No pasaron ni 24 horas entre el primer debate, el lunes, en Canal Málaga, y el segundo envite televisivo entre candidatos a la alcaldía de Málaga, celebrado ayer en la sede territorial de Canal Sur en la capital. Otra vez se midieron en plató Francisco de la Torre (PP), Daniel Pérez (PSOE), Eduardo Zorrilla (Adelante Málaga) y Juan Cassá (Ciudadanos). Hubo un cambio sustancial, con la ausencia de Rosa Galindo. A pesar de obtener tres concejales en 2015, la cabeza de lista de la candidatura municipalista no estuvo invitada. Canal Sur ha construido sus debates bajo una fórmula estándar aplicable a todas las provincias, exigiendo representación territorial a los participantes en sus batallas televisivas que sirven para confrontar modelos y propuestas, distintas visiones de cómo debe ser la Málaga de los próximos cuatro años.

El de Canal Sur fue un debate muy similar al que había organizado Canal Málaga en lo estético, salvo que a los candidatos se les ubicó en sillones en vez de estar de pie. Hubo tres bloques. Un primero para abordar la financiación local. El segundo, con temas de vivienda y urbanismo, además de medidas para la creación de empleo. Y un último bloque para dar la pincelada del modelo de ciudad deseado. La principal diferencia en el desarrollo del debate con respecto al de Canal Málaga, estuvo en la imposibilidad de interrumpirse entre los candidatos, lo que generó un intercambio de turnos muy rígido, sin dar lugar en ningún momento a un verdadero debate.

A pesar de estas modificaciones, la confrontación dialéctica, no obstante, corría de antemano el riesgo de escribirse en términos similares. Y, en gran medida, fue así. Ninguno de los candidatos se quería dejar atrás a sus propuestas estrella con las que creía poder puntuar. Ni olvidarse de colocar ataques puntuales a determinado candidato para tratar de elevar su propio perfil. Al triunfo electoral no se llega por el debate, pero todo suma en un batalla que se prevé más reñida que nunca. Pérez repitió la estrategia que ya empleó el lunes, buscando el enfrentamiento directo con De la Torre. Lo de Pérez es hacer ver al telespectador que solo existen dos alternativas como posibles alcaldes: él mismo o el candidato popular. «Está en la fase final de su mandato», le espetó al regidor. El Ayuntamiento de Málaga se toma, según la concepción del candidato socialista, por desgaste y ahí lleva a las espaldas el candidato popular ya más de dos décadas.

Según De la Torre, un tiempo que le habría servido para crear una Málaga que no se parece en nada a la que había en la década de los años 90. La principal preocupación entonces era salir lo antes posible de la capital para llegar a algún destino final, es decir a algún municipio de la Costa, y ahora la capital estaría en la vanguardia. «Ahora somos una ciudad envidiada por todo el mundo, pero, creedme, no ha sido siempre así», afirmó el regidor. Un remedo de descripción para Zorrilla, que trató de poner en evidencia el modelo de ciudad creado por De la Torre, en el que prima la desigualdad entre barrios ricos y barrios pobres. El candidato de Adelante Málaga abogó por una fiscalidad progresiva y, al contrario que el resto de candidatos, no defendió una supresión completa de las plusvalías. Zorrilla es el único que mantiene que se deben grabar las «grandes herencias».

En materia de vivienda, De la Torre sacó pecho de las políticas realizadas por parte del Ayuntamiento, mientras que Pérez y Zorrilla coincidieron en la necesidad de fomentar el alquiler público. El socialista a través de un parque de alquiler público y el de Adelante Andalucía con la construcción de viviendas financiadas a través del Banco Europeo de Inversiones. Cassá, por su parte, defendió las bonificaciones fiscales para los alquileres de larga duración.

La campaña sumó otro día y otro debate, aunque pocas novedades.

De la Torre, de la indiferencia hacia la ciudad vanguardia

«La ciudad es más atractiva que nunca». Deja claro Francisco de la Torre que cuando él se puso manos a la obra en 1996, la ciudad no se parecía en nada a la Málaga de hoy. El regidor se siente el artífice de este cambio e hizo mención en varias ocasiones a una transformación que ha abierto el camino a que muchos inversores pongan el ojo en Málaga. En el debate aseguró que hay interés para hacer un planetario en la capital y que la estrategia de convertir a Málaga en una ciudad museística ha sido de enorme éxito. De la Torre demostró un sobrado dominio de la oratoria y puso énfasis en darle un toque didáctico a sus exposiciones. La corbata utilizada por el regidor mantenía la tonalidad rojiza. Gesticuló en todo momento, aunque las reglas férreas del debate impidieron ver al regidor en la refriega directa con sus adversarios políticos. En esta ocasión, no utilizó apenas gráficos ni cartulinas. Trámite, solventado.

Daniel Pérez echa de menos la confrontación directa

Daniel Pérez fue el que más acusó este formato de debate tan encorsetado, sin posibilidad de interrumpir a los otros candidatos. A Pérez le gustaría ir a los debates a demostrar que en realidad solo se mide a De la Torre. No hubo apenas posibilidad de ello, salvo en un intercambio puntual sobre la posible implantación de la UCAM en Málaga. Pérez dejó claro que si él se convierte en alcalde, la institución privada no podrá levantar sus muros en la capital. El candidato socialista defendió un modelo de ciudad basado en la mejora de los barrios y en garantizar que Málaga sea una ciudad asequible para los malagueños. «En estos momentos, estamos asistiendo a un éxodo porque muchos malagueños ya no se pueden permitir vivir aquí», advirtió. «La Málaga auténtica, la de los barrios, es la Málaga abandonada», llegó a decir. También aseguró que los últimos años se han caracterizado por una «pérdida de oportunidades».

Juan Cassá propone crecer a partir del casco histórico

Evitar la masificación a partir del crecimiento desde el casco histórico. Juan Cassá puso a los barrios en el eje central para su modelo de ciudad y abogó por descongestionar el Centro Histórico, ramificando el desarrollo y haciéndolo llegar a los barrios anexos como, por ejemplo, Lagunillas. En materia turística, pidió un mayor esfuerzo para promocionar la tarjeta Málaga Pass. El candidato naranja también defendió una regulación de las viviendas turísticas, a las que achacó en gran medida el encarecimiento de los alquileres en Málaga. Cassá también puso sobre la mesa políticas para las mascotas, y aseguró que con el de alcalde se llegará al sacrificio cero. En la exposición de sus argumentos, se le vio más centrado que en el debate en Canal Málaga. No desveló predilecciones sobre posibles pactos postelectorales y no lanzó mensajes directos a ninguno de los otros candidatos.

Zorrilla se reivindica como el único garante de la izquierda

Lo intentó el lunes y no obtuvo una respuesta clara y volvió a insistir ayer, con un desenlace similar. Zorrilla interpeló a De la Torre y a Pérez sobre sus preferencias de pactos pactos postelectorales. «No habrá mayorías», aseveró que el candidato popular no dudaría en llegar a un acuerdo de gobierno con Vox, si ello le permite mantener el Ayuntamiento. En relación a Pérez, aseguró que el candidato socialista no dudaría en pactar con Juan Cassá si le dieran los números. En este escenario dibujado por Zorrilla, él mismo se erigió como el único garante de un gobierno de izquierdas que mire por «la gente trabajadora». El candidato de Adelante Málaga también puso énfasis en dejar claro que la candidatura que encabeza es la que representa a Izquierda Unida y a Podemos. El formato de ayer benefició a Zorrilla, contrario a los «rifirrafe», como él mismo aseguró el lunes. No hubo nada de eso ayer y habrá quien lo lamentara.