Las universidades han resistido los años de la crisis y ahora, para poder evolucionar en su recuperación, necesitan contar con más recursos, más autonomía y más rendición de cuentas en una época en la que disminuye el número de estudiantes de grados mientras crecen los de máster por exigencias mercado laboral.
Son algunas de las conclusiones que se desprenden de la decimocuarta edición del informe "La contribución de las universidades españolas al desarrollo", elaborado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD).
El ministro de Innovación, Ciencia y Universidades, Pedro Duque, que ha clausurado el acto, ha señalado que el hecho de que los tres temas estén juntos demuestra que "este Gobierno ha puesto un énfasis grande en la Universidad" para acometer las reformas que "todos demandamos".
Sobre el refuerzo de la autonomía universitaria y la rendición de cuentas, el ministro ha dicho que las universidades deben tener para ese fin "los incentivos adecuados".
También ha comentado que se debe contar con "un sistema legal más adaptado a la sociedad actual" y no perder de vista la equidad.
Duque ha apostado por "un marco de consenso y diálogo" para una reforma universitaria que dure "a muy largo plazo" y ha defendido la educación pública "sin excluir" ninguna otra.
El informe CYD recuerda la "disminución continuada" de estudiantes de grado en los últimos años, que no se ve "compensada" por el aumento en los máster.
El número de alumnos de grado en el curso 2016-17 fue de más de 1,3 millones (153.531 menos que en 2011-12) y, por el contrario, en un máster oficial se han ido incrementado desde 2006-07, superando ya los 190.000 matriculados.
El hecho de que haya aumentado en España la matrícula en los másteres y que crezca la edad de quienes los cursan demuestra, ha argumentado el vicepresidente de la Fundación CYD, Francesc Solé, que se tiene "el sentimiento de necesidad por una mayor formación" y que existen unas exigencias determinadas para optar a puestos de trabajo.
"La bajada de estudiantes de grado y el aumento de máster no nos lo esperábamos", ha reconocido Solé, que ha dicho que, entre otras razones, en la disminución de alumnos de grado está un menor volumen poblacional en las edades correspondientes, los que se pasan a la Formación Profesional o el aumento precios públicos.
Ha sostenido también que aunque la Universidad "pudo resistir los recortes" y "no hizo mal papel", ahora hay que evitar "el corsé" de los centros, y ha abogado por "aumentar su capacidad de toma de decisiones acompañada por una rendición de cuentas muy estricta".
El coordinador del informe, Martí Parellada, ha afirmado que la Universidad necesita ofrecer una "confianza suficiente" a la sociedad y ha calificado de "anecdóticos" los casos de supuestas irregularidades en los másteres de algunos políticos ya que la oferta de estos cursos es hoy de más de 3.540.
"No creo que -la polémica de los casos de Cifuentes, Montón o Casado- tenga una repercusión en la matriculación", según Francesc Solé, que ha apuntado, no obstante, que la rendición de cuentas posterior debe mejorar "en todos los niveles".
Otro reto que han recalcado estos expertos es el de "cómo hacer frente al desajuste creciente entre la cualificación de los graduados y el nivel requerido por el mercado de trabajo" pues en España el 35,6 % de los contratos que se han firmado en 2017 con graduados han sido para desempeñar ocupaciones de baja cualificación.
Esta sobrecualificación se incrementó 1,2 puntos porcentuales respecto a la cifra del año precedente y 5,4 puntos respecto a la de 2010, según el informe.
La presidenta de la Fundación CYD, Ana Botín, ha comentado que "tenemos una Universidad que aporta valor, valores y crecimiento a la economía española".
Según Botín, hay cosas externas e internas "por mejorar" en las universidades (más autonomía, rendición de cuentas y becas) y ha resaltado que las empresas quieren ser "socios" de dicho centros porque en ello les "va el futuro".
Al acto de clausura han acudido también la secretaria de Estado de Universidades, Investigación e Innovación, Ángeles Heras; y el presidente de los rectores de CRUE, Roberto Fernández.
