El termómetro. El juez supremo. El agradecimiento y reconocimiento. El aplauso manda. Hay aplausos valientes y otros condescendientes. Aplausos comprados con talonarios de barrigas llenas. Aplausos de borregos entrenados solo para aplaudir a la orden de un gesto. Aplausos emocionantes y otros tristes de despedidas. Hay aplausos hipócritas y otros vacíos donde el sonido no dice nada. Hay aplausos que te elevan al paraíso que reconfortan ante el trabajo bien hecho. Aplausos que sellan el beso de un matrimonio. Aplausos más tristes que el silencio cuando despiden al que se va. Aplausos y más aplausos. En la noche de la tercera semifinal reinó el aplauso.

El aplauso de la noche más sincero y cariñoso fue para la comparsa La amada invencible. La actuación fue perfecta de cabo a rabo. Se comieron literalmente el escenario. Esta comparsa, una impresionante alegoría de la lucha contra el cáncer de mama, se desquitó completamente de una irregular actuación en la fase preliminar. El gusto y la sensibilidad marcan un repertorio de quilates. Con todo mi respeto, pero dentro de mi honestidad, uno de los mejores del concurso de largo. Un primoroso primer pasodoble homenaje a los doctores con final reivindicativo a los recortes cosechó una gran ovación. El segundo pasodoble, una de las letras más inteligentes del concurso, empieza con alegato contra el machismo para dar un gran giro donde explica que hay que librarse de complejos absurdos. Parece que una comparsa con mayoría de integrantes femeninas debe cantarle por obligación al machismo en el carnaval, distinto al de la sociedad. Machismo existe y seguro que mucho en el carnaval. Pero lo de manos negras en el jurado está muy visto. En n nuestra ciudad ganó un grupo femenino y otros han pasado a la final. Y siempre en semifinales existen estas agrupaciones. Lo que vale, vale. Una cosa es denunciar y otra el decreto año tras año. Bravo por la letra. Buenos cuplés. Presentación y popurrí para enmarcar. Cientos de comparsas han pasado por nuestro carnaval. No todas llegan a la final. La mayoría pasan al cajón del olvido. No sé la suerte que correrá esta amada valiente, pero sí sé que permanecerá en el recuerdo y un cachito de ellas en el techo de cervantes justo al lado del honor a las bellas artes.

El aplauso más gamberro y a la vez más cariñoso se lo llevó Los n'arcos de la frontera. La veterana murga de Carlinda, reunida para la despedida del grupo, interpretó un pasodoble homenaje al grande de la fiesta Chema. Impresionaba su figura en mitad del pasodoble mientras insultaba por lo bajini a sus niños por ponerlo en el foco de la atención. Merecido aplauso de un currante del arte. De unas de las mejores personas que me echado en mi vida. Divertidísimo y amable. Por otra parte la murga acusó meter letras frescas en los cuplés. Buenos en su finalidad, pero bastante mascados en cuanto a letra. Un gran popurrí hacía las delicias del respetable. Me generaron dudas para una posible final. De todas formas en manos del jurado están. Yo espero volver a ver un pase más de ellos. Solo por ver disfrutar a Curro o Luismi como disfrutan ellos del carnaval. Un último apunte. Curro no veas la noche que le diste al susodicho. Risas mil.

El aplauso de la diversión fue para Los Dimitri tran tran tran. La murga de los Leones arrasó en cuanto a la poca vergüenza carnavalera. Unos rumanos que no pierden el acento en ningún momento. Trabajada. Con gente muy joven y muchos mimbres. Cupletazos de categoría. Sobre todo el de los premios que arrancaron unas risas de campeonato. Pasodoble al mítico Pepe León que influye en el sello personalísimo de Francis y Pepillo. De vellito. Un divertido popurrí caracterizado por la frescura de la juventud donde acabó poniendo patas arribas el teatro con la interactuación con la murga. Presente y futuro. Al tiempo. Ya mismo andarán complicando la cosa al jurado. Nuestro premio es la incorporación de carnavaleros muy jóvenes para la fiesta. Eso sí que es un primero. Como a primero sonaron los aplausos para Quién me ha visto y quién me ve. No estoy narrando mucho de ellos porque creo sinceramente que se van a llevar gran parte de la crónica de la gran final. Una murga 10. Redonda. Genial todo el repertorio. Destaca también un homenaje a uno de los autores que da nombre a la murga. Pedro Vera. Desde el palco de 101TV veía como sus compañeros le dedicaban una emocionante copla. Brutales cuplés y gran popurrí. Camino del uno. Los bienqueda de Estepona cuajaron mejor pase que en preliminares. gran pasodoble a la murga. Simpáticos cuplés. Sigue siendo difícil el enganche al popurrí. Para mí la sexta en discordia para entrar en la final.

Y hay aplausos contradictorios. La dueña de la calle, volvió a refrendar una buena actuación. Algunos fallos por los nervios sin importancia. Un gran popurrí como bandera del grupo demostró el porqué de su merecido pase a semifinales. Un pasodoble a la migración y el drama sirio despertó en mí un sentimiento de rechazo. El autor del mismo tiene la libertad de expresar sobre las tablas lo que desee, bendito carnaval que lo permite, y nosotros el derecho a estar de acuerdo o no. En mi caso lo rechazo por completo. El mensaje final reflejando al migrado por la guerra diciéndole que España está peor y que mejor no venga me dejo muy tocado. Muy aplaudido por el Cervantes, como también fue muy aplaudido el pasodoble crítico contra el drama sirio de Érase una vez, en su mayoría por el mismo público que aplaudió el anterior. A qué vamos al teatro. Aplaudimos cualquier copla por ejemplo que nos insulte. Escuchamos o simplemente nos abandonamos. Reflexión. Ojalá algún día un público crítico que aplauda o rechace una letra según su opinión libre. Grandísima comparsa de Almería que nos ha regalado unos de los mejores pasodobles en letra y música del concurso. Sello de Prada en la frase introductoria y mismo final. Grandes. Ojito. Ojalá se hagan fijos de nuestro concurso.

Momo no me tapes la boca. Hay veces que no puedo callarme. Me da miedo cuando veo la masa aborregada consumiendo mensajes sin poder expresarse. Parece que en la misma fiesta de la libertad esta pasea escondida en nuestros cerebros. Momo despierta.