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El eterno maratón de Francisco de la Torre

De la Torre ha conseguido sobrevivir a gobiernos autonómicos claramente enemigos, zancadillas desde Madrid, el fuego amigo y los intentos de la oposición de desgastarle. Su visión a largo plazo y constancia ha podido contra los esprinter de la política

El PP de Málaga celebra la victoria de Paco de la Torre el 28M

El PP de Málaga celebra la victoria de Paco de la Torre el 28M / Álex Zea

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Francisco de la Torre volverá a ser alcalde de Málaga y, tras dos elecciones, con mayoría absoluta. Es la victoria del corredor de fondo. Solitario, constante e inasequible. ¿Cuáles son las claves de su resistencia?

De la Torre se ha mostrado como un consumado corredor de fondo, en una época en la que la política se mide en constantes esprínteres que agotan a políticos y electores. Seis elecciones después y con 80 años, ha vuelto a protagonizar una campaña electoral intensa, por momentos dura, y con muchas dudas sobre la vigencia de su sello personal. Sin embargo, hay algo que destaca de su personalidad y es su visión a largo plazo. No busca la victoria rápida, tiene una visión de la ciudad y la ha ido aplicando poco a poco, superando obstáculos, con un tesón admirables. Han caído portavoces de la oposición sin apenas hacerle un rasguño, ha visto cómo la izquierda ha implosionado y se ha atomizado, incapaz de plantearle una batalla seria en más de veinte años. Los presidentes de la Junta de Andalucía no han podido doblegar sus planes. Si acaso retrasarlos un poco, pero al final ha logrado salirse con la suya. El proyecto del metro es un buen ejemplo. Pero es que al Gobierno no le ha ido mejor. Si Magdalena Álvarez enterró de forma 'definitiva' el proyecto de soterrar el tráfico en el Paseo de los Curas y la plaza de la Marina, De la Torre sólo tuvo que esperar una década para recuperar el Plan Litoral, que va cogiendo fuerza a cada día que pasa. Ese es sólo un ejemplo de las veces que, frente a los grandes velocistas de la política, se ha impuesto el maratoniano De la Torre.

Los corredores de maratón son especiales. Duros como piedras, están acostumbrados a correr contra sus límites. No tienen más rival que su propio cuerpo y su mente. No gana el más rápido, ni el más fuerte. Gana el que más resiste y en eso la mente es clave. Francisco de la Torre ha ido rompiendo los límites que los demás le han ido poniendo. A veces de forma consciente, como cuando ha sorteado los tímidos (a veces declarados) intentos de su partido por apartarlo y renovar el Ayuntamiento de Málaga. Otras veces ha sorteado los obstáculos por mera persistencia. Cuando De la Torre se ha puesto un objetivo, no frena. Podrá parecer que lo abandona, pero en realidad sólo ha tomado un desvío. El resto abandona la carrera mucho antes. Agotados. Es lo que tienen los 'esprinter', que avanzan muy rápido, pero se agotan igual de rápido. Mientras, De la Torre sigue avanzando y dejando atrás a rivales que pensaban que tenían el poder, la inteligencia y los recursos necesarios para vencerle. Puede ser, pero se equivocaron de rival y de carrera.

En cierto modo, la campaña de De la Torre no ha sido contra Dani Pérez, ni Toni Morillas o Noelia Losada. Ni siquiera es contra la apatía, cansancio, conseguir la mejor promesa o ilusionar al electorado. De la Torre lucha contra él mismo. Se demuestra cada día que tiene metas que cumplir. La edad no es un obstáculo. Ni siquiera una anécdota. Simplemente, no entra en la ecuación. Ahora la única fecha que le preocupa es 2027, que es la fecha de la Expo a la que aspira Málaga, y el Plan Litoral. Dos proyectos con los que le gustaría cerrar su alcaldía. Salvo, que en su mente de corredor de maratón tenga una meta más lejana que el resto ni siquiera ha intuido todavía.

¿Seguirá?

Los que ya pronostican que este será su último mandato, igual deberían de ser más prudentes. Eso se lleva diciendo desde 2015 y sigue aguantando el desgaste del poder. Hay que recordar que en 2015 y 2019 ya perdió la mayoría absoluta y se mantuvo con el apoyo de Ciudadanos (otro elemento que pasará a la historia mientras De la Torre permanece). En este 2023 se le exigía el esfuerzo mayúsculo de recuperar esa mayoría absoluta, que es tan compleja en Málaga. Y lo ha hecho con holgura. 

Este mandato lo afronta con algunos retos que merecen su atención y cierta autocrítica, que supondrán un desgaste a largo plazo si no se afrontan. El acceso a la vivienda para los malagueños, excluidos por el mercado de la compra y alquiler, así como la plaga de las viviendas turísticas y el exceso de turistificación del Centro, que ahoga a comercios tradicionales y vecinos, exigen soluciones. El debate de la torres en la ciudad (las de Martiricos son un argumento en contra para muchos vecinos) y la nunca resulta limpieza de Málaga, pese a los distintos experimentos, juegan en contra de un alcalde que ha cincelado la ciudad siguiendo su plan, la ha modernizado, introducido en el mundo como destino de moda y atrayendo a numerosas empresas de tecnología. 

En ese balance, el corredor de maratones tendrá que medir sus fuerzas y hacer un ejercicio de autocrítica, algo difícil cuando es tu obra la que está a juicio.