Ha calificado esta película como una historia de la decadencia del género masculino. ¿No hemos estado los hombres siempre en decadencia?

Sí, es verdad. Creo que las mujeres llevan siglos y siglos soportando nuestra imbecilidad y tengo la sensación de que están a punto de darnos carpetazo. Además, con toda la razón del mundo. Lo veo muchas veces cuando hablo con mis amigas: están desesperadas ante el panorama masculino imperante. Por eso la película es casi una súplica al género femenino para que nos perdonen y nos quieran un poco.

¿Le pedía el cuerpo hacerlo a través de una road movie?

No. La road movie no es un género que me apasione. Aunque si hay que calificar la película, sí que se ajusta a este género porque hay un viaje. Pero creo que le falta todos los componentes típicos de una road movie, como el peso del viaje. Podríamos decir que es una road movie de pacotilla. Lo que quiero decir es que es más una película existencialista o idealista, en la que el desplazamiento en coche es un aspecto menor. Quería que, aunque el elemento viaje está ahí, éste pasara de puntillas.

También habla de la amistad entre hombres y mujeres. ¿Cree que es posible o que siempre hay una tensión sexual que estropea el pacto de amistad?

Bueno, es una de esas cosas a la que llevamos siglos dando vueltas. Siempre intento plasmar en las películas cosas que me gustaría vivir o cómo me gustaría que fueran las cosas. Y me pasa con la relación entre hombres y mujeres. No tengo muy claro que sea posible una relación de amistad, pero creo que el cine tiene precisamente eso: ir un poco más allá de la vida. O dejar intuir cosas que podrían ser.

¿Cómo observa las nuevas conquistas del cine español?

Creo que la percepción del cine español es un poco engañosa, tanto cuando es muy negativa como cuando es al contrario. Creo que todo esto tiene que ver en cómo se comunican las películas con la sociedad española. La gran mayoría de las películas no tienen comunicación con la sociedad porque no cuentan con esa posibilidad.

¿Se refiere a elementos de marketing o a creatividad?

De marketing, que es una parte de la comunicación. Esas películas que tienen un gran éxito están muy, muy apoyadas por televisiones de muchísima audiencia que realizan un gran despliegue por sus películas. Personalmente, no estoy nada a favor de un cine español que dependa enteramente de las televisiones. Me alegra muchísimo el éxito de esas películas y entiendo que gran parte de su éxito se basa en eso y otra parte en su propia magia. Creo que cintas como Ocho apellidos vascos o La isla mínima tienen algo que hace que la gente quiera verlas más que otras. Y también creo que es un error y una trampa que todo el cine tenga que aspirar a la máxima audiencia. Creo que tenemos que hacer cine que tenga grandes, medianas y pequeñas audiencias. ¿Por qué no? Hay una obsesión en esta sociedad en la que parece que lo único que vale es lo que llena y genera colas.

En Francia, que es un protagonista más de Los exiliados románticos, tienen estos asuntos más que superados.

Siempre nos miramos en Francia porque el apoyo que recibe su cine es envidiable. De hecho, el Gobierno francés destina 700 millones de euros a su cine y el nuestro invierte 30 millones. Es una diferencia terrible. Además, ellos tienen el cine como un elemento más de la cultura y que se tiene en cuenta desde la educación en las escuelas. Ellos se toman en serio el cine desde el sistema escolar, cosa que aquí no ocurre, y consideran el cine como arte.

¿Pesa el apellido Trueba?

En mi caso no mucho. Al principio sí que percibía cierta violencia y prejuicio sobre uno, por otro lado un tanto razonable. He intentado que ni me pese ni me frustre, e ir haciendo las películas poco a poco y confiando en que, al final, eres uno más. Para mí ha sido muy interesante y ventajoso haber crecido en una familia de cineastas que me han ayudado a entender el cine como un oficio y a no perder el tiempo con falsas ideas o falsas expectativas del cine.

El dios de su padre es Billy Wilder ¿Y el suyo?

No tengo uno en concreto. Tengo muchos cineastas que me han influido en un momento dado, aunque son un poco cambiantes. A lo mejor un día es Hong Sang-soo, cineasta coreano que me encanta, o Matías Piñeiro o Jonas Mekas...