Una Feria más cara de lo esperado

La inflación se viene de fiesta a la Feria de Málaga

La subida de los precios se deja notar en las atracciones, transporte e incluso en algunas casetas que han decidido vender entradas para poder acceder - Las bolsas de hielo de los puestos ambulantes del Real no bajan de los cinco euros y pueden llegar a alcanzar los ocho

Zona de los carricoches en el Real del Cortijo de Torres.

Zona de los carricoches en el Real del Cortijo de Torres. / Gregorio Marrero

Arancha Tejero

La gratuidad de la Feria de Málaga era una de las banderas de las que siempre había presumido la ciudad. En Málaga no necesitabas conocer a nadie para entrar en una caseta, ni pagar por ver actuaciones o gastar dinero en exceso para pasárselo bien. Sin embargo, esta Feria 2022 está resultando ser ‘la menos gratuita’ hasta el momento. Durante los últimos meses, la subida del precio de la cesta compra, de la energía o de la gasolina, ha estado en boca de los medios de comunicación y de los ciudadanos, que comenzaban a padecerlo en su propio bolsillo y que no esperaban encontrárselo también en su anhelada Feria. 

La polémica comenzó semanas antes de la inauguración de las fiestas, cuando se supo que dos de los conciertos programados en el Auditorio del Cortijo de Torres (el de India Martínez y el de Maka), siempre gratuitos hasta ahora, serían de pago. La justificación del Ayuntamiento era la posibilidad de traer con ello a artistas «con un caché mucho más alto», que de manera gratuita no vendrían, según las palabras de la concejala de Servicios Operativos y Fiestas, Teresa Porras. 

Aunque a algunos malagueños, como Manuel Blanco, les parece coherente y una oportunidad para traer a reconocidos cantantes a Málaga, la mayoría se muestra disconforme con esta novedad. «Me parece muy feo porque siempre se ha entrado gratis y era una de las cosas que caracterizaba a la Feria de Málaga», argumentó Susana, que veía además los conciertos como una oportunidad para traer «a artistas más cercanos a Málaga que seguramente aceptarían venir gratis». Jorge, malagueño de ‘toa’ la vida según se definió a sí mismo, recordó que nunca había hecho falta pagar «ni una peseta» para disfrutar de conciertos de calidad durante la Feria. «Aquí he escuchado a Melendi y a Pastora Soler sin pagar nada». En general, los jóvenes se muestran un poco más indiferentes en cuanto al tema de los conciertos del Auditorio del Cortijo de Torres, pues la mayoría de ellos no tienen intención de ir, como mucho, «a algunos de los conciertos en directo del centro», se planteó Elena mientras esperaba a sus amigas para dirigirse a la zona joven, donde todas las noches un Dj con distintos artista animan a los grupos que acuden a beber a ese área. 

La siguiente sorpresa llegó con la ola de calor y la repentina escasez de hielo en algunos supermercados que limitaban incluso el número de bolsas por persona. Los puestos ambulantes del Real, poseedores de este nuevo preciado bien, no dudaron en sacar provecho de la ocasión. 

«¡Hay hielo!», rezaba un cartel de cartón improvisado, apoyado en un árbol con una flecha hacia el puesto ambulante. Si uno se paseaba por las calles de las casetas, era habitual encontrarse con carteles similares, algunos más elaborados, otros hecho en el último momento con rotulador, que anunciaban que vendían hielo. Eso sí, a cinco euros la bolsa o incluso a ocho en algunos de ellos. 

A Rafa, por ejemplo, le costó seis euros comprar hielos la noche del domingo y aseguró que le «parece un robo, aunque razonable teniendo en cuenta como está de caro en los supermercados».  El negocio Gofre María era uno de esos puestos que vendieron la bolsa a ocho euros la primera noche, pero que el domingo «habían decidido bajarlo a seis», según informó Tere, una de las trabajadoras. Avanzada la noche, un señor con una carretilla cargada de bolsas de hielo, recorría la zona de la juventud al grito de «¡vendo hielo!». Muchos jóvenes le paraban, pero la mayoría por poco tiempo al descubrir que también se vendían a cinco euros. 

Cartel de un puesto ambulante anunciando la venta de hielo

Cartel de un puesto ambulante anunciando la venta de hielo / Arancha Tejero

Los más perjudicados, a la vez que indignados por estas subidas de precios, son los más jóvenes, pues la mayoría son estudiantes y sin ingresos. De hecho, fueron muchos los que prefieren tomarse su bebida caliente antes que pagar semejante precio. No obstante, los hielos no son el único motivo de su irritación.

La subida de 30 céntimos del billete de autobús, respecto a la Feria de 2019, ha molestado a los malagueños, frustrados ante la idea de tener que pagar cuatro euros por cada día que deseen ir al Real. «Como quieras venir todos los días te cuesta casi 30 euros», señaló enfadada María que, ante la saturación de los autobuses, se vio obligada a compartir un taxi con sus amigas para poder llegar al Cortijo de Torres. «Lo peor es que, aparte de ser caro, está mal organizado», se quejaba Ana, que había tardado una hora y cuarto en llegar al Real aquella noche desde El Palo, «pues los dos primeros buses ni pararon de lo llenos que iban». 

Muchos consideran que este incremento puede resultar contraproducente a la hora de tratar de disuadir a la gente para que no coja el coche durante la Feria, como bien señaló Celia, que considera que «deberían bajar un poco  los precios para que así a las personas les merezca la pena cogerlo».

El aumento de precios también se ha dejado notar en las atracciones. La mayoría de los carricoches para los niños cuestan cuatro euros, mientras que las de los adultos se elevan hasta los cinco o incluso ocho euros en algunas, como la noria o la atracción ‘Extreme’. «Me he puesto como límite montarme solo en dos, porque sino no me llega el dinero para el resto de semana de Feria», contó Alberto de 22 años. 

El sentimiento generalizado acerca del precio de las atracciones es que son «demasiado caras», especialmente si tienes más de un hijo como en el caso de Mariló, ya que, si se tiene que montar con ellos, «se te planta en 12 euros cada cacharro». Antes de la pandemia, montarse en los coches de choque costaba tres o cuatro euros, ahora cada viaje costará entre cuatro y cinco euros. 

En el caso de Pepe, que había venido con su hija de ocho años Lucía, esa noche intentarían solo conseguir algunos peluches tirando unos dardos. Para montarse en las atracciones se esperarían al próximo domingo en el que habrá descuentos por el ‘Día del Niño’. 

A pesar de los aumentos de precio y la indignación, el Cortijo de Torres continuó estando a rebosar durante la segunda noche de Feria. Habrá quien se tome su bebida caliente, quien tenga que salir antes de casa para coger el autobús o quien deba elegir entre montarse en los coches de choque o el toro mecánico. Sin embargo, nadie renuncia a volver a pisar la querida Feria que tanto se ha hecho de rogar. 

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