La sociedad está en constante evolución debido a lo que podríamos llamar “la cuarta revolución industrial”, que llega de la mano del internet de las cosas, la inteligencia artificial, la robótica, los drones, la nanotecnología y los avances en genética. Es por ello, que las empresas deben analizar las tendencias a largo plazo para poder actuar en el corto y resolver las necesidades que se le presenten a la sociedad según la situación actual.

Es difícil predecir el futuro, pero más o menos, se va marcando el camino que van a seguir los avances tecnológicos. Viviremos en un mundo donde todas las cosas estén conectadas: vehículos, hogares y personas. Una de las tendencias que se encuentra en auge es la apuesta por el vehículo eléctrico, que ofrece una serie de ventajas medioambientales que no ofrecen la gasolina o diésel.

El coche eléctrico todavía se encuentra en proceso de desarrollo para perfeccionar sus funciones, pero se ha convertido en la mejor alternativa para desplazarse ya que no emite gases contaminantes y es más respetuoso con el medio ambiente. Estos vehículos se mueven con unos motores que únicamente necesitan energía eléctrica para funcionar.

Aunque a priori el desembolso inicial al adquirir un coche eléctrico puede ser superior a un vehículo convencional, el coste económico posterior será mucho menor principalmente por el combustible, la electricidad, que aproximadamente podría costar 1,2 euros para 100 kilómetros, mientras que con otras alternativas rondaría los 7 o 8 euros. Además, la fabricación de los motores de estos automóviles es más sencilla teniendo menos probabilidades de que algo falle. Tienen una vida útil mayor y es menos costoso su mantenimiento.

No solo económicamente presenta diferentes ventajas, también es una apuesta por la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente. Según el Instituto para el Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) 1.000 coches eléctricos corresponden a la no emisión de 30.000 kilos de gases contaminantes y 2 toneladas de CO2 al año. Además de disminuir la contaminación atmosférica, los coches eléctricos no producen contaminación acústica.

Los conductores también encuentran ventajas a la hora de su conducción ofreciendo mayor confort porque son más silenciosos y las vibraciones son casi imperceptibles. Los coches ecológicos pueden acceder al carril bus VAO y pueden circular sin restricciones cuando las ciudades activan los protocolos de contaminación. Aunque depende de cada ayuntamiento, en muchas ciudades pueden aparcar gratuitamente en estacionamiento de zona azul.

Esto provoca que las empresas tengan que enfrentarse a nuevos retos adaptando la oferta de productos y servicios al nuevo panorama. Esto también afecta al mundo de los seguros. Gran parte del trabajo de MAPFRE es con el ecosistema del automóvil y ahora tiene que afrontar una de las mayores transformaciones de su historia. La evolución tecnológica del automóvil, con la conectividad y los sistemas de ayuda a la conducción, y la llegada del coche eléctrico ha provocado que tengan que pensar en nuevos productos aseguradores que cubran las necesidades de sus clientes.

Está desarrollando nuevos servicios adaptados, pero manteniendo la propuesta de valor de la compañía. La empresa ha sido un referente en innovación, convirtiéndose en la aseguradora pionera del seguro telemático en España con la póliza YCAR para jóvenes, que se calculaba según en el estilo de conducción del cliente y ofrecía servicios basados en la conectividad.

Póliza ecológica

Por ello, MAPFRE ha decidido lanzar la póliza ecológica con la que los clientes podrán asegurar su vehículo eléctrico o híbrido. La prima anual media para este producto es de 540 euros. Además de ofrecer un precio competitivo, consigue adaptarse y satisfacer las necesidades de todos los usuarios ofreciendo descuentos en la renovación según la forma de conducir de cada uno. Más de 9.000 clientes ya han contratado esta póliza.

Entre algunos de sus beneficios, la póliza ecológica incluye ventajas en caso de robo o accidente como la cobertura del cable de recarga y la batería, piezas esenciales para el funcionamiento de los coches eléctricos. La asistencia en carretera de MAPFRE ofrece soluciones de carga rápida en 30 minutos y en caso de no poder solucionar el problema, se hace cargo del transporte del coche hasta un punto de recarga.

El coche eléctrico está en auge, y las matriculaciones están creciendo significativamente en el mercado español. Durante 2017 se registraron 64.386 coches, lo que supone un crecimiento del 79,9% con respecto al año anterior. Además, para impulsar la compra de estos automóviles el Ministerio de Energía y Turismo y Agenda Digital puso en marcha el nuevo plan Movalt Vehículos para 2018, que tenía una partida presupuestaria de 20 millones de euros para subvencionar la compra de vehículos ecológicos, con el fin de reducir el impacto sobre el medioambiente y fomentar la movilidad sostenible.

Aunque estas son las soluciones para el futuro cercano que va a dejar el nuevo panorama del transporte sostenible, MAPFRE ya está preparándose para cuando los coches se conduzcan de forma autónoma y tenga que adaptar sus productos y servicios para ofrecer a sus clientes una solución que cubra sus necesidades.