­Una de las grandes lecciones que dejó el siglo XX en sus momentos más oscuros es tan sencilla como genial: en momentos de crisis, no prometas materialismo dialéctico porque la gente se conquista con pan y paz. «Cuando alguien no puede poner la calefacción en invierno, no le puedes decir que espere», dice el científico titular del CSIC reconvertido en político accidental. Afirma que el chauvinismo de las banderas está muy bien, pero que no se construye un país sin la gente.

Cuando Pablo Iglesias se despidió del Europarlamento dijo que Europa se encontraba en una encrucijada histórica: democracia o barbarie. ¿Quiénes son los demócratas y quiénes son los bárbaros?

La barbarie la representan claramente unos mercados financieros que han adquirido un poder que la gente no les ha dado. Nadie elige en las urnas al consejero delegado de Goldman Sachs. Por eso existe la contraposición entre la democracia y el poder financiero. Yo creo que las fuerzas políticas en este país defienden la democracia con diferentes intensidades. Hemos visto como Mariano Rajoy, a los cinco días de acceder al Gobierno, subió el IVA cuando llevaba en su programa no tocarlo. Esa democracia de baja intensidad deja desprotegida a la mayoría de la población.

¿Cómo se explica el ascenso de Podemos?

Es difícil saber. Creo que tiene que ver, sobre todo, con el alejamiento de lo que dice y hace nuestra clase política respecto a la realidad del país. Hace ya más de una década, que se percibe una clara brecha entre la realidad social y lo que dice el presidente del Gobierno, cuando afirma que en España ya nadie habla de paro. De repente, aparece una fuerza política que hace un análisis de la realidad que es preciso y la gente percibe que hay alguien que les representa. Pero insisto, creo que es muy difícil determinar la causa exacta.

¿El 20D es la bala definitiva para Podemos? Siempre se alude al momento histórico como esa oportunidad que ya no volverá.

Tiene que ver mucho con la urgencia. Yo discrepo de fuerzas políticas que defienden programas que puedan tener coincidencias con el nuestro, pero plantean una agenda de cambios a largo plazo. Nosotros sentimos la urgencia de la gente que lo pasa mal. Cuando alguien no puede poner la calefacción en invierno o le van a echar de su casa no le puedes pedir que espere un poquito más. Por eso, es tan fundamental para nosotros ganar ya en estas elecciones.

Podemos quiere cambiar las instituciones desde dentro. Pero el marco en el funcionamiento de las instituciones está trazado de una manera muy estrecha y sin fisuras.

Las instituciones, y lo digo que estoy en el Parlamento aragonés, no dejan de ser algo enormemente rígido. Los representantes públicos estaban muy cómodos en esas instituciones lentas y poco eficaces. Se trata de que haya diputados y diputadas con ganas de reformarlas. Es imposible cambiarlas desde fuera.

¿La Constitución es una garantía o se ha convertido en una camisa de fuerza?

Muchas veces, nos han tachado de antisistema y creo que se equivocan. Nosotros decimos que hay muchas cosas positivas que se han conseguido en España desde la transición, y que se fijan también en ella. De hecho, el derecho a la vivienda es uno de estos artículos. La pena es que sean precisamente éstos los que no se cumplen. La Constitución no está actualizada en los tiempos. Vemos un enorme problema de corrupción en nuestro país y queremos poner garantías en la Constitución para evitar que los partidos políticos acaben siendo presa de un mecanismo de gobierno, que acaba beneficiando a una minoría.

¿Por qué el derecho a decidir sobre el futuro de Cataluña no implica a todos los españoles?

Si en Cataluña el 80 por ciento de la gente quiere decidir su futuro, no tiene sentido que un presidente de Gobierno haga oídos sordos. Pero, ojo, el sentimiento independentista en Cataluña ha crecido gracias a una actitud muy poco dialogante por parte del gobierno del PP. Lo dicen los números. Estamos convencidos, de que si se abre un proceso de diálogo, la mayoría de los catalanes van a querer formar parte del proyecto común de España. La unidad de España la está poniendo en peligro el comportamiento unilateral, tanto de Mas como de Rajoy.

¿Qué significa el concepto de patria para Podemos?

Para Podemos patria es la gente. Lo que a mí me hace sentir orgulloso de ser español es lo que ha conseguido nuestro pueblo.

¿Se pueden ganar unas elecciones sin reivindicar el concepto de España como patria?

Es que eso a nosotros nos parece bien. Cuando ganamos el Mundial, me emocioné mucho y salí con mi bandera de España a celebrarlo en Zaragoza. Pero todo eso, sin más, no construye un país. Hace falta tener en cuenta a la gente.

¿Aspirar a ser una fuerza de gobierno ha implicado en Podemos renunciar a algunos procesos que el partido consideraba imprescindibles para su funcionamiento democrático interno?

Yo creo que hemos tenido que correr mucho para tener posibilidades de ganar las elecciones. Eso, inevitablemente, ha producido que en muchos momentos hayamos descuidado la organización interna y podamos haber cometido errores, que yo creo que hemos cometido. Tendremos que rectificar después del 20 de diciembre.

Ernesto Laclau defiende el concepto de populismo para la construcción política. ¿Cuánto de populismo hay en Podemos?

Se nos intenta explicar que populismo tiene que ver con decirle a la gente lo que quiere oír, en vez de contarle la realidad. Si aceptamos esa definición, creo que es profundamente injusta aplicársela a Podemos. Somos el único partido, que junto a su programa, presenta una memoria económica. No es de rigor que un partido que prometió más de tres millones de empleos al inicio de la legislatura nos tache de populistas.

¿Si se sustituye populismo por demagogia?

Demagogia se utiliza muchas veces como mero insulto. Llamar demagogo a alguien no es contestarle.

¿Qué papel está llamado a desempeñar el PSOE en la siguiente legislatura?

El papel que la ciudadanía le quiera dar. El PSOE pudo optar por una renovación real, pero optó por una renovación cosmética. Eligieron a un candidato que queda muy bien en las fotos, pero en los debates se ha visto que detrás de la americana hay muy poco programa.

¿Los votos de Podemos podrían servir para investir a Pedro Sánchez como presidente?

Lo digo sinceramente. No es algo que nos planteamos ahora. Estamos pensando en ganar las elecciones y ese es un debate que tendremos después.

¿Pactar no sería cavar la tumba de Podemos?

Repito, es algo que no nos hemos planteado. Hay muchos tipos de PSOE. Creo que también hay que decirlo.

¿Eso significa que las puertas pudieran estar abiertas para llegar a un acuerdo programático?

Que vamos a poner sobre la mesa medidas y no puestos para investir a un presidente, eso por supuesto. Nuestra línea roja es que no vamos a investir a ningún candidato popular. Por todo lo demás, es un debate que preferimos tener después.

¿Por qué Podemos se empeña en acabar con el tradicional eje que divide la política entre la izquierda y la derecha?

Mientras que haya gente que se identifique así, algo de sentido seguirá teniendo. Pero nosotros pensamos, que en estos momentos, lo que separa a la mayoría de la población de ese uno por ciento que presenta a la oligarquía es un eje más explicativo para reflejar la realidad de nuestro país.