Se acerca el momento en que sientes los zarandeos, te niegas a abrir los ojos pero el movimiento continúa; no es el terremoto, es esa mano avizora que te está diciendo que es hora ya de despertar. No quiero, sé que cuando lo haga he de tachar otro día en el calendario; el reloj, qué traicionero, no hay quién lo pare, y para el concurso son las últimas vueltas de las manecillas a esa esfera extraordinaria que se pone bonita cada febrero. Y para darle belleza a algo no hay nadie que lo haga mejor que la comparsa de Alhaurín. Su pase de semifinales no dejó indiferente a nadie; en su tour por la ciudad hicieron una parada en forma de pasodoble que dejó extasiado al visitante. Se echaba de menos este tipo de letras. Porque tenemos que ser realistas, ponernos la mano en el pecho y reconocer que el certamen ha estado huérfano de crítica, de zasca, pero, sobre todo, cojo de asuntos locales. Hemos escuchado grandes odas a La Consula, se le dio un repaso a la Iglesia y se ha reivindicado el Carnaval como cultura. Eso sí, ¡cuánto nos hemos cantado a nosotros mismos¡ Como bien dicen algunos en las redes sociales, ha sido el año de los homenajes. Yo diría que el metacarnaval ha sido el protagonista en líneas generales. Que sí, qué piropo más bonito le dedico David a Málaga, muy bien cantado y para enmarcar el de Marbella en la noche del miércoles. ¡Qué pedazo de comparsa, Francis! Pero€voy con el pero: antes de que llegara el pueblo y las niñas de la Amada, la cosa era tragedia siria y poco más.

En murgas la línea ha sido casi la misma: reivindicación para que vuelvan los carnavaleros que faltan, el esfuerzo de un padre para salir en una agrupación€ Que conste que a mí me han gustado y que me he puesto de pie en varias ocasiones. Me explico: hemos escuchado grandes pasodobles pero me ha seguido faltando algo. ¿No les resulta extraño no haber escuchado el nombre de Juan Cassá en todo el concurso? La primavera dio mucho de sí en Málaga y con las elecciones se leyeron muchos titulares dignos de ser tratados en más de una letra.

Benditas plumas todas las vuestras. No seré yo quien las menosprecie; al contrario, os admiro a todos y cada uno de vosotros, pero en mi sueño me ha faltado más Málaga y aún así no quiero despertar, quiero seguir soñando contigo. Dios Momo. Cinco minutitos más, por favor.