­En el PSOE se ha abierto la caja de truenos. Después de que todos los actores implicados se forzaran en escenificar la unión absoluta en torno a la figura de su candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, el descalabro en las urnas ha abierto una nueva etapa de incógnitas dentro del partido que afecta tanto al futuro de su secretario general, como a la propia gobernabilidad del país. Concretamente, en el caso del PSOE, al papel que debe de desempeñar a partir de ahora en la configuración de un hipotético Gobierno.

Después de guardar silencio el primer día tras las elecciones, el secretario general del PSOE en Málaga, Miguel Ángel Heredia, también número uno de la candidatura socialista al Congreso, despejó ayer las posibles dudas respecto a la postura de los socialistas malagueños, dejando dos principales mensajes: el PSOE tiene asumido que tras los resultados del 26J pasará a la oposición y que lo hará sin apoyar la investidura ni por activa ni por pasiva de Mariano Rajoy.

«La respuesta es nítida. Durante toda la campaña hemos dicho que no vamos a apoyar a Rajoy como presidente del Gobierno ni tampoco vamos a apoyar al PP», dijo Heredia cuando fue preguntado por la posibilidad de que los diputados socialistas se abstengan para facilitar un Gobierno liderado por el ahora presidente en funciones.

Heredia, que hizo alusión a los proyectos diametralmente opuestos que defienden ambas formaciones, admitió sin embargo que los resultados le otorgan de nuevo la iniciativa a Rajoy. «Lo que tiene que hacer Rajoy como líder del partido más votado, es dar el paso adelante e intentar confeccionar un Gobierno. Tuvo que hacerlo el pasado 20 de diciembre. Ya está bien de no asumir su responsabilidad», perseveró ayer para quitar presión al PSOE, cuando todos parecen mirar ahora a sus 85 escaños. Sobre todo desde el PP, así lo hizo también el presidente de los populares en Málaga, Elías Bendodo, que ha trasladado toda la responsabilidad al PSOE apelando a la necesidad de dar paso a una gran coalición entre ambos partidos.

Heredia, que se congratuló por haber contribuido desde Málaga a evitar el temido sorpasso, no huyó en esta ocasión de entonar también las primeras palabras de autocrítica. A pesar de poder mantener el mismo reparto de fuerzas del 20D, con tres diputados y un senador, el líder socialista admitió que el PSOE entra en una nueva etapa en la que debe de reflotar y repensar su actual proyecto político. «Nos corresponde reconstruir el proyecto socialista para volver a recuperar la credibilidad y salir de la oposición en la que la ciudadanía nos ha colocado», manifestó Heredia, que lamentó la creciente brecha generacional entre su electorado y habló de la necesidad de conectar de nuevo con los jóvenes, huyendo comparaciones con Unidos Podemos.

Para Heredia, la ambigüedad del PSOE a la hora de aclarar sus futuros pactos habría jugado muy en contra de sus propios intereses. «La mera especulación de que pudiéramos gobernar con Unidos Podemos nos ha restado votos y credibilidad», sentenció, sin aclarar si esta reconstrucción debe de estar liderada por Pedro Sánchez. Por la tarde, también se reunió el comité ejecutivo provincial.