­Tras cuatro meses que fueron vistos por algunos casi como una incursión, Montero asegura que el paso de Podemos por el Congreso ya habría servido para marcar un cambio en la institución política más importante del país. «Eso te lo trasladan los propios letrados de las comisiones», manifiesta. En el escenario postelectoral coloca toda la presión sobre los hombros de Pedro Sánchez. Deja claro que sin él no habrá cambio.

Europa se encuentra ante una encrucijada histórica. Hoy se votará la salida o no del Reino Unido. Algunos comparan el ascenso de Unidos Podemos con la subida de los populismos en los países británicos.

No creo que tenga algo que ver lo que ocurre en el Reino Unido con lo que ocurre aquí. El Brexit, hay que recordar, lo plantea el propio Cameron como un intento de salida ante una situación complicada en su partido. Nosotros no nos consideramos populistas. Es un intento de utilizar una palabra que debería de tener una connotación positiva, la de estar al servicio del pueblo y atender a sus necesidades, de manera peyorativa por parte de otras fuerzas políticas para insultarnos.

Las encuestas coinciden en que Unidos Podemos adelantará al PSOE. ¿La alianza se fraguó con proyección puramente electoral para ampliar el rango de voto?

Hay varios elementos. Primero, está el hecho de que en votos la suma de las dos fuerzas ya nos daba para adelantar al PSOE. Luego, el hecho significativo de que el PSOE siempre se ha sentido muy incómodo cuando ha tenido un partido potente a su izquierda. Queríamos ser una fuerza que tensa hacia las demandas sociales y hacia los intereses ciudadanos. Nos parece que es importante que se fraguara esa alternativa. Estando por delante o estando por detrás del PSOE, pero que hubiera, al menos, una relación paritaria. Pero el PSOE está vendiendo el relato de la victimización, como si quisiéramos acabar con ellos. Pero no es cierto. Sabemos que sólo se puede acabar con las políticas de Mariano Rajoy si coincidimos con el PSOE.

Usted dijo en diciembre que Alberto Garzón hubiera enriquecido las listas de Podemos, pero que Izquierda Unida no.

Creo que la aportación de Alberto Garzón sigue siendo muy significativa y que habrá que esperar a los resultados electorales para ver si IU, efectivamente, sumará lo que esperamos.

Todos los partidos, con matices, coinciden en que un Gobierno de Unidos Podemos llevaría a España al caos.

Todo lo contrario. Yo me imagino a un país que emprende reformas muy similares a las que emprendió el PSOE en 1982. Es decir, la recuperación de la soberanía popular y la recuperación de condiciones de vida dignas para la población.

¿Cree que Pablo Iglesias tiene serias posibilidades de convertirse en presidente de España?

Por supuesto. Si no, no estaría trabajando para ello. Va a depender de la negociación con el Partido Socialista sí o sí.

Pero Pedro Sánchez ya ha dejado claro que considera que Iglesias no es de fiar y que no apoyaría su investidura.

Entonces, que diga a quién va a apoyar. Se lo exigimos nosotros y se lo deben de estar exigiendo los votantes del PSOE. Creo que los resultados de estas elecciones van a estar muy determinados por la indefinición de Sánchez. Dice que no va a apoyar al PP, pero que tampoco nos va a apoyar a nosotros. Algo tendrá que hacer si no nos quiere llevar a unas terceras elecciones.

¿Cree que el PSOE prefiere dejar gobernar al PP con su abstención ante la hipotética disyuntiva de investir a Iglesias?

Yo creo que van a hacer lo segundo, a pesar de que muchos votantes socialistas desearían lo primero. El PSOE ya está construyendo el relato para justificar la abstención.

Si finalmente el PSOE logra revertir la situación y se sitúa por encima de Unidos Podemos, ¿apoyaría, esta vez sí, la investidura de Pedro Sánchez?

Depende de si el PSOE se sienta en la mesa con líneas rojas o no. Si se sienta en la mesa de negociación, de nuevo con Ciudadanos al lado, difícilmente vamos a poder apoyarle. Si el programa conjunto pasa por las mismas líneas por las que se plantearon en su momento es casi imposible. No se puede tener, y eso cualquier ciudadano informado lo sabe, una economía liberal y un sistema de políticas sociales progresistas porque no casan.

¿Unidos Podemos renunciaría a la convocatoria de un referéndum en Cataluña tras constatar que es una condición inasumible por el PSOE?

Sí sí... hemos dicho que no hay ninguna línea roja en relación al referéndum de Cataluña. Lo que si hay que plantear es alguna propuesta que sea la mejor solución democrática a un problema político.

Después de cuatro meses que han servido como una primera introducción al Congreso, ¿Podemos sabe ya cómo se cambian las instituciones desde dentro?

Yo creo que las propias formas y la presencia de gente que va allí no para hacer de la política una profesión, sino con vocación de servicio público ya han cambiado la percepción que tiene la gente de la propia institución. Eso te lo trasladan los propios letrados de las comisiones. Te dicen que están encantados de que este cambio se haya producido porque el parlamentarismo va a recobrar la importancia que tiene en un sistema político como el español. El hecho de que ya no haya mayorías absolutas que permitan gobernar vía reales decretos, sino que todo se tenga que negociar en el Congreso, da pie a que necesariamente cambie.

Durante su tiempo en el Congreso, ¿ha percibido poderes que están por encima de las instituciones?

Yo no los he percibido. Por lo menos, no me ha dado tiempo.

Usted ha contribuido al programa económico de Unidos Podemos. ¿Respeta las fronteras que marca el cumplimiento del déficit que exige la Unión Europea?

No. Ese pacto no son los diez mandamientos sobre piedra. Es un acuerdo político sin sustento económico por detrás. No hay un sustrato que justifique que por qué un tres por ciento de déficit y por qué el 60 por ciento de deuda. En un contexto como el que está viviendo Europa de recesión generalizada y con tasas de desempleo tan elevadas, es necesario renegociar y alterar el orden de prioridades.

¿Las políticas de austeridad han fracasado?

No lo creo yo. Lo cree la OCDE, que plantea que las políticas fiscales contractivas que se vienen aplicando en los últimos años en España han sido un absoluto fracaso. El propio Mario Draghi ha advertido de que los márgenes de la política monetaria han acabado y que el crecimiento económico de Europa tiene que venir por políticas fiscales expansivas, ya sean nacionales y si pueden ser a nivel europeo, pues mejor.

Los defensores de la reforma laboral del PP aseguran que ha permitido crear empleo sin contar el país con un crecimiento por encima del tres por ciento.

Es verdad que ha reducido la elasticidad, pero no entran a valorar el impacto que ha tenido sobre la calidad y las condiciones salariales del empleo. Las empresas, al ver abaratado el despido y tras dilapidar la negociación colectiva, se han desprendido de aquellos trabajadores que le son más caros para sustituirlos por varios trabajadores precarios.