ZonaZine, sin duda, es un sitio donde ver cine particular: algunas veces nos deja bodrios inenarrables; otras, pocas, ofrece producciones asombrosas y la mayoría de ocasiones proyecta curiosidades. A esta última categoría pertenece Animal, del bonaerense Fernando Balihaut, una producción austera tanto en su parte económica (probablemente sea de las menos costosas que ha visitado la sección: su presupuesto, en torno a los 7.000 euros) como también en su forma y fondo. Una suerte de Shame (Steve McQueen) low cost que no logra despegar y se queda en una suerte de montaña rusa con una historia demasiado irregular.

Animal busca la provocación. Su director lo tien claro: «Propongo una historia diferente frente al espectador, que provoca reacción; sé que hay gente que la va a odiar y está muy bien eso, porque debe haber para todos los gustos, pero también habrá gente a la que le va a parecer interesante». Y sí, Animal tiene algunos momentos muy potentes -pero insuficientes en número para hacer del filme una propuesta de calidad contrastada-; especialmente, en la forma en que el realizador aborda las escenas de sexo, concepto esencial que el director busca como eje: «A mí siempre me ha interesado el tema sexual, qué clase de cosas consume la gente en internet a nivel pornográfico...». Y el sexo, unido a la violencia, pero sin ningún tipo de denuncia contra la violencia de género: «El filme no tiene un fin de denuncia; no hay un análisis social o político sobre qué clase de personas son los violentos... Es un thriller sin postura social sobre los hechos que narra», aclara el argentino.

Rodaje. Animal se rodó en tan sólo 17 días, de los cuales grababan una media de cuatro horas, en las cuales se reunía el equipo, que era mínimo -dos o cuatro personas por toma, a lo sumo-. «No teníamos ni luces, ni sonidista, ni nada, y el cámara era yo», aclara el director-. Lo que les movía a todos era la pasión por una historia que sentían que debían contar, tal y como asegura Fernando Balihaut: «Sentí que el tiempo pasaba y que había que hacer esta película; fue juntarse un grupo de personas y hacerla, así, pasándolo bien haciendo lo que nos gusta, lo que nos apasiona y como no teníamos compromiso con nadie para hacer dinero...».

Igual de realista y pragmático es el director cuando se le pregunta por los planes de distribución y exhibición del filme: «Es una película complicada, que no es para todo público y mi sueño es que la gente pueda acceder a verla. Yo, con una plataforma digital donde la gente pueda acceder a verla, me conformo».

Animal merece ser vista sin demasiadas expectativas. Hay demasiados peros, demasiados momentos descartables y demasiados tópicos expuestos con aires de trascendencia, pero como ejercicio y exploración en el tema de la violencia el filme de Fernando Balihaut merece el visionado.