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Foro Inmobiliario

El progreso se alcanza con una base de planificación, colaboración y responsabilidad

El futuro urbano de Málaga se fundamentará, según HCP, sobre soluciones consensuadas. Una estrategia integral y una alianza duradera entre la administración pública, el sector privado y la ciudadanía, será clave

Diseño urbano de HCP

Diseño urbano de HCP / L. O.

Málaga

Málaga está viviendo uno de los momentos más determinantes de su historia reciente. La ciudad se ha consolidado como un polo de atracción internacional, un referente de innovación, tecnología y calidad de vida en el sur de Europa. Cada año son más las empresas que eligen nuestra ciudad para crecer, y numerosos profesionales independientes y nómadas digitales deciden asentarse en esta ciudad. Esta proyección supone en primera instancia prosperidad, dinamismo y atracción de talento, obligando a la ciudad a transformar su morfología urbana para dar cabida a este nuevo e ilusionante escenario.

Pero esta dinámica plantea una pregunta tan inevitable como necesaria: ¿estamos preparados para sostener un alto ritmo de crecimiento? Crecer en el ámbito de ciudad es un reto de enorme responsabilidad y debe garantizar que el desarrollo urbano sea planificado, ordenado, equilibrado y sostenible.

Una ciudad solo puede crecer si sus redes de transporte, de energía, de agua, de vivienda y de servicios, evolucionan al mismo tiempo que su población y su economía. Cuando eso no sucede, el crecimiento deja de ser progreso para convertirse en presión sobre dichos recursos.

En Málaga, la necesidad de consolidar un modelo de crecimiento planificado es fundamental y en la actualidad se aprecian indicadores que nos alertan de que necesitamos realizar ajustes que nos permitan seguir manteniendo nuestro nivel de calidad de vida.

Una población en aumento (principalmente extranjera) genera una demanda de vivienda descompasada con la oferta que está provocando el aumento del precio de venta de los inmuebles y la imposibilidad de acceso a la vivienda de una parte importante de nuestros vecinos, especialmente de los jóvenes que pretenden emanciparse. Pero el problema de la vivienda es poliédrico, con innumerables aristas, y debe acometerse desde muchos frentes, comenzando por la puesta a disposición de suelo a un precio adecuado.

Pero Málaga tiene el crecimiento urbanístico que le permite su Plan, y ceñirse exclusivamente al término municipal como ámbito urbano de crecimiento es un error, es necesario asumir que nuestra área metropolitana es una conurbación mucho más amplia que requiere de la implantación de potentes infraestructuras en las que no se ha invertido lo suficiente en los últimos años. Y tenemos espejos en los que mirarnos: grandes ciudades como Copenhague o Rotterdam han aplicado la máxima de que las infraestructuras son piezas que tejen cohesión social y equilibrio urbano.

La administraciones públicas, estatales, autonómicas y municipales deben trabajar al unísono y coordinadas, entendiendo que Málaga necesita mejorar su red de transporte público y su movilidad metropolitana mediante inversiones que requieren de un alto esfuerzo planificador y económico, así como de tiempo para desarrollarse, tales como la mejora de la infraestructura ferroviaria de corta distancia, las redes de trasporte público intermunicipales, o la ampliación de nuestra red de carreteras, muchas de ellas colapsadas ante la necesidad de nuestros conciudadanos de vivir en municipios alejados de la capital.

Hay que modernizar las infraestructuras hidráulicas y energéticas, con inversiones en la mejora de la red de saneamiento y abastecimiento, actuando sobre el ciclo del agua de manera eficiente que nos permita la reutilización este recurso tan escaso, la minimización de los consumos, y la eficiencia en los procesos de distribución y generación. Como ejemplo, la red de trasporte de energía eléctrica de la Costa del Sol está saturada impidiendo que los operadores puedan atender nuevos suministros e impidiendo el crecimiento de nuevos asentamientos urbanos.

El futuro urbano de Málaga se fundamentará sobre soluciones consensuadas. Una estrategia integral y una alianza duradera entre la administración pública, el sector privado y la ciudadanía, es clave para este desarrollo. Las ciudades no se transforman solo con obras; se transforman con visión. Y esa visión debe ser compartida.

El papel de HCP

En lo que nos respecta, desde HCP hemos llevado a cabo numerosos desarrollos urbanísticos en Málaga y su provincia, y nuestro presente inmediato y cada vez más la tendencia de futuro está regida por la sostenibilidad y el cuidado medioambiental; no hay mejor manera de atender a estos dos factores que planificar el crecimiento desde la certeza de la existencia de recursos que lo permitan. Durante casi cuarenta años, hemos acompañado la evolución de Málaga desde distintas perspectivas: residencial, turística, educativa, urbana... Y en cada una de ellas hemos aprendido algo esencial: que el progreso solo es real cuando se construye sobre una base sólida de planificación, colaboración y responsabilidad.

Como botón un ejemplo, Málaga está viviendo un desarrollo urbano que va a transformar nuestra realidad cercana y en el que desde HCP hemos y estamos trabajando de manera muy activa. Se están desarrollando sectores de planeamiento colindantes que van a conformar un nuevo barrio de similares dimensiones a Teatinos, ejemplo de desarrollo urbanístico asumido por la ciudadanía como modélico. Se trata de la suma de Distrito Z, Cortijo Merino, Universidad, Hacienda Buenavista y Lagar de Oliveros hasta colindar con el Puerto de la Torre. Los tres primeros serán una realidad a lo largo del 2026 y constituirán un nuevo barrio en esta década, aprovechemos la oportunidad generar ciudad de calidad.

Estos desarrollos exigen una planificación coordinada y responsable, capaz de anticipar la presión sobre los servicios esenciales como agua, energía o depuración y de garantizar la conectividad real con el resto de la ciudad. El verdadero reto no reside solo en la creación de vivienda, sino en el diseño integral de las infraestructuras que harán posible su funcionamiento cotidiano: movilidad, transporte público, dotaciones educativas y sanitarias, equipamientos sociales y espacios verdes.

Solo así, integrando infraestructuras, sostenibilidad y calidad urbana, estos nuevos barrios podrán convertirse en motores de cohesión territorial y bienestar para Málaga.

Crecer “más allá de la eficiencia”, como nos gusta decir en HCP, significa entender que la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería son medios para generar bienestar colectivo. Y recordar que el crecimiento urbano solo tiene sentido si mejora la vida de quienes lo habitan.

Es el momento de pensar a largo plazo y de entender que la mejor infraestructura que puede tener una ciudad es aquella que garantiza su equilibrio social, ambiental y económico.

En Málaga, la necesidad de consolidar un modelo de crecimiento planificado es fundamental.

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