¿Cómo es la vida a bordo del buque-escuela Juan Sebastián Elcano? El realizador se propuso descubrirlo, vivirlo y filmarlo. El resultado es un documental que daría para un «making of», tal y como nos desvela en esta entrevista el propio Alejo Moreno.

¿En qué momento dice usted: «Pues la vida en El Juan Sebastián Elcano me interesa»?

Como casi todo lo bueno en la vida, surgió de manera espontánea. Mi actual socia y productora ejecutiva del documental, Laura Gómez Vega, visitó una exposición en una galería de arte que por aquel entonces regentaba y había fundado yo, y de una conversación inocente sobre barcos, surgió su ofrecimiento: «Estoy hablando con la Armada sobre grabar algo a bordo de Elcano, ¿Te subirías conmigo?» . Lo que sí es cierto, por mi parte al menos, es que una vez asumida la responsabilidad de dirigirlo, enseguida me entusiasmó detectar que el buque me ofrecía la oportunidad de explorar temas que me obsesionan como la relación entre miembros de pequeñas sociedades, el trabajo en equipo como sumatorio de individualidades o la transmisión de conocimientos y tradición, en este caso la marinera, claro.

¿Fue difícil tomar contacto con las fuerzas armadas? Conforman una subcultura bastante cerrada en sí misma.

A bordo no diría que son cerrados en absoluto, ni una subcultura. Lo que pasa es que en España, cuando uno se acerca a esos temas en seguida surgen las suspicacias. Es decir, casi todo te fuerza a hablar de manera negativa sobre ellos porque si no te conviertes en sospechoso de reaccionario o propagandista. Son las simplezas con las que por desgracia miramos al mundo en nuestro país más a menudo de lo deseable. A mí personalmente me interesaba hacer cine... Un buen largometraje cuya fotogenia se fundamentara en los rostros humanos que tripulan el barco.

Y ellos, los militares, ¿cómo recibieron al equipo?

En general, cuando un equipo de rodaje retrata algo que tiene que ver con la vida militar, lo hace desde un punto de vista crítico a priori, sin tratar de profundizar lo más mínimo en los seres humanos que hay detrás del uniforme o la lógica en la que está estructurada la vida de los miembros de las fuerzas Armadas. Por lo tanto te reciben más que con reparos, con miedos iniciales.. Eso sí, ninguna restricción,ojo... En nuestro caso se desarmaron a la semana porque percibieron que íbamos con intención de mancharnos las manos, de acompañarles en su extenuante trabajo y con la voluntad de contarlo tal cual es.

¿Cómo fue el plan de rodaje?

En total rodamos en torno a treinta díaz repartidos entre un primer viaje Cádiz-Tenerife y un segundo, Santo Domingo-Nueva York, a parte de estancias cortas en otros puertos. Fue un rodaje muy duro y extenuante, con muy poco espacio para el esparcimiento o el descanso.

Tengo entendido que, aparte del propio viaje a bordo del barco, la propia producción del documental fue una aventura en sí misma...

Empezamos a rodar, digamos, con lo puesto. La Armada nos dio el permiso nueve días antes de que Elcano zarpara de Cádiz. Esto nos impidió iniciar la habitual búsqueda de fondos y una preparación exhaustiva. Así que rodamos con nuestro propio dinero y escribiendo el guión a bordo conforme se producían los eventos y, sobre todo, conforme entendíamos mejor lo que significaba vivir a bordo. Posteriormente, llegado el segundo tránsito, ya habíamos tenido oportunidad de enseñar parte del material y premontajes a Telemadrid. Les encantó y decidieron coproducir. Eso nos dio soltura económica para el segundo viaje.

¿Está trabajando en algún proyecto que nos puedas adelantar? ¿Alguna nueva travesía o ya fue suficiente?

Sí, comienzo a rodar otro documental el próximo 31 de Mayo, dentro de muy poco y en una temática muy distinta. Pero en cuestión de barcos, sí, nuestra idea es desarrollar una serie de documentales hechos con estética y narrativas muy cinematográficas que exploren diversos factores de la relación del hombre con el mar.