OPINIÓN

Una mala idea que no ha costado un euro y vale menos

El cartel del XII Festival de Málaga.

El cartel del XII Festival de Málaga. / L.O.

VÍCTOR A. GÓMEZ. Málaga

Da la impresión de que los malagueños, cuando no sabemos bien cómo vendernos, recurrimos a nuestro ‘clásico’, a Pablo Ruiz Picasso; un, en términos ‘casablanquianos’, “siempre nos quedará Picasso” pero más desesperado que romántico. La línea que separa el argumento atractivo de la manida excusa no es tan fina como para que la estemos cruzando tantas veces, y a este paso el ‘Málaga picassiana’ va a terminar resultando un lugar común tan abominable como ‘pertinaz sequía’ y don Pablo, más pesado que el abuelo del anuncio de los caramelos Werthers Originals.

¿Resulta que al final el rifle de nuestra autopromoción (¿autobombo?) sólo tenía una bala, la de un señor genial que murió hace casi 36 años? Es éste un cartel muy apto para cualquier feria turística, desde luego, pero ¿no estábamos hablando aquí de cine o, en realidad, era de otra cosa, de Fitur y aledaños?

El asunto se pone más feo aún cuando escuchamos a los responsables municipales explicando la supuesta validez de la flamante imagen festivalera a partir de su coste: cero. Entra en la capciosa lógica política en estos tiempos de crisis: justifiquemos deméritos por los dineros escasos para convertirlos en méritos. Ayer, un avezado comentarista en la web del periódico lanzaba la más pertinente pregunta de todas: “¿Crisis económica o crisis de ideas?”. Una buena idea cuesta lo mismo que una mala pero vale mucho más. El cartel picassiano es una mala idea que no ha costado un euro pero vale menos aún.

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