XXVI FESTIVAL DE TEATRO DE MÁLAGA

Una ópera que no es una ópera

Instante de una representación de ´Operation: Orfeo´.

Instante de una representación de ´Operation: Orfeo´. / L.O.

LOM.ES

Una ópera que no es una ópera, que juega con la tridimensionalidad y la bidimensionalidad, con la luz y el color y los movimientos, como una pintura móvil o un canto extático... 'Operation: Orfeo'. Una ópera visual en tres movimientos es un caudal de recursos ópticos, de efectos hipnóticos desarrollados en una escalera encajada en un marco suspendido en la escena y por el que se mueven, despaciosos, los doce cantantes de un coro y una mezzo-soprano solista, dirigidos desde abajo por un director con una varita luminosa.

La embriagadora y casi virtual revisión del mito del cantor tracio que descendió al Averno para rescatar a su enamorada de entre los muertos es un montaje de la compañía danesa Hotel Pro Forma que se contemplará los día 16 y 17 de enero en el Teatro Cervantes, en una de las más esperadas citas del 23 Festival de Teatro de Málaga. La directora Kirsten Dehlholm y la escenógrafa Maja Ravn han ideado una puesta en escena plenamente arquitectónica aplicando espacios de luz en los que se mueven los cuerpos y los objetos que portan los cantantes, siluetas móviles ataviadas con coronas que semejan esculturas animadas. A la vez, una bailarina solitaria, Lisbeth Sonne Andersen,

parece representar la historia de Orfeo y Eurídice, aunque de forma simbólica y ritual, y sin encarnar concretamente ni al cantor ni a su amada.

Los días 16 y 17 suben al escenario del Teatro Cervantes doce cantantes, una solista y una bailarina para una representación visual y simbólica. El movimiento de la danzante, y las minimalistas evoluciones de los miembros del Coro de la Radio Letona y la mezzo Baiba Berke se relacionan estrecha y sutilmente, aunque sin la interpretación tan cara a la ópera clásica, con la música, escrita por el compositor Bo Holten utilizando también fragmentos de John Cage y de Christoph Willibald Glück. Holten, autor de seis óperas entre sus cerca de 100 composiciones, utiliza usualmente un lenguaje musical tonal y melódico. En el caso de 'Operation: Orfeo' se ha inspirado en un coro renacentista, en una exuberante y evocadora música a capella que comparte protagonismo con composiciones vocales poco conocidas de Cage (“Hymns and variations” y “The wonderful widow of eighteen springs”). En total, y comparando “a peso”, son 33 minutos del danés contra 45 del estadounidense, dejando la celebérrima aria “Che faró senza Euridice”, del Orfeo y Eurídice de Gluck, como una cita, un rastro que semeja un leitmotiv.

'Operation: Orfeo', que se estrenó en 1993, es una de las más brillantes aventuras de Hotel Pro Forma, una compañía concebida para experimentar y buscar soluciones estéticas novedosas, bien con las posibilidades de la luz o con la construcción y deconstrucción del tiempo y el espacio. En este caso juegan, cual artistas dialécticos, con las oposiciones: oscuridad y luminosidad, tenue y voluminoso, esporádico y unificador, vida y muerte, solista y coro, bidimensional y tridimensional.

La obra utiliza un libreto del poeta danés Ib Michael, compuesto por dos poemas, uno sobre un funeral tibetano y el otro acerca del mito de Orfeo. También se escucha texto de las composiciones de John Cage, aunque sus palabras son sólo la base de los sonidos articulados por los cantantes, y no tienen papel narrativo. Olviden el valor de relato habitual en una ópera tradicional: ni el texto ni los movimientos de los intérpretes, que usan sin que se sepa el porqué objetos como un huevo, un matasuegras o una goma, dotan de sentido “teatral” a la representación. Es decir, siéntense, vean, escuchen… y simplemente gocen con la experiencia estética y sensorial que se les propone.

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