­Después de infinitas quinielas y no menos especulaciones sobre los resultados del 26J, las urnas dieron de nuevo el triunfo al PP, que sale claramente reforzado de esta última cita electoral. Los populares han podido extender su dominio generalizado en la provincia, a pesar de que el reparto de escaños no se haya alterado respecto a las últimas elecciones del pasado 20 de diciembre. Si en aquella cita el triunfo del PP fue menos efervescente, se debió, sobre todo, a un reparto de fuerzas que ya dejaba entrever las posteriores dificultades que luego surgirían a la hora de conformar un Gobierno. Sin configurarse todavía con claridad el futuro político, la posición de salida se antoja ahora menos enrevesada para los populares, que han podido registrar un aumento al alza de 123 a 137 escaños a nivel nacional, siendo la única fuerza que mejora su cuenta de rentabilidad. Al PP tampoco le ha fallado en esta convocatoria la provincia de Málaga, que ha registrado el mayor incremento de nuevos votantes a nivel andaluz, aportando unas 30.000 nuevas papeletas al horma popular. Todo ello sin olvidar la verdadera gran sacudida de la noche electoral, que se produjo a nivel regional, donde los populares lograron por segunda vez, después de 2011, rebasar al PSOE en Andalucía en unas elecciones generales. Con este trasfondo de dominio popular, todos los partidos, exceptuando al PSOE, aprovecharon el día de ayer para ofrecer un primer análisis tras conocer el escrutinio de manera pormenorizada. En esta ocasión, con la brecha entre el triunfo y la derrota sobradamente más pronunciada que en las últimas elecciones.

En el PP compareció el presidente del partido, Elías Bendodo, acompañado de la cabeza de lista del PP al Congreso de los Diputados y del número tres de la candidatura popular, Carolina España y Avelino Barrionuevo, respectivamente, además del futuro senador Manuel Marmolejo, para congratularse de unos resultados que a todas luces tendrán bastante eco a nivel nacional y que, a su vez, sirven para subrayar la autoridad del propio Bendodo a nivel provincial. En números, el PP ha logrado el apoyo de 252.000 votantes, distanciando al PSOE en casi 55.000 votos y sacando a la alianza electoral liderada por Pablo Iglesias y Alberto Garzón, Unidos Podemos, unos 112.000 votos. Ciudadanos, la formación que en diciembre todavía lograba expandirse por el flanco popular, registró en la provincia de Málaga unos 130.000 votos menos que el PP. Tras constatar este nuevo dominio, Bendodo enarboló un discurso triunfal en el que manifestó que «el PP ha ganado las elecciones en España, Andalucía y Málaga», para resaltar posteriormente que la provincia «ha tenido que ver mucho en este triunfo».

La victoria de los populares es en, gran medida, también el triunfo de los grandes núcleos poblacionales de la Costa del Sol como Torremolinos o Marbella, donde el PP ha ganado en 37 municipios, diez más que el pasado mes de diciembre, y con una media de incremento de apoyos del 5,5 por ciento. «El PP vuelve a ser la fuerza favorita de los ciudadanos, a quienes debemos agradecerles la confianza depositada», señaló el líder popular, que también apuntó la necesidad de corresponder esta confianza con «humildad» y «estando a la altura».

Detrás de la victoria a nivel andaluz, además de apuntalar de forma definitivo el liderazgo de su presidente a nivel regional, Juanma Moreno, los populares también se aferran a la lectura de que este triunfo inesperado sirve para engordar las expectativas de poder en Andalucía. «Con esta victoria liderada por Juanma Moreno se han puesto las bases para un cambio de ciclo y un futuro Gobierno del PP en Andalucía», presagió Bendodo. Cuasi en cliché de revolución sustanciosa, el último responsable del PP en Málaga llegó a decir incluso que Juanma Moreno habría frenado en seco las aspiraciones de la actual presidenta de la Junta, Susana Díaz, enfiladas, según Bendodo, en moverle la silla al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Más allá de hacer lecturas en clave interna, Bendodo también aseguró que los resultados que socavan al resto de las formaciones señalan, a su vez, que no habría ninguna otra alternativa a un futuro Gobierno encabezado por el presidente en funciones, Mariano Rajoy. «Los ciudadanos han depositado esta responsabilidad sobre nosotros como fuerza más votada. Con estos resultados, el PP ha visto reforzada su legitimidad para formar un Gobierno», aseguró.

Con respecto al PSOE, la jornada de ayer se caracterizó por el silencio de sus líderes a nivel provincial. El cabeza de lista del PSOE al Congreso de los Diputados, Miguel Ángel Heredia, comparecerá esta mañana para analizar unos resultados que no se han visto torpedeados por el temido sorpasso pero que aún así constituyen ya el peor resultado histórico del PSOE a nivel nacional. En Málaga, donde los socialistas han perdido unos 8.000 votos, Heredia eludió cualquier tipo de autocrítica y sólo se limitó a subrayar que el PSOE «sigue siendo el partido hegemónico de la izquierda». En este sentido, también aprovechó para dar unas primeras pinceladas de lo que parece será, de ahora en adelante, el relato oficial del PSOE: responsabilizar a Podemos de haber mejorado sustancialmente la posición de un Mariano Rajoy, que podía haber abandonado La Moncloa en marzo si no hubiera sido por el veto de Iglesias.

En Ciudadanos, dentro de un desplome generalizado, la provincia de Málaga se ha convertido en un referente siendo la tercera que mejores resultado ha arrojado, lo que ha servido, a su vez, para mantener los dos diputados que ya se obtuvieron en el mes de diciembre. Irene Rivera, número uno de la formación, destacó ayer que «toda la fuerza de la parte de la costa occidental ha ayudado mucho a conseguir ese segundo diputado». El gran perdedor de la noche resultó ser Unidos Podemos. Tras dar por segura la conquista del tercer diputado después de que fraguara la alianza entre Podemos e Izquierda Unida, la realidad es que la confluencia saldó el 26J con unos 7.000 votos menos. Para Alberto Montero, número uno, «la campaña del miedo ha surtido efecto».