Convertir a Málaga en una de las grandes referencias de Europa del Sur y en punta de lanza para impulsar el desarrollo económico de Andalucía. La presidenta en funciones, Susana Díaz, ha intervenido esta tarde en un acto organizado por el Nueva Economía Fórum para mostrarle el apoyo a la candidata socialista a la alcaldía María Gámez y ha insistido en la necesidad de un "cambio de gobierno" en el Ayuntamiento de Málaga tras 20 años de reinado popular. "No he venido aquí para criticar a nadie, pero es necesario que entre sabia nueva con ganas de trabajar", ha hecho referencia a lo que ella considera un "proyecto agotado", que estaría frenando el progreso de una ciudad que, según la presidenta en funciones, está llamada a ser "una fuente de oportunidades para Andalucía y para España". Convencida del "enorme potencial de Málaga", Díaz ha enumerado a infraestructuras como el PTA, el Puerto y el Aeropuerto como principales activos para consolidar el crecimiento y atraer nuevas inversiones a Málaga. De esta manera ha hecho referencia al eterno proyecto del corredor ferroviario de la Costa del Sol y ha insistido en que su puesta en marcha es algo que "ya no puede esperar más". En materia de turismo Díaz ha apostado por la implantación de un modelo de calidad que siga girando en torno a al "turismo de cruceros, salud y compras).

En cuanto a la falta de acuerdo para su investidura, Díaz se ha mostrado especialmente crítica con los partidos implicados y ha apelado a la "responsabilidad política" para desbloquear una situación que "empieza a rozar el ridículo". "No puede ser que por los tacticismos de algunos, tengan que esperar nueve millones de andaluces". En sintonía con su crítica, ha acusado al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, de "falta de mesura" y uno de los culpables de que "cada día los andaluces estén perdiendo tiempo".

María Gámez, por su parte, ha desglosado las líneas maestras de su proyecto político que descansará sobre la base de una "economía social" que debe avanzar en materia de igualdad social. Así, se ha comprometido a impulsar un plan extraordinario de emergencia social y ha aumentar el presupuesto de la oficina de intermediación hipotecaria para paliar el "drama de los desahucios". Además, ha insistido en la necesidad de "reindustrializar" Málaga y aumentar su "proyección internacional". Para ello, pretende explotar la figura de Pablo Picasso como principal estandarte de la ciudad, tanto dentro como fuera de Europa. En materia fiscal, además de una reducción del IBI, también ha apelado a una política fiscal que "no busque sólo recaudar a costa del bolsillo de los que menos tienen" y ha adelantado una reducción en la factura del agua. Bajo la necesidad de hacer partícipe a todos los malagueños en el progreso de la ciudad y hacer que sean protagonistas más allá de "cada cuatro años", se ha comprometido a resucitar los presupuestos participativos.