futuro, no participar en un debate "que pertenece al pasado".

Rivera ha hecho fichajes 'estrella' para estas elecciones como Edmundo Bal o Mario de Quintos, además de llevar como número dos en sus listas a Inés Arrimadas. El líder de Cs ha visto como las encuestas le sitúan muy por debajo de las expectativas de hace sólo unos meses, cuando disputaba al PP la hegemonía del centro-derecha.

Rivera ha dejado claro que quiere un gobierno de coalición con Casado aunque prefiere que Vox no entre en él.

Además, ha puesto un 'cordón sanitario' a Sánchez con quien insiste en que no pactará, a quien ha realizado duras críticas en este campaña, basando su discruso, fundamentamente en el tema catalá.

Santiago Abascal

Como ya ocurrió con Podemos y Ciudadanos en 2015, Vox es ahora quien acapara gran parte de la atención de cara a las elecciones, y la incógnita es saber con qué fuerza entrará en el nuevo Congreso que se constituya.

Su cabeza de lista es Santiago Abascal, líder de la formación desde 2014, a pesar de que es ahora cuando mayor relevancia ha adquirido tras los buenos resultados en las andaluzas.

Abascal lleva dos décadas en el panorama político nacional, ya que durante ese tiempo jerció varios cargos en PP, al que ahora llama "la derechita cobarde".

El líder de Vox ha hecho una campaña de perfil bajo, ciñéndose a los mítines -que ha llenado- pero con pocas entrevistas y apariciones públicass. Sabe que ese no es su fuerte y que lo más importante era no hacer lago que pudiera perjudicar las buenas expectativas que le dan las encuestas

Abascal no pudo, ademas, participar en los debates televisivos, lo que le ha dado menos visibilidad en los útlimos días, pero que le ha permitido no tener que enfrentarse a sus rivales y ver sus posibles carencias en un careo.