Las elecciones generales de 2019 suponen los cuartos comicios en los últimos años, después de los celebrados en 2015, 2016 y el pasado mes de abril. La cuestión de las posibles coaliciones vuelve a aparecer como una de las claves sobre la que pivotará la campaña electoral, la jornada del 10-N y le negociación posterior para la formación de Gobierno.

Estas nuevas elecciones generales vuelven a presentarse, especialmente desde las formaciones progresistas, como un choque entre la izquierda y la derecha. Y ahí se antoja fundamental la incógnita de las posibles coaliciones, ya que la época de las mayorías absolutas parece terminada en la política española.

En el bloque de izquierdas, las posibles coaliciones que se formen tienen como precedente el fracaso en las negociaciones entre PSOE y Podemos para conformar Gobierno tras las elecciones generales del pasado 28 de abril. Pese a que el partido de Pablo Iglesias apoyó a los socialistas en la moción de censura que dio el poder a Pedro Sánchez y prestó respaldo desde fuera al Ejecutivo que de ahí surgió, el diálogo entre ambos partidos tras los comicios de hace unos meses quedó marcado por la desconfianza nada más nacer.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, antes de una reunión en Moncloa. Foto: EFE

La fallida sesión de investidura del mes de julio ya dejaba entrever que la relación entre ambos partidos estaba en su peor momento, algo que quedó confirmado por los escasos -e infructuosos- contactos entre formaciones en verano y las suspicacias, cada vez más crecientes, entre sus líderes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

La última encuesta del CIS remarca la posibilidad, si se cumplieran los rangos más altos de las horquillas de intención de voto de PSOE (133-150 escaños) y Podemos (37-45), de que los partidos sumen mayoría absoluta en el Congreso. No obstante, además de esta premisa, para después de ella quedaría la propia negociación para formar Gobierno y las fórmulas sobre las que se articularían las posibles coaliciones.

Es decir, si Podemos entraría en un Gobierno socialista - posibilidad que el propio Sánchez confesó que le quitaba el sueño, en especial por las posiciones de Podemos sobre Cataluña - o prestaría apoyo meramente parlamentario para la aprobación de proyectos legislativos. Además, las posibles coaliciones de izquierda deben incluir la participación de otros actores, como el nuevo partido de Iñigo Errejón (3-4 escaños según el CIS), que podría captar parte del voto de PSOE y Podemos, así como los partidos nacionalistas, con los que Sánchez podría verse obligado a negociar de nuevo para conseguir que le brinden su apoyo o al menos su abstención.

Iñigo Errejón y Pablo Iglesias, en una imagen de 2017 en el Congreso de los Diputados.

En el bloque de la derecha, el fuerte crecimiento de Vox condiciona las posibles coaliciones que surjan. PP y Ciudadanos mantienen una sintonía ideológica, sobre todo en el asunto de Cataluña, que les facilita el camino a un hipotético pacto de investidura de Pablo Casado. El PP registra un importante crecimiento en el porcentaje de intención de voto, no tanto en el último estudio del CIS (74-81 escaños) como en los elaborados por las principales empresas demoscópicas, que le sitúan con cerca de 100 diputados. No obstante, Ciudadanos está experimentando en esos mismos avances un gran descenso, que le haría caer desde los 57 escaños a alrededor de entre 20 y 35. En cualquier caso, la suma de ambos, en la mejor de las previsiones, queda lejos de la mayoría absoluta. Es aquí donde entra en juego Vox, partido al que algunos sondeos otorgan alrededor de 40 escaños, aunque el CIS es mucho más cauto (14-21). Un hipotético pacto entre los tres partidos podría resultar incómodo para PP y Cs por las posiciones extremistas de Vox en materia de violencia de género, aborto e inmigración.

Santiago Abascal y Pablo Casado, tras el acto de Colón. Foto: EFE

Más allá de los bloques, en estas elecciones generales existen otras posibles coaliciones, exploradas en el pasado y que podrían tener recorrido en el futuro, si bien se antoja complicado. Una de ellas sería la formada por PSOE, Podemos y Ciudadanos, que podrían sumar los apoyos necesarios para una investidura y un posterior Gobierno, aunque las profundas diferencias entre Podemos y Cs en asuntos como Cataluña y economía hacen muy inviable este pacto. Otra posibilidad sería la llamada 'gran coalición' entre PSOE y PP. La vía entre los dos grandes partidos, articuladores de las tradiciones políticas (socialdemocracia y conservadurismo) que han dominado la esfera política europea, encuentra en Alemania su principal ejemplo, pero las discrepancias entre Sánchez y Casado hacen también muy difícil esta vía.