Última Eurocopa

Historia de la Eurocopa: 2016, Portugal y Cristiano Ronaldo se sacaron la espina clavada

Los lusos lograron su primer título doce años después de la dolorosa derrota ante Grecia en la final de 2004 como anfitriones

Los jugadores de Portugal celebran la Eurocopa 2012.

Los jugadores de Portugal celebran la Eurocopa 2012. / EFE

Alex Carazo

Ningún portugués había olvidado todavía en 2016 lo sucedido en la Eurocopa celebrada en su país doce años antes. Imposible olvidar una derrota tan hiriente. Nunca antes Portugal había vuelto a estar tan cerca de lograr un título, ni tampoco lo estuvo en los años posteriores a la edición celebrada en Francia.

Portugal llegaba a la Eurocopa sin ser uno de los candidatos, pese a tener a Cristiano Ronaldo en su plenitud futbolística, pero acabaron siendo para los franceses lo que Grecia fue para ellos en 2004. La UEFA cambió por completo el formato y abrió las puertas a más selecciones. Un total de 24 países acudieron a la cita, donde hubo cinco debutantes: Albania, Eslovaquia, Gales, Islandia e Irlanda del Norte, y todos menos los primeros avanzaron de la primera ronda.

Portugal tuvo muchísimos problemas para avanzar la fase de grupos. Apenas sumaron tres empates en tres partidos, y se clasificaron gracias a la modificación de la UEFA que permitió que pasaran a octavos los cuatro mejores terceros. Cristiano Ronaldo se erigió como héroe de Portugal con su doblete ante Hungría en el último partido, donde los ibéricos estuvieron muy cerca de caer eliminados.

En octavos se deshicieron de Croacia en la prórroga con un gol a última hora de Quaresma y en cuartos vencieron en los penaltis a Polonia. El único triunfo de los portugueses en el torneo en los 90 minutos reglamentarios llegó en semifinales. El combinado de Fernando Santos se vio las caras con la sorprendente Gales de Gareth Bale, que estaba a un paso de la final en su primera participación en una Eurocopa. En la final esperaba Francia, con todo preparado para celebrar en Saint-Denis ante su afición.

A pesar de un inicio algo dubitativo en cuanto al juego, en las eliminatorias 'Les Bleus' habían demostrado por qué eran unos de los claros favoritos a llevarse el título más allá de ser los anfitriones. Pero Portugal tenía muy presente la Eurocopa de 2004. Los lusos llevaron a cabo un ejercicio de resistencia durante todo el torneo que les había convertido en un bloque muy rocoso y fuerte mentalmente. Ni siquiera la lesión de Cristiano al inicio del partido tras un choque con Payet hizo tambalear el muro portugués.

Fueron pasando los minutos y Portugal fue jugando con la presión ambiental sobre Francia, igual que hiciera Grecia con ellos doce años antes. Los galos tuvieron el título en un disparo de Gignac que se topó con el palo justo antes de la prórroga. En el tiempo extra, el conjunto portugués dio un paso adelante, aprovechando el miedo a perder de Francia, y entonces apareció otro héroe inesperado de la historia de las Eurocopas.

Igual que hicieran Panenka, Vilfort, Bierhoff o Charisteas, Éder anotó el gol de la victoria para su equipo y se erigió como el jugador decisivo contra todo pronóstico. Apenas había tenido protagonismo a lo largo del torneo, pero entró para siempre en la historia del fútbol portugués y de esa plantilla, que logró por fin el primer título internacional para Portugal.