Son malos tiempos para la lírica. Y para los megaproyectos. Esto lo sabe el alcalde de Málaga y candidato del PP a revalidar el puesto, Francisco de la Torre, que de cara a las próximas elecciones ha dejado de lado las promesas de grandes inversiones, cifras millonarias de euros y equipamientos de gran porte. Su apuesta se encamina a mejorar la gestión y de ahí los ejes de su programa: afinar en transparencia, más austeridad en el gasto, destinar recursos a generar empleo y al menos una inversión singular por distrito.

De la Torre presentó ayer su programa electoral de cara a los comicios del 24 de mayo, con el que espera conseguir «una mayoría suficientemente amplia» para gobernar. Resume en 21 puntos principales las acciones que propone para los próximos cuatro años y que tiene un enganche clave en los 50 millones de euros que plantea ahorrar a los malagueños hasta 2019 con rebajas o congelación en los principales impuestos municipales (IBI, ICIO, plusvalías, IVTM, Sare, licencias de apertura o de obra, entre otros).

El destino de esta rebaja de impuesto es, como el propio De la Torre defendió, fomentar el empleo entre los autónomos, la inserción laboral de la mujer, apoyar a las rentas más bajas y fomentar el uso de los vehículos eléctricos, menos contaminantes.

Esta sería una de las claves de un programa que tiene en los autónomos uno de sus públicos objetivos. La incipiente recuperación económica es la palanca que quiere usar De la Torre para mover el tejido económico de la ciudad, apoyándole con algunas reformas encaminadas a reducir la burocracia (ventanilla única o ampliar la declaración responsable) e incentivar la creación de empresas (incubadoras, menos impuestos y ayudas a las empresas que contraten a mujeres).

La intervención de De la Torre a la hora de explicar el programa electoral fue sintomática del giro planteado. Los grandes proyectos casi han desaparecido de sus propuestas, salvo que estén vinculados a otras administraciones, a las que pasa la pelota. Eso ocurre con la idea de soterrar el Paseo de Cánovas del Castillo -que depende de fondos europeos-, el arreglo del Mercado de Salamanca -solicitado a cuenta del 1% que el Ministerio de Fomento destina a proyectos culturales-, crear la zona franca en Campanillas o llevar el Cercanías al PTA, proyectos también dependientes del Ministerio.

Las obras que aparecen, que las hay, se engloban dentro de las mejoras previstas en los distritos y el objetivo de crear «nuevas centralidades». Como el mismo De la Torre explicó, esto serían proyectos de cierta singularidad que aporten un valor al distrito y sean un foco de actividad.

El Guadalmedina, los paseos marítimos de El Palo y Pedregalejo, la antigua cárcel, Salyt, el entorno de Tabacalera, reducir el tráfico de la avenida de José Calderón o el desarrollo de Martiricos son algunas de las propuestas incluidas en el programa de De la Torre, que busca así resolver espacios en los barrios que están semiabandonados o con problemas de mantenimiento. De esta forma, se apuesta por inversiones limitadas en el importe, pero que buscan un gran impacto social y de mejora en el entorno.

El programa del PP que presentó ayer De la Torre también rescata proyectos que quedaron en un segundo plano en su momento y que entroncan con ese impulso que se busca al tejido económico. Así, se vuelve a plantear la construcción de dos mercados (Campanillas y Teatinos) y estudiar un tercero en el Puerto de la Torre, así como rehabilitar el mercado de Huelin y la propuesta de recuperar el Mercado de Salamanca.

Dentro de esta línea plantea crear una Oficina del Inversor para captar proyectos para la ciudad, reforzando la labor de la Dirección Técnica de Captación de Inversión Internacional, de Alcaldía y en la que trabaja Mark Anderson.

La zona franca de Campanillas, la ampliación de Plaza Mayor, la conversión de Salyt en centro comercial o el polo de contenidos digitales en Tabacalera son otras de las ideas que plasma en el programa del PP para la ciudad.

Por contra, hay proyectos que quedan un poco en el aire. No se menciona nada y apenas hay margen de maniobra para los próximos cuatro años en la ampliación del bulevar sobre las vías del tren. El Campamento Benítez no se incluye y parece que se mantiene con las últimas actuaciones anunciadas y poco más. La ampliación de la Casa Natal ya no se vincula obligatoriamente con la rehabilitación del Astoria, que además queda a expensas de un concurso de ideas público, abandonando el Ayuntamiento plantear una propuesta propia.

El cambio de ciclo económico y la exigencia social ha modificado la forma de hacer política, algo que De la Torre recoge en su programa con una apuesta por reducir determinados gastos municipales que suelen ser impopulares. El programa electoral establece la congelación de los sueldos de la corporación municipal y los gerentes durante los próximos cuatro años, sin aplicar siquiera la revisión que incluyen los presupuestos generales. Este ahorro se quiere destinar a ayuda social.

Además, se eliminan los ocho coches oficiales, salvo uno, que se sustituirán por un acuerdo con los taxistas para hacer los transportes que fueran necesarios a los miembros de la corporación.