Entrevista

«Barenboim es un ejemplo de lo que tienen que hacer otros»

Alejandra Guillén. Málaga

Hijo del director de orquesta Ataúlfo Argenta y de la pianista Juanita Pallarés, Fernando Argenta se siente muy orgulloso de haber llevado la música clásica a la gente de la calle, a través de su extenso trabajo en ´Clásicos populares´, que dejó de emitirse el pasado agosto. Ahora, el periodista asegura disfrutar de la vida y prepara nuevos proyectos.

-Su cita de mañana en el Teatro Cervantes, donde ofrecerá un ´Concierto en familia´ dirigido a niños, es una forma de educar. ¿Qué opina del valor educativo de la música clásica?

-Es muy importante porque eleva la sensibilidad de las personas y la satisfacción que también te da. Es algo que te puede llenar y elevar el espíritu. La música clásica hace a las personas más cívicas, tolerantes y dialogantes. Es un mundo que no se debería privar a nadie.

-Entonces, ¿qué opina del mensaje de paz del maestro Barenboim, que aprovechó el emblemático Concierto de Año Nuevo de Viena para mostrar su opinión sobre el conflicto en Oriente Próximo?

-Comparto, como compartimos todos, el ansia de paz de Barenboim. Como persona destacada que es, sus palabras tienen mucha repercusión, y qué bien que lo hace. Da gusto ver que una persona como él, una estrella de la dirección, se manifiesta y se compromete. Es un ejemplo de lo que tienen que hacer otros.

-¿En los 30 años de su programa radiofónico, ´Clásicos populares´, cree que ha cambiado la sensibilidad musical de los españoles?

-Creo que sí. El programa ha colaborado, pero sería muy pretencioso decir que ´Clásicos populares´ ha elevado la inquietud por la música clásica. Lo que sí es verdad es que si alguien lleva todo este tiempo fuera y vuelve, notaría los cambios, con orquestas, conservatorios llenos de chavales y con muchísimas ventas de discos de música clásica, más de lo que la gente cree.

-Se jubiló y con usted el programa. ¿Qué van a hacer ahora los amantes del género?

-Hay otros programas que se pueden escuchar, y bastante buenos. Qué más quisiera yo que haber seguido, pero las circunstancias no lo han permitido. Nunca se sabe, a lo mejor dentro de año y medio vuelvo al ataque en otra emisora. En un principio lo pasé mal, porque han sido muchos años haciendo lo que más me gusta, llevar la música a todo el mundo.

-¿Tiene mono de micrófono?

-La verdad que sí. Tengo muchos proyectos y ganas no me faltan. Por una parte he perdido bastante al dejar el programa, porque me daba muchas satisfacciones, pero, por otro, he ganado en poder vivir, leer un libro, dar un paseo, ir al cine..., algo que antes no podía hacer. Tengo el propósito de desconectar.

-¿Hay que tener unas cualidades especiales para disfrutar de la buena música?

-No. Lo que hay que hacer es tener la paciencia, hacer el esfuerzo de escuchar mucha música clásica.

-¿Qué aporta esta música en un mundo lleno de estrés, prisas y tecnología, como en el que vivimos ahora?

-Juega un papel muy importante. Es meterte en un mundo absolutamente diferente, relajante, lleno de sensaciones y sentimientos. Es aislarte de todo lo que te rodea.

-¿Qué piensa cuando oye una melodía de Mozart en un móvil?

-Me parece estupendo todo lo que sea acercar este tipo de música a la sociedad en general. Hay una cantidad de chavales que conocen la música clásica a través de los móviles, que ni ellos mismos saben que es música clásica. En este caso, el fin justifica los medios.

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