MIT School Málaga vuelve a sacar músculo y recibe el Premio al Mejor Colegio de Andalucía, un reconocimiento al esfuerzo, la bondad, la creatividad y el talento por promulgar unas enseñanzas y aprendizajes que se inserten en las conductas y que sirvan para la vida en su conjunto.

El reconocimiento tuvo lugar en Sevilla, donde se celebraron los primeros Premios Andalucía La Razón a los que asistió el presidente de la Junta, Juanma Moreno.

A este reconocimiento se suma la reciente acreditación por parte de la Junta de Andalucía como centro Bilingüe en inglés en Educación Infantil, Primaria, Secundaria y las tres modalidades de Bachillerato; el único de Málaga.

Una apuesta firme por las lenguas extranjeras que se refuerzan con la enseñanza del chino (desde los 3 años), alemán (a partir de 1º de Primaria), francés y ruso (como extraescolares).

Esfuerzo, dedicación, ilusión, respeto, cortesía y trabajo, son los principales valores en los que se sostiene este centro educativo que apuesta por los intercambios de enseñanzas y aprendizajes, amparados con el apoyo de las nuevas tecnologías, con redes inalámbricas, tutorías virtuales a través de internet, pizarras inteligentes, etc. «Intentamos que nuestra educación implique el disfrute por el aprendizaje y posibilite el hallazgo de vías propias para el desarrollo y la felicidad de cada persona, sin ignorar el necesario esfuerzo que cada uno y cada una hemos de aportar en este proceso, ni la proyección hacia el resto de la sociedad que ha de tener nuestro trabajo y nuestro desarrollo», exponen desde el centro. Para ello, el colegio no solo ayuda a la preparación académica de sus alumnos, también se postula como una escuela para la vida.

La tecnología también juega un papel importante en el día a día del alumnado, que trabaja con todos los avances tecnológicos del sector, y que se combina con el trabajo por parte del centro por inculcar un estilo y forma determiada de hacer las cosas para afrontar con éxito los problemas en el ámbito personal y profesional que pueda encarar cada uno de los alumnos en su vida. «En este sentido nuestros alumnos van formándose académicamente con garantías de éxito para el futuro, pero al mismo tiempo, y esto es lo más importante, adquiriendo progresivamente un equilibrio emocional que llegue al fin a transformarse en verdadera ecuanimidad, imprescindible para mantener el control de nuestras propias vidas», sentenció el titular del centro, Javier Díaz.