Lo dijo anoche el director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, nada más subir al estrado para que diera comienzo la primera gala de Málaga Cinema: «El objetivo es valorar y premiar el talento malagueño». Y así se hizo en una emocionante ceremonia en la que 321 días en Míchigan, de Enrique García, se hizo con los premios principales -Salvador Reina y Virginia de Morata, Mejor Actor y Actriz, respectivamente; Reina, ex aequo con Dani Rovira, al que se llamó por teléfono para darle la noticia-. La guionista de 321 días en Míchigan, Isa Sánchez, se hizo con la estatuilla Oficios de Cine, y el productor de MLK José Antonio Hergueta, con el premio a Producción Cinematográfica.

Hubo tiempo para los homenajes, como el premio concedido por la prensa a la intérprete Concha Galán y el de la Asociación de Festivales de Cine de Andalucía al actor Lucio Romero. En la velada también se entregaron las biznagas correspondientes a los mejores cortometrajes malagueños, conseguidas por Me gusta, de Roberto Cano; Mobiliario urbano, de Ignacio Nacho, y El cuarto chakra, de Jaime Triviño (menció especial a Hospital cromático, de Dita Segura y Rakesh Narwani). Y el cine malagueño fue una piña.