Buena nota para la Feria de Málaga

Los malagueños y turistas se congregaban, un día más, a los pies de la calle Larios, frente al tradicional e inmenso portón de biznagas, listos para comenzar el penúltimo día de Feria. La estampa se asemejaba a una partida de Monopoly, que comienza en calle Larios y termina en el Real al caer la noche, salvo que haya habido un exceso de Cartojal y salga la tarjeta de ‘retrocede a la cárcel’, que en este caso sería un regreso a casa antes de lo previsto por fuerza mayor. Una partida en la que uno va gastando sus billetes de colores conforme avanza recorriendo las calles y los puestos que adornan sus lindes. Unas garrapiñadas para matar el gusanillo; un abanico para tratar de soportar el calor o un taxi para evitar las eternas colas del autobús. Durante el juego están también los que prefieren invertir desde el principio para ir construyendo la noche, comprando vasos anchos de cerveza o tinto, que finalmente se cambian por un buen gin tonic o cubata.

Quedaban solo dos días para el final de la partida y se notaba que se acercaba el final y que la energía iba decayendo. Las calles estaban más vacías e incluso se podía pasear con cierta comodidad por algunas calles, aunque en la Plaza de La Constitución siguiese sin caber un alfiler. 

Y, aunque todavía queda la jugada definitiva, la partida va llegando a su fin  y toca hacer balance y valorar si esta anhelada Feria, que tanto se ha hecho de rogar, ha logrado cumplir con las exigentes expectativas de los malagueños.  

Buen ambiente

El paso de los años y la nostalgia tiende a edulcorar los recuerdos e idealizar aquello que nos hizo felices en su momento. Sin embargo, lejos de decepcionar, esta Feria 2022, con sus más y sus menos, ha dejado un muy buen sabor de boca a los malagueños. «De momento le pongo un 10. Llevábamos muchos años esperándola y no nos ha defraudado», afirmó con rotundidad Andrea. 

La seguridad consiguió también buena nota, pues como señaló Juanjo se notaba que «ha habido un mayor control sobre los menores y más vigilancia en las casetas».

 Parecía que solo había palabras de alabanza para el buen ambiente que había reinado durante estos días. La mayoría de los malagueños no dudaron en valorar la atmósfera como lo mejor de esta Feria de Málaga 2022, pues, como bien señaló Kati , «se ha notado mucho las ganas de tener contacto humano». Como es el caso de Lorena, de 22 años, que agradecía la sensación de seguridad y que el ambiente diese pie a hablar con sus amigos o conocer a gente nueva. «No solo era bailar y emborracharse». 

Y no hacía falta ser de la provincia para saber apreciarlo. Borja es madrileño (aunque, tras salir todos los días desde que comenzó la Feria, está aspirando a ser bautizado como malagueño) y aseguró que lo que más le ha gustado ha sido que «el ambiente mola mucho y hay muy buen rollo», su amigo Luis también valoró positivamente el que las casetas estuviesen tan bien acondicionadas y ventiladas.

Lo peor, la calo'

Parece mentira, pues si en algo ha habido unanimidad es que la calo’ ha sido el mayor enemigo de la Feria. «Lo peor ha sido este calor con el que no paras de sudar», se quejaba Mari, mientras se abanicaba con fuerza contra el pecho. Sin embargo, como bien señaló Loli, esos grados de más «no nos han impedido pasárnoslo bien. Pues aquí estamos». Y es que bien es cierto que, ni la pereza provocada por las altas temperaturas ni las bocanadas de fuego que soltaba el terral, pudieron con las ganas de la gente de divertirse. La solución según Jorge: «mucho hielo en el cubata».  Y es que el Cartojal, y su característico vasito rosa, seguían presidiendo la mayoría de las mesas allá donde se mirase. Incluido los poyetes de las calles que se convertían en barras improvisadas. 

La gestión del transporte fue también motivo de críticas por parte de muchos malagueños que desaprobaban la poca frecuencia de los mismos. «No es normal que un día tardase una hora y media en llegar al Real», comentó con indignación María. Por otro lado, para Marta, y otros tantos, lo peor era «la gente borracha y el olor a meado en las calles». 

La Feria del centro es la favorita de muchos, por su tradición, alegría y ambiente. Sin embargo, este año, según la percepción, y lamento, de los malagueños ha estado menos concurrida que otros. Sin embargo, lo que es negativo para unos, es positivo para otros. Es el caso de Verónica y sus amigas que han agradecido que la Feria estuviese «más tranquilita» y que hayan podido encontrar sitio sin problema para comer. 

Más música y actuaciones

En el Centro Histórico las horas  pasan entre canciones, copas y risas. Ver sus calles decoradas y llenas de vida es una de las cosas que más gustan a los malagueños, y que hacen que este año reclamen «más actuaciones y verdiales», como en el caso de Isabel, de 75 años, que pese a ello, no ha dudado en vestirse de gitanas con sus amigas y bajar al centro donde pretenden quedarse «hasta que el cuerpo aguante» o hasta que «nos eche el camino del agua».

«Se están intentando llevar la Feria al Real, pero en la sangre del malagueño está el vivir en la calle», sentenció Gema. Algo similar pensaba Alejandro, que reivindicaba que «la Feria no puede perder su esencia  y convertirse solo en una discoteca de día», mínimo debe tener «ese acento andaluz». 

Opiniones muy dispersas pero que no impiden que todos vengan a jugar su partida y disfrutar del buen ambiente que, sin duda, ha caracterizado a esta Feria 2022.

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