­Las alarmas en las filas del PP se encuentran encendidas desde las pasadas elecciones generales. Al temor de sucumbir ante la división de la derecha no escapan ni siquiera los integrantes del principal bastión de este partido en España. No existe de hecho ningún municipio de más de 50.000 habitantes con una mayoría tan amplia como la que disfruta José María García Urbano, que ya logró un respaldo mayoritario cuando accedió a la Alcaldía en 2011.

El regidor esteponero llegó después de una etapa oscura, plagada de escándalos que aún lastran al PSOE. Pero supo transformar por completo su localidad, a base del cambio urbano que ha atraído a miles de residentes y turistas, para hacerse fuerte. Ahora su principal amenaza, no obstante, está en la concurrencia por primera vez de Cs y en la posibilidad de que Vox también responda a las expectativas. Así podría ver peligrar parte de su holgada ventaja: 59% de los votos en los últimos comicios.

Los socialistas también juegan sus armas. Tras los resultados en las generales se postulan para recuperar la Alcaldía, aunque esta vez concurren con una candidata, Emma M. Molina, en sustitución del exregidor David Valadez.

Lejos quedan aquellas elecciones locales de 2011 en las que se presentaron hasta 13 formaciones. Esta vez no son las seis de la anterior cita electoral, pero tan sólo habrá una lista más. Rosario Luque volverá a ser candidata, esta vez como líder de Podemos y no de Costa del Sol Sí Puede (la filial que funcionó como marca en las pasadas municipales), y Valentín Berrocal también liderará una vez más a Izquierda Unida.

La relación de formaciones se completa con la lista de Más Andalucía, liderada por Rafael Montesinos que ya fuera alcaldable en 2011 por el Partido de Unión Andaluza Democrática (Puad). Por su parte, Vox ya se había presentado en los comicios de hace cuatro años, pero entonces con Ana Gil como candidata. Esta vez será Juan Prieto uno de los 17 alcaldables que defenderán estas siglas en la provincia malagueña.

Entre los debates de esta campaña seguro que vuelven a estar encima de la mesa la falta de una infraestructura hospitalaria, cuyas obras están prácticamente terminadas, y toda la herencia que deparó la anterior década, con escándalos tan graves como el Caso Astapa.