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« No creo que haya guerras religiosas, sino de poderes »
ignacio a. castillo. Málaga
Su novela ´Azafrán´ lleva nueve ediciones e incluso se está traduciendo al ruso. En su libro, José Manuel García Marín, cuenta cómo el protagonista Mokhtar ben Saleh se relaciona con místicos de las tres religiones que convivían en el Al-Andalus del siglo XIII: musulmana, hebrea y cristiana. Y lo hace pacíficamente, haciendo un paralelismo entre los estambres de la flor y las tres religiones y su convergencia. El autor cree que este sistema de sociedad podría servir de ejemplo para muchos ortodoxos en la actualidad, sobre todo en la franja de Gaza.
-¿La convivencia pacífica entre musulmanes, judíos y cristianos en Al-Andalus fue real o es un mito exagerado?
-No es que fuera paradisiaca, pero la convivencia era suficientemente aceptable como para hacer monumentos. La Alhambra o la Mezquita de Córdoba no se pueden construir en medio de una guerra, porque ni hay tiempo ni deseo de hacerla. Incluso hubo equipos de trabajo de las diferentes religiones y esto permitió que floreciera la poesía, la literatura, las artes, las ciencias. Y eso sólo es posible cuando se vive en paz. Como ahora, que para poner una antena comunitaria hay que poner de acuerdo a la comunidad de vecinos.
-Siguiendo con el símil, ¿quién convocaba las juntas para hacer derramas?
-La iniciativa, lógicamente, era de la parte musulmana, porque mandaba y en definitiva, imponía criterios. Pero eso no quitaba que Maimónides o Ibn Gabirol, siendo judios, pudieran desarrollar su filosofía sin ningún tipo de problemas y además eran admirados por musulmanes, como Averroes. La Alhambra es un homenaje trascendente a las tres tradiciones místicas de Al-Andalus, aunque la iniciativa partió de los nazaríes.
-¿Había ciudadanos de segunda?
-Como en todas las sociedades.
-Pero no sólo por el nivel económicos, sino por las creencias.
-¿Un obispo es de primera o de segunda categoría? ¿Y un alfaquí? Los había, pero más que por cuestiones religiosas, por cuestiones de intelectualidad.
-¿La aldea global asumida por todos, o casi todos, la Europa sin fronteras, la inmigración... puede reproducir en breve ese modelo de convivencia?
-Se debería aprender, porque éramos nosotros mismos los que fuimos musulmanes y judíos. Es mucho más cómodo convivir en paz que a bofetadas. Necesariamente tendríamos que desprendernos de determinados corsés, hacernos más flexibles y admitir que hay otras formas de pensamiento.
-¿Al-Andalus también sería un buen modelo para israelíes y palestinos?
-La ONU debería imponerse, pero con Estados Unidos o Isreal siempre tiene problemas. Porque no estamos hablando de religiones. No creo que haya habido jamás una guerra por motivos religiosos, sino guerras de poderes y ambiciones. Lo que está ocurriendo es una salvajada vergonzosa. Debe haber una imposición por la vía que sea ya.
-¿Se ha confundido algún lector pensando que su libro era de gastronomía?
-No, pero sí me pasó una anécdota en una librería. No veía mi libro por ningún sitio y pregunté al dependiente. "¿Tiene ´Azafrán´?" Y me contestó que eso en los ultramarinos.
-¿Le ilusiona que le traduzcan al ruso?
-Será la primera vez que no encuentre erratas al corregir uno de mis libros.
-¿Qué tienen en común Andalucía y Rusia además de Estepa: en una se fabrican polvorones y en otra nieva?
-´Azafrán´ les va a resultar muy exótico y no sé cómo van a traducir algunos términos.
-¿Cómo eran los andaluces del siglo XIII?
-Eran granadinos de pura cepa. O cordobeses. O sevillanos. O malagueños. La conquista fue más de ideas. De la misma manera que hoy en día hay una serie de ideas americanas que hemos importado. Las ideas árabes penetraron aquí y fueron abrazadas por los habitantes de Hispania. Pero tardaron mucho en hacerse musulmanes.
-¿La Reconquista sí fue militar?
-Fue una conquista porque para que fuera reconquista, debería haber visto una conquista anterior. Pero tampoco fue por cuestiones religiosas, sino por razones estratégicas. Para dominar un territorio enorme y riquísimo.
-¿Qué no cuentan los libros de texto?
-Hay una serie de sensaciones hipnóticas que nos ha trasladado la historia y que son falsas, como que fueron expulsados todos y Al-Andalus fue repoblada por gente de Castilla. ¿Entonces Castilla quedó despoblada o qué? ¿Quiénes se quedaron aquí? Pues los mismos, aunque luego sí hubo una expulsión de moriscos, que fueron obligados a cristianizarse, pero aún así quedaron. ¿Qué pasaba? Pues que a mí me gustaba tu casa y para quedármela, no te veía a ti muy cristiano.
-¿Qué vigencia tiene aún Al-Andalus?
-La conciencia colectiva y espero que no se pierda nunca, porque eso es lo que nos hace seguir siendo tolerantes y gente que lo que quiere es vivir y vivir en paz.
-¿Qué nos queda de judío?
-La capacidad para comerciar.
-¿Y de musulmán?
-Hemos cambiado muy poco. El Islam que aquí se vivió, era más suave. Aquí se bebía porque se vivía y se vivía con el alcohol. Saber comportarnos en función de la situación. Y el sentido ético.
-¿Y de cristianos, porque con esto del laicismo...?
-La filosofía y exaltación de la cristiandad. Sólo hay que ver la Semana Santa.
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