La actriz Rossy de Palma comparte protagonismo con Hugo Silva, Pepón Nieto, Natalia Roig, Salva Reina, Mara Guil y Paco Tous en esta cinta de Ignacio Nacho estrenada en la Sección Oficial del Festival de Málaga fuera de concurso. Confiesa estar orgullosa de la taquilla obtenida por 'Julieta', la última cinta de Pedro Almodóvar en la que ha participado y sostiene que las mujeres deberían ser más activas en la creación de historias y personajes para el cine

Dómina es una mujer liberada sexualmente que finalmente lo que anhela es un poco de amor.

Todos buscamos el amor. Aunque luego seas una 'dominatrix' de esas tremendas, pues tienes tu corazoncito.

Nos podemos imaginar las risas en la escena en la que tiene que gritarle «¡berréame, berréame!» al personaje de Pepón Nieto.

Sí, sí, era total. Pero yo hubiera ido más lejos. Le proponía cosas más osadas a Ignacio Nacho. Y él me frenaba.

¿Le pasa que los directores tienen que echarle el freno?

Me gusta ser muy interactiva en la creación de personajes. No me gusta ser un teleñeco y hacer todo lo que me mandan. Porque con quien adquieres el compromiso es con el personaje. Y una vez que el personaje se manifiesta, también tienes que seguir sus pautas y luchar por que se declare como quiera. Y yo siempre propongo mucho. Después el director te lo compra o no. Al final eres dócil y sabes que el director es el que manda, pero uno intenta vender su moto, claro.

Julieta ha sido la película española más vista en el extranjero. ¿Cómo es posible que su trabajo no acabara en la lista de los Goya?

No tengo problemas de ego ni nada de eso. Pero me sorprendió porque era un personaje que se merecía al menos la nominación. Yo añadiría más nominaciones por categoría, porque eso siempre enriquece. Aunque después el premio se lo lleve uno solo, se impulsa más el cine y enriquece a todo el que ha sido nominado. Uno no hace las cosas pensando en los premios y los reconocimientos. Julieta me gusta mucho. Esta Marian era un personaje muy interesante y lo importante es que la película se ha visto mucho.

Dicen que Almodóvar es respetuosísimo con los actores y al mismo tiempo extremadamente exigente.

Sí. Es muy exigente. Es impresionante con los tonos. Él te hace lo que quiere de manera perfecta. Entonces hay que tener mucho cuidado de no mimetizarte y hacerlo como una copia de lo que él hace sino llevártelo a tu terreno y darle lo que él pide, pero siento tú misma. Nunca he tenido la responsabilidad de un protagonista con él. Y nuestra relación, tanto dentro como fuera de los rodajes ha fluido muy bien. Soy una enamorada de lo accidental, de las cosas que suceden sin que estén planeadas, o de aprovechar los errores que surgen para sublimar algo. Y Pedro siempre tiene las puertas abiertas a cierta improvisación.

¿Por qué miramos desde aquí con tanta admiración al cine francés?

Pues porque es una industria potente. Es increíble la cantidad de películas que se hacen. Aquí ni lo imaginamos. Están muy vivos, es una industria fuerte y muy apoyada por el gobierno. Allí la cultura, pase el gobierno que pase, se respeta. El público también es muy fiel. También se respeta mucho a los actores?, Aquí nos ven más como el bufón del rey. Está bien para divertirse pero si el rey tiene un mal día le puede dar una patada al bufón. Y aquí a veces nos llevamos unos cuantos puntapiés.

Daniel Sánchez Arévalo le tuvo que llevar unas películas a Rajoy después de que confesara no haber visto ningún filme que optaba a los Goya.

Ni le interesa, vamos. Y este IVA asesino que sigue ahí a posta...

Ahora se lo van a bajar a los toros...

Claro, porque es lo que les gusta a ellos. Qué se le va a hacer.

¿Cree que Netflix y NetflixHBO

Esto es como aquello del top manta, que decían que habíamos perdido tanto dinero. Eso era una falacia, porque los que compraban en el top manta nunca habrían ido a una tienda a comprar esos discos. A los que nos gusta ir a una sala de cine a ver una película en condiciones, seguiremos acudiendo. Son experiencias muy interesantes. Todos consumimos series y es muy cómodo tener Netflix o HBO. Además ahora se ha elevado muchísimo el nivel de las series. Recuerdo que cuando yo empecé, a la gente que trabajaba en televisión no la llamaban en el cine. Y ahora es al contrario. El cine coge a los actores que llegan al público de televisión. Y creo que eso ha mejorado la relación del público con el cine español. Ahora hay mucha más conexión y complicidad con el público.

En los Goya se reivindicaron más papeles femeninos. ¿Está conforme con esta reivindicación?

Aunque es necesario, soy poco de reivindicar. Sí reivindico, por ejemplo, la igualdad de salarios. No se sabe por qué nosotras tenemos que cobrar menos haciendo el mismo trabajo, cuando todo el mundo sabe que nosotras somos las heavys y el motor de la sociedad. Pero luego pienso que las mujeres, más que intentar ganar espacio deberíamos desarrollar más introspección. Que haya más directoras que escriban historias de mujeres. Preocuparnos menos por que otros nos escriban historias y ser más activas en la creación de historias y personajes. Tenemos que ser más protagonistas de nuestra propia responsabilidad de acción.